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Gendarmería investiga alojamiento de señora de Álvaro Corbalán en Hospital Militar

El Departamento de Seguridad del servicio de prisiones, busca determinar si el ex jefe operativo de la CNI dormía con su esposa en el centro de salud castrense. El tanto, el general (R) Ramsés Álvarez Scoglia, condenado por el crimen del líder sindical Tucapel Jiménez, y el coronel (R) Carlos López Tapia, penado por desapariciones desde Villa Grimaldi, fueron castigados por tener ron y celular en sus celdas, respectivamente. En el Ejército, en tanto, se indicó que ninguna de estas prácticas son avaladas por la institución.


Gendarmería sancionó a dos ex militares condenados por violaciones de derechos humanos, quienes cumplen condena en el Penal Cordillera, ubicado en la comuna de Peñalolén, por mantener en sus “celdas-cabaña” una botella de ron y un teléfono celular.

Así lo informó a El Mostrador el jefe del Departamento de Seguridad, coronel Alfredo Bornand, quien explicó que la botella de alcohol le fue hallada al general (R) Ramsés Álvarez Scoglia, quien cumple condena como autor intelectual del crimen del líder sindical Tucapel Jiménez, ocurrido en 1982.

“En una revisión de rutina que Gendarmería realiza habitualmente, se le encontró una botella de esta bebida, la que se incautó y de acuerdo al reglamento, se le aplicó una sanción equivalente a siete días sin visitas ni recibir correspondencia”, dijo Bornand.

[cita]Manuel Contreras, insistió en reiteradas oportunidades en ser llevado a un funeral. Incluso un familiar que lo acompañaba corrió algunos metros con la silla de ruedas, pero fue alcanzado por los gendarmes.[/cita]

Quien poseía un teléfono móvil era el coronel (r) Carlos López Tapia, a quien se le aplicó la misma sanción, añadió Bornand. Este ex militar es primo del ex juez Juan Guzmán y está condenado por su participación –como agente de la DINA- en el desaparecimiento de la profesora Julia Retamal ocurrido en 1976, además de estar procesado en el caso Caravana de la Muerte y otros crímenes ocurridos en el centro de detención y tortura de Villa Grimaldi.

Pero no han sido los únicos problemas que ha tenido que enfrentar Gendarmería. El pasado domingo 13, mientras se encontraba en el Hospital Militar, el ex jefe del servicio represivo, Manuel Contreras, insistió en reiteradas oportunidades en ser llevado a un funeral. Incluso un familiar que lo acompañaba corrió algunos metros con la silla de ruedas, pero fue alcanzado por los gendarmes que lo custodiaban y el hecho no pasó a mayores.

El coronel Bornand indicó que al “Mamo” se le aplicó una medida disciplinaria que le impedirá postular a cualquier beneficio carcelario.

Asimismo, explicó que ordenó instruir una investigación, respecto a la posibilidad de que el ex jefe operativo de la Central Nacional de Informaciones (CNI), mayor (R) Álvaro Corbalán, hubiera dormido con su esposa en su cama durante la noche.

“En el hospital hay un sillón para que las personas descansen con los enfermos que allí se encuentran sometidos a algún tratamiento. Hasta ahora sin embargo no hay confirmación oficial del hecho, pero se ordenó una investigación para aclararlos y de ser verídicos, se adoptarán las medidas pertinentes”, dijo el oficial del servicio de prisiones.

Fuentes del Ejército indicaron a El Mostrador que la institución no ampara situaciones de este tipo y que conforme al Estado de Derecho las instituciones que están a cargo de estos ex agentes deben adoptar las medidas que estimen pertinentes. En el Hospital Militar, en tanto, se indicó que se trató de hechos aislados, los que fueron informados en su oportunidad cuando ocurrieron y que en el recinto asistencial castrense se respetan las normas respecto de las personas que se encuentran privadas de libertad, pero sujetas a un tratamiento médico.

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