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La Moneda restringe margen de negociación de Álvarez y quiebra el diálogo con movimiento social en Aysén

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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Aunque los dirigentes sociales y políticos de la zona tenían altas expectativas con la llegada del ministro de Energía a la zona, lo cierto es que el gobierno central no ha soltado las riendas de la situación. Así las cosas, el delegado del Presidente no ha podido instalar aún una mesa negociadora. Con la crispación social en aumento, un grupo transversal de parlamentarios decidió viajar a la capital para buscar una salida a la crisis.


La situación en Aysén es cada minuto más insostenible, según lo plantean distintos representantes sociales y políticos de la zona. Por lo mismo, un grupo transversal de parlamentarios decidió viajar a Santiago para reunirse con algunos de los ministros de La Moneda e intentar darle solución al conflicto, que ya se arrastra por casi un mes sin dar señas de terminar. Uno de los principales problemas que advierten es que la administración de Sebastián Piñera ha restringido el margen de acción del ministro de Energía, Rodrigo Álvarez (UDI), pese a que fue enviado a resolver el tema con plenos poderes. Sobre todo, cuando lo que el ex diputado pidió a los dirigentes sociales el miércoles para comenzar a negociar, el jueves en la mañana ya se había concretado. Lo que ha impedido el diálogo, a juicio de algunos observadores, ha sido la “intransigencia” de La Moneda que exige el fin de los bloqueos de caminos. Esto, porque se prioriza la imagen de restablecimiento del orden público, tan sensible al electorado de derecha, base de apoyo desde la que el Presidente busca repuntar en las encuestas.

Así lo plantea el diputado UDI en la zona, David Sandoval, quien es uno de los que integra la comitiva que ayer en la tarde voló a la capital con la esperanza de ser escuchados por algunos de los ministros políticos y el gobierno. Sandoval señaló a El Mostrador que “lo que pidió Álvarez ayer (miércoles) se otorgó, pero La Moneda le salió con un tema adicional”, aludiendo a la exigencia del vocero de gobierno, Andrés Chadwick, en cuanto a que “para tener diálogo exigimos pleno respeto al orden público”. Por lo que, “desde esa perspectiva, sí” el Ejecutivo ha restringido la labor del ministro en terreno. Aún cuando, Sandoval aclara que está de acuerdo con la postura asumida en Palacio, insiste en que la difícil situación en la zona requiere soluciones prontas. Algo sobre lo que ha puesto al corriente al portavoz de gobierno, ya que por correo electrónico le ha explicado el complejo escenario que enfrenta Álvarez.

Los parlamentarios que viajaron a Santiago —el DC Patricio Walker, el diputado independiente René Alinco y el propio Sandoval—, lo hicieron con el interés de colaborar con el gobierno, “de ayudar de alguna manera” a encontrar la solución más rápida y adecuada para la zona. Asimismo, desde el propio oficialismo ya se critica la forma cómo nuevamente la administración de Piñera está enfrentando un conflicto social. Es que la actuación errática de Álvarez en medio del conflicto ha permitido que se generen una serie de rumores. Por ejemplo, que él estaría en desacuerdo con la forma como el Ejecutivo ha digitado las negociaciones desde Santiago, pues ésta le habría impedido desarrollar la tarea para la que fue delegado a Aysén.

[cita]En la zona se comenta que Álvarez ha estado incómodo con el rol que le ha tocado jugar, ya que cuando salió de Santiago se le habían entregado todas las facultades para terminar con el conflicto. Un observador de Aysén plantea que se percibe que Álvarez: “no está conforme con cómo se está manejando la situación desde Santiago, porque lo mandaron con plenos poderes para avanzar en la búsqueda de soluciones y, desde la capital, se los han ido restringiendo”.[/cita]

Los errores de siempre

En la zona se comenta que Álvarez ha estado incómodo con el rol que le ha tocado jugar, ya que cuando salió de Santiago se le habían entregado todas las facultades para terminar con el conflicto. Un observador de Aysén plantea que se percibe que Álvarez: “no está conforme con cómo se está manejando la situación desde Santiago, porque lo mandaron con plenos poderes para avanzar en la búsqueda de soluciones y, desde la capital, se los han ido restringiendo”. Es más, quienes están siguiendo el desarrollo del conflicto, desde Aysén mismo, se muestran sorprendidos de que el jueves en la mañana, los dirigentes sociales, hubieran despejado un alto porcentaje de las rutas de que estaban bloqueadas. A su juicio, esa “es una clara señal” de que existe interés de los dirigentes sociales de abrir el diálogo.

Cuestión que al parecer no percibe el gobierno central. Las dudas las genera el hecho de que haya quedado a la vista que La Moneda, y el propio Presidente, están actuando del mismo modo como se ha hecho en conflictos anteriores: “estirando el elástico hasta el final”. Y que todo indica que es el mandatario quien toma todas las decisiones desde Santiago, pese a que desde un comienzo se le debió entregar la misión de destrabar el conflicto a la intendenta Pilar Cuevas, a quien le corresponde constitucionalmente dicha labor. Sin embargo, se la ha pasado por alto, entregándole verosimilitud a las versiones que sostienen que la autoridad regional está “absolutamente deslegitimada” tanto ante los dirigentes sociales como ante los políticos.

La crisis de Aysén está siguiendo, según lo ven desde el propio oficialismo, la misma trayectoria que otros conflictos regionales, como el de Magallanes, tal como lo señaló el vicepresidente de RN, Manuel José Ossandón: “La culpa no es del ministro (Álvarez), sino de la forma de encarar los movimientos sociales. El año pasado, el país entero sufrió con los errores políticos deducidos del conflicto estudiantil. Por eso, la lección debió estar aprendida hace rato. Es lamentable, porque en estas cosas vale mucho el cómo las enfrentes, más allá de las soluciones concretas”. Para el dirigente, el Ejecutivo cometió una “torpeza política” al condicionar el diálogo.

A pesar de lo que se pudiera creer, esa mirada es ampliamente compartida por un sector del oficialismo que estima que la señal de flexibilización que, el jueves en la mañana, habían dado los dirigentes sociales era suficiente para sentarse a dialogar. Sobre todo, porque con el desbloqueo de gran parte de las carreteras, dicen, se podría terminar con el desabastecimiento que está sufriendo la región y con ello bajaría la tensión al conflicto. Ahora queda esperar qué sucederá cuando la comitiva parlamentaria llegue hoy a La Moneda.

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