El senador gremialista señala que es necesario avanzar en una definición de “identidad política como centroderecha social, y ya es hora de darle proyección pública, porque es lo que le da un norte a nuestra Alianza”. En cuanto a una polémica con LyD, explica que se dio en un debate en torno a dogmas y principios para “resolver problemas sin sentido político necesario”.
El senador de la UDI, Hernán Larraín, afirma que su colectividad debe tener un proyecto de centroderecha de tipo social y no derechista, porque el gremialismo “no es populista, es la que tiene compromisos con los pobres, los más vulnerables y la clase media”.
En entrevista a El Mercurio, el legislador gremialista precisa que “la UDI debería posicionarse en una postura moderada que se identifique con el sentido común de los chilenos y que se complemente con una derecha más democrática y renovada que ayude a configurar un eje para un proyecto político duradero”.
Sin embargo, señala que para llevar a cabo lo anterior se deben adoptar definiciones y “no hemos tenido claridad en el último tiempo, porque por razones estratégicas algunos han querido tender lazos con la DC. Y por otro lado se está buscando derechizar a nuestra alianza”.
Larraín explica que esta derechización la ha visto en la reforma tributaria donde “hubo posturas lideradas por el director ejecutivo de uno de los centros de pensamiento de nuestro sector, Libertad y Desarrollo, en donde el debate era en torno a dogmas y principios para resolver problemas sin sentido político necesario”.
Agrega que eso los aleja de la posibilidad de interpretar a los chilenos desde “nuestros postulados. Tenemos que avanzar en una definición de identidad política como centroderecha social, y ya es hora de darle proyección pública, porque es lo que le da un norte a nuestra Alianza”.
“Llevo mucho tiempo predicando esto, y considero bastante irresponsable que no se haya avanzado más, que sólo tengamos en la práctica una alianza electoral y parlamentaria en la medida que nos coordinamos en el Congreso para sacar las propuestas legislativas del Ejecutivo. Una alianza debería ser mucho más que eso, y se evitarían los problemas de incomunicación y diferencias de opinión que hemos visto en las últimas semanas. Eso es una mala forma de proyectar nuestro sector”, enfatiza.
Más claridad en la entrega de proyectos políticos
Larraín también se muestra preocupado por el escenario político, el cual se está desdibujando “sin entregar claridad a las personas sobre los proyectos políticos de cada colectividad”.
Destaca que esto se da en un momento de definiciones políticas necesarias y de profundidad, “sobre todo en la oposición, que se debate en definir cuál es el proyecto que va a predominar”.
El senador también cree que si la DC no hiciera alianza con la izquierda sería extremadamente negativa, porque “radicalizaría las posiciones de ese sector nuevo que buscaría probablemente mecanismos de ruptura. En cambio, si ese bloque se mantiene ligado a la DC, puede renovarse, pero desde una perspectiva más moderada. Lo mejor para el país es que la alternativa para la Alianza sea un bloque de centroizquierda, porque lo otro, además, puede llegar a configurar el escenario de tres tercios que existía antes del 73 y que tenía inconvenientes, como la inestabilidad de los gobiernos que surgían”.
Respecto a lo que está tratando de hacer RN de tender lazos con la DC, Larraín dijo que la idea de tener un referente como ocurre en Europa en el país no se puede dar, debido a que “en Chile la DC es mucho más de izquierda que de derecha. Si nosotros tuviéramos un bloque con la Democracia Cristiana, eso permitiría una política de mucha radicalización de la izquierda, porque para poder contrapesar a la DC unida a la centroderecha, extremaría sus puntos de vista”.
