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Ministra Matthei sin pelos en la lengua

«Este caso me indigna, además, porque hay un sistema de entrega de información para sociedades anónimas abiertas obligatorio justamente para que la gente pueda evaluar si tiene sentido comprar una acción o no, cuánto va a pagar por ella, si compra bonos o no. Y ahora te das cuenta de que todas las decisiones que has tomado han sido sobre la base de información falsa. Perdón, pero eso es robo, y hay que ponerlo en castellano. Terminemos de eufemismos, no digamos que son malas prácticas contables, no. Es robo, tal cual», señaló.


Considerada como una política de viejo cuño, que sabe navegar en las turbulentas aguas de la contingencia política, la ministra del Trabajo Evelyn Matthei habla sin tapujos sobre varios temas de interés que han afectado al país en las últimas semanas.

En entrevista a la revista Reportajes de La Tercera, la secretaria de Estado no tiene empacho en señalar que hizo falta un mensaje de condena más potente respecto al tema de La Polar, afirmando que “no porque unos lleven cuello y corbata son menos lumpen. Esto no es un problema de monto. Esto es delito y es grave”.

«Este caso me indigna, además, porque hay un sistema de entrega de información para sociedades anónimas abiertas obligatorio justamente para que la gente pueda evaluar si tiene sentido comprar una acción o no, cuánto va a pagar por ella, si compra bonos o no. Y ahora te das cuenta de que todas las decisiones que has tomado han sido sobre la base de información falsa. Perdón, pero eso es robo, y hay que ponerlo en castellano. Terminemos de eufemismos, no digamos que son malas prácticas contables, no. Es robo, tal cual», señaló.

En el caso La Polar, la ministra sostiene que este ocurre justo en el momento en que se vive un clima de crispación, cuyo denominador común de las manifestaciones “pareciera ser el hastío ante el abuso, en cualquiera de sus formas. Algunos lo han leído como «los ricos robando a los pobres».

A pesar del aumento de participación en las distintas marchas que han ocurrido en el país, tanto por el tema Hidroaysén como por el tema educacional, Matthei explica que “creo que muchas manifestaciones están urdidas políticamente. Siempre supe que si llegábamos al poder habría un intento por no permitirnos hacer un buen gobierno. Pensé que iba a ser el primer año, y creo que no se dio así por el terremoto. Pero siempre supe que iba a haber una época en que íbamos a tener que amarrarnos los pantalones con fierro”.

“Hay un elemento político enorme, armado, gestado. Mire lo que sucede en aquellas materias en que no necesitamos de los políticos: reducción de listas de espera Auge y no Auge, creación de empleos, crecimiento, seguridad… todo eso está funcionando. O sea, todas aquellas cosas que puede hacer el Ejecutivo por sí sólo, están andando bien. Y, sin embargo, lo que encontramos en el mundo político es un intento por boicotear la gobernabilidad. Yo creo que a la izquierda no le importa en absoluto destruir el país con tal de destruir a la derecha…”, menciona.

Asimismo, rechaza las apreciaciones de la gente respecto a que con la derecha en el gobierno se ha producido una concentración del poder económico y político en las mismas manos.

“Este gobierno tiene que hacer un esfuerzo enorme por tratar de hacer lo justo, lo correcto, lo que corresponde. Eso significa que si tienes que ir en contra de personas que conoces -por ejemplo- en el caso La Polar, debes hacerlo sin eufemismos”, dijo.

Además, cree que al estar la derecha en el poder existe una mayor libertad que con la Concertación para hacer cosas, colocando como ejemplo el tema del cambio de la ley reservada del cobre.

“En algunas cosas nosotros tenemos más libertad que los gobiernos de la Concertación, por ejemplo para cambiar la ley reservada del cobre, para hablar de los abusos en materia laboral, respecto del trato que hay entre los grandes y los más pequeños. Tenemos una oportunidad, pero tenemos que atrevernos”, sostuvo.

Y añade que “porque si la izquierda hubiera tratado de eliminar la Ley del Cobre, probablemente los hubieran acusado de que tenían sangre en el ojo contra las Fuerzas Armadas. A nosotros no nos van a decir eso. O en el caso de la concentración del poder, que estaban contra los empresarios. Por ejemplo, yo creo que ya se demostró que la educación municipal no funciona. Estas cosas hay que enfrentarlas sin miedo a quebrar huevos y hacer tortillas. Tenemos una oportunidad maravillosa”.

Asimismo, dice que quien tiene que “colocarle el cascabel al gato” es el Presidente de la República ante la existencia de distintas opiniones al interior de la propia Alianza sobre esos temas.

El golpe interno de la UDI

Sobre el golpe interno en la UDI, la ministra cree que fue necesario porque “el mayor partido de gobierno, cuando se participa del Ejecutivo por primera vez en mucho tiempo, tiene que tener a sus mejores representantes, los que más poder tienen, los de mayor experiencia, los que se pueden sentar de igual a igual con un ministro a exigirle, a negarle, a conversar”.

Además, no concuerda con los dichos de Pablo Longueira en el sentido de que al gobierno hay que exigirle y no pedirle.

“Ni exigir ni pedir, sino que sentarse de igual a igual. Y eso le va a hacer muy bien al gobierno. Será una voz potente, de gente que está en la calle todos los días, que en el fondo entiende los efectos políticos de una decisión que puede ser muy buena desde el punto de vista técnico, pero que desde el punto de vista político puede ser inaceptable”, aseveró.

Ministros técnicos o políticos

Respecto a que el gabinete está conformado por muchos ministros técnicos y no políticos, la secretaria de Estado sostiene que es indudable que muchos no tienen la experiencia política, ya que “la política muchas veces es mirada por académicos o por empresarios, o por gente que es exitosa en lo suyo…”.

“Es la cuna de muchos de ellos. Ahí, la política es vista como algo inferior, como algo obvio; no tienen idea que la política es un oficio que se aprende haciendo. Uno ve a mucha gente que con un vasito de whisky en una mano y un habano en la otra hablan de política y arreglan el mundo, pero nunca han tenido que ganarse un voto, nunca han aplanado las poblaciones, y generalmente se mueven entre La Dehesa y Cachagua. Así no se hace política”, precisó.

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