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Ministro Beyer reconoce en España las deficiencias de la educación chilena

El secretario de Estado expuso en un encuentro organizado en la Casa de América de Madrid, en el que centró el programa de su ministerio en tres puntos, mejorar la calidad, facilitar la financiación y establecer una nueva regulación de los centros de enseñanza. En la ocasión, la autoridad reconoció que el país tiene un «mal sistema regulatorio» que vigile el grado de calidad y compromiso de las instituciones educativas.


El ministro de Educación, Harald Beyer, presentó este jueves en España su «agenda integral» con la que el Gobierno busca elevar el nivel educativo de Chile y mejorar las condiciones de acceso a los créditos y un incremento de becas.

El secretario de Estado expuso sus planes en un encuentro organizado en la Casa de América de Madrid, en el que centró el programa de su ministerio en tres puntos, mejorar la calidad, facilitar la financiación y establecer una nueva regulación de los centros de enseñanza.

Beyer consideró necesario reformar el sistema de financiación existente, que calificó de «inadecuado» y «caro», por lo que dijo el Ejecutivo se propone cambiarlo y mejorar las condiciones de acceso a créditos y un incremento de las becas.

Los problemas de financiación provocaron las movilizaciones estudiantiles de 2011 y 2012, en las participaron miles universitarios y estudiantes de secundaria de todo el país. Los estudiantes demandan más calidad, la gratuidad de la enseñanza y denuncian el lucro en las universidades privadas.

Según datos aportados por el ministro, desde las 118.000 becas que había en 2009, el nuevo ejecutivo se propone llegar a 400.000 en 2014, mientras que pretende pasar de los 480.000 préstamos actuales a 740.00 con las nuevas condiciones. El ministerio de Educación ofrece becas para el 60 % de los estudiantes más vulnerables y para el resto un sistema de crédito único, aportado por el Estado no por las entidades financieras, a devolver cuando el estudiante comience a trabajar.

Las condiciones serían con un 2% de interés anual y con unas cuotas mensuales que no superen el 10% de los ingresos de los nuevos profesionales. La propuesta es pagarlo es 180 mensualidades y si después todavía quedara deuda, el Estado la condonaría, explicó.

El ministerio de Educación, según Beyer, se propone además ejercer un control sobre la calidad de enseñanza, tanto en grado como en posgrado, que cuentan con programas muy heterogéneos.

La principal preocupación del Ejecutivo que encabeza Sebastián Piñera, es, según su ministro de Educación, tener un sistema que garantice que «los programas que se ofrecen tengan calidad».

Para ello, el ejecutivo se propone hacer un seguimiento de los programas e incluso llegar a sancionar a las instituciones cuando no cumplan sus compromisos.

El ministro destacó que la educación superior chilena cuenta con programas muy amplios y sin capacidad de fiscalización del Estado y propone recortar programas si no tienen una calidad aceptable. Además, en su opinión, las carreras son muy largas, lo que supone una carga económica para los estudiantes y sus familias.

En cuanto a la regulación, Beyer reconoció que Chile tiene un «mal sistema regulatorio» que vigile el grado de calidad y compromiso de las instituciones educativas.

En este punto, el Gobierno propone abordarlo a través de una Superintendencia de Educación Superior, que vele para que las universidades cumplan la ley.

Respecto a los estudiantes de posgrado que estudian fuera del país, Beyer destacó que en Chile hay un consenso para formar lo que definió como «capital humano avanzado», jóvenes con capacidad que se formen en el extranjero y después aporten sus conocimientos al país.

Según el ministro, hasta 2011 España era el principal destino para los posgraduados chilenos en el extranjero, aunque este año ha sido superado por Gran Bretaña.

En 2012, Chile cuenta con 800 becados en el extranjero, cuyas exigencias son postular a una de las 150 universidades «top» del mundo o a programas de excelencia.

El director de la Casa de América, Tomas Poveda, destacó por su parte que en Chile ha aumentado de manera importante el número de estudiantes universitarios, de 290.000 en los años noventa del pasado siglo hasta el millón de la actualidad y de ellos el 70% son hijos de personas que nunca estudiaron en la universidad.

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