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La Moneda provoca día de furia de Carlos Larraín y tensiona clima interno en RN Vocero incluso lo llamó a «controlar su carácter»

La Moneda provoca día de furia de Carlos Larraín y tensiona clima interno en RN

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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Aunque tomó por sorpresa a la opinión pública, en la Alianza algunos veían venir este nuevo arrebato del presidente de Renovación Nacional. Entre otras cosas, porque desde Palacio la presión sobre el máximo dirigente de RN y el más díscolo del oficialismo, no ha cesado durante todo el proceso por el debate del salario mínimo. Y si bien se evita decirlo así, el episodio del desayuno es visto por algunos sectores de la tienda como una provocación artera de la administración de Sebastián Piñera.


Tras la denuncia del precandidato presidencial Andrés Velasco en contra del senador del PPD Guido Girardi, por “malas prácticas”, el parlamentario se ha convertido en la figura misma de lo incorrecto en política. De ahí que cayera tan mal en el entorno del presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín, y en el propio timonel, la comparación de su estilo con el de Girardi que realizó el diputado del partido Joaquín Godoy en el marco de la discusión del proyecto de reajuste de salario mínimo. Tal semejanza se debería a que el máximo dirigente esperó hasta último momento para anunciar que respaldaría la insistencia de la iniciativa en el Senado. Larraín leyó los dichos del legislador disidente como sinónimo de “extorsionista” y, una vez más, ardió Troya en RN.

El partido del Presidente Sebastián Piñera está en la palestra otra vez; y la paz armada que se había impuesto durante varios meses –interrumpida sólo por pequeñas escaramuzas, justamente para no perjudicar al mandatario– estalló nuevamente y de la peor manera. Pero también se ha producido un nuevo resquebrajamiento en las relaciones entre la colectividad y La Moneda.

El proyecto de reajuste del salario mínimo fue el que desató, esta vez, la disputa al interior de RN. Por lo que la reacción de Carlos Larraín de abandonar el desayuno, en que el propio jefe de Estado era el anfitrión, desató la histeria no sólo en Renovación, sino en el propio gobierno, desde donde el vocero, Andrés Chadwick, —lejos de apagar el incendio—, optó por contribuir al crecimiento de la fogata.

En el entorno del timonel de la tienda de Antonio Varas fueron sorprendidos por los dichos de uno de los ministros al que se le atribuye más manejo político en Palacio. “El Gobierno rechaza la actitud que ha tenido el presidente de RN, hoy en la mañana, y creemos que para avanzar en los temas de país es importante que el presidente de RN pueda controlar su carácter”, sentenció el titular de la secretaría general de Gobierno, concluido el polémico desayuno.

Sus palabras no dejaron de sorprender. Y, obviamente, generaron molestia en el entorno del timonel. Al punto que el secretario general de la tienda, Mario Desbordes, no dudó en salir a contestarle al vocero, lamentando que el ministro “en su intervención de hoy día no haya tenido ninguna autocrítica tampoco” y estimó que constituye “un error” de su parte responsabilizar sólo al timonel de RN de la polémica suscitada y de la reacción de retirarse del desayuno. No conforme con ello, en una entrevista concedida a CNN Chile, exigió que “cesen las declaraciones inadecuadas como las que acaba de hacer el vocero de Gobierno, que ha sido imprudente. Yo creo que no se puede dar los gustitos que se dio, pidiendo que el presidente del partido controle el carácter o el temperamento. Ya es la tercera o cuarta frase mala que se manda Andrés (…). Creo que el vocero actuó mal hoy día. Se equivocó”.

[cita]Y aunque en la casona de Antonio Varas prefieren intentar bajar el perfil a la disputa, lo cierto es que la molestia no es sólo con el diputado, sino también con La Moneda. Algo que se arrastra desde hace rato. La desconfianza entre el entorno de Larraín y el gobierno no es nueva y se traduce en que nunca se ha logrado, dicen en la tienda, generar una relación fluida.[/cita]

Y aunque en la casona de Antonio Varas prefieren intentar bajar el perfil a la disputa, lo cierto es que la molestia no es sólo con el diputado, sino también con La Moneda. Algo que se arrastra desde hace rato. La desconfianza entre el entorno de Larraín y el gobierno no es nueva y se traduce en que nunca se ha logrado, dicen en la tienda, generar una relación fluida. Incluso no faltan quienes creen que en este episodio se incluyó al diputado en el desayuno, a última hora, para “que el Presidente tuviera más respaldo” en el debate sobre el salario mínimo, porque pese a que finalmente las presiones de la administración Piñera hacia el timonel de RN consiguieron el objetivo de que él y quienes estaban en su misma postura terminaran votando a favor la insistencia del proyecto de salario mínimo, el dirigente iba a la cita preparado para explicar nuevamente los argumentos que, a su juicio, hacen posible un aumento del salario mínimo a 200 mil pesos. Estaba dispuesto, afirman en su entorno, a defender su postura.

La sorpresa

La desconfianza surge no sólo de las fuertes declaraciones que el vocero realizó después de la polémica, sino también del hecho de que desde la directiva de RN se había consultado acerca de quiénes participarían en la cita y no estaba contemplado el diputado Joaquín Godoy. Los menos diplomáticos, en cambio, creen que La Moneda lo hizo “a propósito, para provocar a don Carlos y él pisó el palito”. Ello, porque –como ha explicado el propio Desbordes– ya se le había hecho ver al ministro Cristián Larroulet la molestia del partido por las declaraciones de Godoy en el Ministerio de Hacienda. Por lo que estaban enterados de la reacción que éstas habían provocado la semana pasada y juntarlos en un desayuno no parecía adecuado. De hecho, en Palacio fueron puestos en antecedente de que se ha evaluado, incluso ayer lunes en la reunión de mesa, pasar al diputado al Tribunal Supremo del partido, algo que se ha postergado para no mezclarlo con el tema del salario mínimo.

Adicionalmente, en el entorno del timonel estiman que tarde o temprano se iba a producir otro enfrentamiento público entre la disidencia y el presidente del partido. Y no estaban tan equivocados, porque se especula que el mal ambiente se venía fraguando desde la semana pasada. Debido a la posición aparentemente inflexible que había adoptado Larraín respecto del salario mínimo. Su anuncio de que rechazaría la insistencia había provocado una molestia generalizada al interior de la bancada de diputados. Algo de lo que estaban concientes en el entorno de Larraín.

De hecho, algunos legisladores no ocultaban que si el presidente de la tienda cumplía su advertencia, “vamos a salir a darle con todo. Ya está bueno de tratar de imponer su postura al gobierno y de seguir perjudicando a Piñera con su testarudez”, sentenciaba un diputado que parecía tener bastante claro el escenario que se cernía sobre Renovación Nacional. Pero el estallido del conflicto se dilató, porque finalmente el timonel aprobó la insistencia. Lo que no hizo más que retrasar un proceso que se sabía inevitable, dados los últimos choques entre Larraín y el Ejecutivo y la disidencia al interior de su partido, que no cuestiona las diferentes posturas del gobierno y que, según cercanos a Larraín, “ya olvidaron que el Congreso no es un buzón. Ahora les da lo mismo”. 

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