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Incapaz de soportar el éxito, el fútbol chileno acaba con un ciclo virtuoso

Desde 2007 el trabajo del técnico rosarino llevó a la ‘Roja’ desde más abajo del octogésimo lugar del escalafón de la FIFA hasta el décimo puesto tras el reciente Mundial de Sudáfrica y el valor de los jugadores nacionales, muchos de los cuales son titulares en clubes europeos, de México y Brasil, se multiplicó por diez. Pero en un tiempo breve, todo se fue al tacho de la basura.


El fútbol chileno, militante histórico de la segunda línea del balompié sudamericano, ha incurrido de nuevo en un viejo pecado, el de devorar a sus técnicos, esta vez agravado porque ha sepultado un ciclo virtuoso, que podría haberlo sacado definitivamente de la mediocridad.

Un ciclo marcado desde el 2007 por la gestión directiva del periodista Harold Mayne-Nicholls y, en la cancha, por la conducción del argentino Marcelo Bielsa en la selección nacional.

Desde ese año el trabajo de Bielsa llevó a la ‘Roja’ desde más abajo del octogésimo lugar del escalafón de la FIFA hasta el décimo puesto tras el reciente Mundial de Sudáfrica.

En el período, el valor de los internacionales chilenos se multiplicó por diez y muchos son hoy titulares de clubes europeos, brasileños o mexicanos, algo que hace cuatro años parecía una utopía, salvo algunas excepciones, escasas, por cierto (Iván Zamorano, Marcelo Salas).

Claudio Bravo (Real Sociedad), Arturo Vidal (Bayern Leverkusen), Mark González (CSKA Moscú), Jean Beausejour (Birmingham), Gonzalo Jara (West Bromwich), Jorge Valdivia (Palmeiras), Alexis Sánchez y Mauricio Isla (Udinese) son algunos ejemplos del salto cualitativo dado por los futbolistas chilenos que han pasado por las manos de Marcelo Bielsa.

A nivel interno, en estos años se fortalecieron las divisiones inferiores y el fútbol femenino y en infraestructura, se construyeron o modernizaron una decena de estadios, además de ordenarse las finanzas de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP).

Tras el Mundial de Sudáfrica, al que llegó tras disputar la mejor eliminatoria de su historia, superado sólo por Brasil, el fútbol chileno podía fijarse nuevas metas, como la Copa América 2011, un torneo que la ‘Roja’ nunca ha podido ganar, una medalla olímpica en Londres 2012 y, por supuesto, el Mundial de Brasil 2014.

En un tiempo breve todo se fue al tacho de la basura. Harold Mayne-Nicholls fue derrotado en su intento de seguir al frente de la ANFP y Bielsa, argumentado razones de principios, dijo que no trabajaría junto a Jorge Segovia, el empresario español que derrotó al periodista.

La intención de Segovia de establecer en Chile el sistema del «draft» mexicano para negociar jugadores, que según Bielsa denigra a los futbolistas y el desdén del nuevo timonel hacia hinchas y jugadores, que para el técnico son los más importantes estamentos del fútbol, precipitaron la decisión del rosarino.

Segovia llega a la presidencia de la ANFP a la cabeza de un grupo de clubes liderados por los llamados ‘grandes’ (Colo Colo, Universidad de Chile, Universidad Católica) que según se ha podido deducir, ya que de los dientes para afuera todos han elogiado a Mayne-Nicholls y Bielsa, decidieron que un nuevo mandato del periodista sería insoportable.

El estilo «autoritario» de Mayne-Nicholls para gobernar la ANFP y el reparto igualitario del dinero proveniente de la televisión en lugar de privilegiar a los ‘grandes’ fueron aparentemente los detonantes para el surgimiento y fortalecimiento de la oposición que finalmente se hizo con el poder.

Algunos analistas políticos, como Hermógenes Pérez de Arce, un conocido columnista de derechas, dijeron directamente que la operación para sacar del escenario a Mayne-Nicholls fue gestada en La Moneda.

El presidente Sebastián Piñera sigue siendo uno de los principales accionistas del Colo Colo y su subsecretario de Deportes, Gabriel Ruiz-Tagle, es el ex presidente de ‘Blanco y Negro’, la sociedad administradora del club albo.

A ello se agrega, según esas versiones, un supuesto resquemor del mandatario tras los desaires que le hizo Bielsa al menos en dos ocasiones, mientras se deshacía en atenciones hacia la ex presidenta Michelle Bachelet, a quien Mayne-Nicholls invitó a compartir la concentración de la ‘Roja’ en el Mundial de Sudáfrica.

Pero más allá de la veracidad de estas versiones, que motivaron entre otras cosas que miles de abonados al Canal del Fútbol se dieran de baja tras el triunfo de Segovia, que antes de asumir es ya el presidente más impopular que haya tenido el fútbol chileno, la tradición muestra que esta historia no es inédita.

En ese contexto, el nombre de Bielsa, el vigésimo técnico extranjero que ha dirigido a la selección de Chile, se una a los de Francisco Hormazábal, Caupolicán Peña, Luis Ibarra, Luis Santibáñez, Vicente Cantatore, Arturo Salah y el propio Nelson Acosta, el uruguayo que antecedió al argentino en el cargo.

Algunos de ellos nunca volvieron a dirigir tras su paso por la selección y otros debieron partir al extranjero. Ser seleccionador chileno ha sido históricamente tan agobiante que tras lograr el tercer lugar en el Mundial de 1962, el recientemente fallecido Fernando Riera nunca más aceptó dirigir nuevamente la ‘Roja’.

Tras el amistoso del próximo 17 de noviembre contra Uruguay, en la conmemoración del Centenario del primer partido oficial de la selección de Chile, que probablemente marcará el adiós de Bielsa, habrá seguramente un período de incertidumbre, cuya salida se observa, desde el presente, más oscura que luminosa.

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