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Entregan a familias restos de escoltas de Salvador Allende muertos en 1973

Se trata de Óscar Lagos Ríos, Juan Vargas Contreras y Julio Moreno Pulgar, militantes del Partido Socialista, integrantes del «GAP».


Los restos de tres integrantes de la guardia personal del presidente chileno Salvador Allende, asesinados por militares tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, fueron entregados hoy a sus familiares por el Servicio Médico Legal, tras completarse los trámites de identificación.

Se trata de Óscar Lagos Ríos, Juan Vargas Contreras y Julio Moreno Pulgar, militantes del Partido Socialista, integrantes del «GAP» (Grupo de Amigos Personales), como de forma peyorativa eran denominados por la derecha los jóvenes militantes de izquierda que, de forma voluntaria, resguardaban a Salvador Allende.

Los cuerpos de quienes permanecieron más de 20 años en condición de detenidos desaparecidos serán sepultados este sábado en el Monumento a la Memoria de las víctimas de la dictadura que se levanta en el Cementerio General de Santiago.

Los tres hombres fueron detenidos entre los escombros de La Moneda tras el bombardeo aéreo y terrestre de la sede gubernamental, junto a un grupo de asesores y colaboradores del mandatario.

Todo ellos fueron conducidos al Regimiento de Artillería «Tacna», donde se les torturó.

Según datos contenidos en la investigación judicial de estos crímenes, el propio dictador (1973-1990) acudió al regimiento y presenció las torturas desde un lugar oculto.

El 13 de septiembre de 1973 los prisioneros fueron llevados en un camión al campo de entrenamiento militar de Peldehue, a unos 30 kilómetros al norte de Santiago, donde fueron alineados junto a un pozo de agua seco y ametrallados.

Antes de tapar el pozo con tierra, los soldados lanzaron granadas al interior para destruir los cuerpos.

En diciembre de 1978, tras el descubrimiento de los cadáveres de algunos detenidos desaparecidos, Pinochet ordenó la operación «Retiro de Televisores», consistente en desenterrar los cadáveres, meterlos en sacos atados a rieles para después ser lanzados al mar desde helicópteros del Ejército.

A comienzos de 2001, tras conocerse información de un testigo bajo identidad protegida en la Mesa de Diálogo de Derechos Humanos celebrada el año anterior, la jueza Amanda Valdovinos, de la Corte de Apelaciones de Santiago, ordenó una excavación en el sitio.

En esa diligencia, a pesar de la acción de los explosivos y de la posterior exhumación de los cadáveres, se hallaron cerca de 500 pequeños restos óseos, a partir de los cuales y tras varios años de pericias se pudo establecer que pertenecían a once personas, todas las cuales han podido ser identificadas.

Según fuentes del Servicio Médico Legal, las otros ocho identificados seguirán siendo entregados a los familiares por el Servicio Médico Legal en los próximos días.

Por las ejecuciones de Peldehue y el posterior desentierro de las víctimas hay actualmente una quincena de militares procesados, en un juicio que instruye el magistrado Juan Fuentes Belmar, de la Corte de Apelaciones de Santiago.

Los cuerpos de las tres víctimas entregados hoy a sus familiares son velados en la sede de la Federación de Sindicatos de Empleados Particulares, situada en una callejuela llamada Valentín Letelier y situada a sólo 50 metros del Palacio de la Moneda.

Según dijeron los familiares, el cortejo fúnebre de este sábado será a pie a pie y se espera que asista una gran cantidad de personas.

Antes de depositar los féretros en el Monumento a la Memoria, donde se efectuará un acto de despedida, el cortejo fúnebre hará una parada frente a la tumba de Salvador Allende, en el mismo Cementerio General.

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