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Los desafíos que enfrenta la diplomacia chilena ante la Cumbre Celac-UE Encuentro congrega a Jefes de Estado de ambos continentes en Santiago

Los desafíos que enfrenta la diplomacia chilena ante la Cumbre Celac-UE

Ignacio Vera
Por : Ignacio Vera Periodista UDP
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Lograr una mayor integración práctica con la Unión Europea, ejercer un liderazgo que articule acuerdos entre las delegaciones, contrarrestar las manifestaciones de movimientos sociales y el reclamo que podría hacer Bolivia en torno a la demanda por salida al mar, son los desafíos que se plantean tanto la organización de la cumbre como la Cancillería chilena.


Los próximos 26 y 27 de enero Chile será sede de la Cumbre entre la Celac y la Unión Europea, razón por la cual delegaciones de 60 países y muchos de sus jefes de Estado y de Gobierno llegarán al país con el propósito de afianzar lazos de integración entre América Latina y Europa.

“Ésta es una cumbre muy importante, de la que sí podemos esperar acuerdos concretos y la diplomacia y el empresariado chileno se han preparado muy bien para recibirla. Aunque no vienen líderes importantes, como David Cameron, Hollande o Mario Monti, sus delegaciones son de primer nivel y muy nutridas. Europa no ve para nada en menos esta cumbre”, señala el analista internacional Guillermo Holzmann.

La organización ya ha desplegado por Santiago afiches publicitarios anunciando la realización de la cumbre y el gobierno se prepara no solo para sellar acuerdos con otros países, sino también para proyectar al mundo una buena imagen. Durante esos dos días en Chile estarán presidentes, ministros y líderes de algunos de los países más influyentes del mundo, además de enviados de prensa de los 60 países invitados.

¿Cuáles son los desafíos a los que se enfrenta la diplomacia chilena en esta cumbre?

Primero, estrechar lazos con la Unión Europea en lo práctico, lo que significa también profundizar las relaciones más allá de lo económico. Algo que se le ha criticado a la conducción diplomática de Alfredo Moreno es su énfasis, excesivo según algunos, en los intercambios comerciales, actuando más como un súper agente comercial que como un Canciller. “Nos ha faltado que la mirada de nuestra diplomacia vea más allá de cuánto es la balanza comercial y vea el conjunto de lo que es la relación entre países, un conjunto armónico e integral”, estima el periodista y analista político Libardo Buitrago.

Segundo, hacer realmente de anfitrión, o sea, no ser un mero organizador sino que articular acuerdos entre las naciones asistentes. Para muchos, este es el momento en que Chile puede sentar un liderazgo regional que por cierta desidia gubernamental no ha asumido durante estos años. “Es hora de que el Presidente Piñera recupere el rol que tuvo, por ejemplo, en la crisis de Ecuador entre Correa y la policía, cuando fue el primer Presidente en llegar a Quito. Piñera debería haber jugado un rol mucho más preponderante en América Latina y no sé por qué no lo hizo, pienso que porque simplemente no le dedicó tiempo a eso en un momento en que Cristina Fernández estaba centrada en reelegirse, Lula iba de salida y Santos estaba recién llegando. Ese era un momento de liderazgo latinoamericano”, dice Buitrago, para quien el actual gobierno ha descuidado la tarea de adquirir un rol más preponderante, al menos, en la órbita sudamericana, lugar que le correspondería por su dinamismo económico y su estabilidad política.

En tercer lugar está el asunto de la imagen que va a proyectar la realización de esta cumbre. Tener a delegaciones de primer nivel de 60 países negociando en suelo chileno ya es un desafío en términos comunicacionales, pero a esto hay que sumar que con ellas vendrán corresponsales de los medios más destacados de Latinoamérica y Europa, muchos de los cuales han dado importante cobertura a episodios como el movimiento estudiantil de 2011 y 2012, las protestas en Aysén y Magallanes y por supuesto, al actual conflicto en la Araucanía. La organización de la cumbre y el gobierno apuestan a minimizar lo más posible cualquier manifestación que pueda producirse durante el desarrollo de ésta, aunque están conscientes de que van a haber actividades de organizaciones sociales ligadas principalmente a los temas mapuche, estudiantil y de exigencia de una asamblea constituyente.

[cita]En tanto, Buitrago comenta que desde Europa “en términos de salud económica, nos ven estupendo, pero grandes medios de Europa han venido destacando que a Chile le ha faltado elaborar políticas públicas microeconómicas contra la extrema pobreza. Nos ven como un país que se ha ordenado en lo económico, pero con problemas que no ha atendido y que son tres: salud, educación y lo que haremos con los pueblos originarios”.[/cita]

Por ejemplo, va a realizarse de manera simultánea a la cumbre oficial la llamada “Cumbre de los Pueblos”. Dicha actividad paralela reunirá a cerca de 400 agrupaciones sociales que abordarán temas de derechos humanos y laborales, soberanía popular y medioambiente, inaugurándose con una marcha convocada para el viernes 25 a las 9 de la noche y que partirá desde la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile para finalizar en la Plaza de Armas. Para todos los actos de este tipo la organización tiene planeado un operativo de seguridad propio de eventos internacionales, pero obviamente los acontecimientos del último tiempo, como la reactivación de las demandas mapuches, hacen que las precauciones se redoblen.

La Cancillería chilena deberá estar preparada para proyectar al mundo la imagen de un país a las puertas del desarrollo, con una estabilidad política y económica envidiada por el resto de la región y que está avanzando en superar sus déficit en temas de igualdad y demandas sociales, sin embargo para eso deberá enfrentar la realidad misma del país que podría expresarse en las propias narices de los invitados. “A los visitantes extranjeros lo primero que les llama la atención es ver los carros de la policía. Puede no haber ninguna manifestación, pero los carros policiales están enrejados, eso indica inmediatamente que algo no anda bien”, enfatiza Holzmann.

En tanto, Buitrago comenta que desde Europa “en términos de salud económica, nos ven estupendo, pero grandes medios de Europa han venido destacando que a Chile le ha faltado elaborar políticas públicas microeconómicas contra la extrema pobreza. Nos ven como un país que se ha ordenado en lo económico, pero con problemas que no ha atendido y que son tres: salud, educación y lo que haremos con los pueblos originarios”.

La agenda de Evo

Por último, pero no menos importante, está el ya frecuente tema de Bolivia y su demanda marítima. Hay una coincidencia general de que Evo Morales planteará el asunto de alguna manera, orientado principalmente a difundir su reclamación entre los países europeos. Los antecedentes no son auspiciosos para la Cancillería, dadas las recientes declaraciones de Evo y su vicepresidente, Álvaro García Linera, quien se refirió a Chile como “un mal vecino”. “El tema del acceso al mar va a ser sacado por Bolivia, de todas maneras, una cumbre como ésta es un excelente momento para hacer una reivindicación. Sin embargo Morales viene muy desgastado tras no haber podido obtener una declaración a su favor en la pasada cumbre de la OEA en Cochabamba donde jugaba de local”, explica Buitrago. Holzmann, en tanto, hace hincapié en que Bolivia no solo puede ser factor por el tema marítimo, sino que también es muy probable que su delegación se reúna con representantes de los pueblos originarios chilenos: “A Bolivia le interesa ejercer presión, no solo diplomática, la reivindicación de las etnias originarias es una bandera que ha asumido muy fuertemente junto a otros países como Ecuador y Venezuela”. No se descarta tampoco que la delegación boliviana pueda entregar a las demás, principalmente a las europeas, algún documento en defensa de su demanda marítima.

Para el sociólogo y analista boliviano Jorge Komadina, reviste importancia el hecho de que en esta cumbre Sebastián Piñera abandona la Presidencia pro tempore de la Celac para cedérsela al Presidente de Cuba, Raúl Castro. El gobierno boliviano se propone, en primer lugar, consolidar alianzas políticas tanto con los gobiernos revolucionarios (Cuba, Venezuela, Nicaragua) como con los gobiernos “progresistas” (Argentina, Ecuador, Brasil y Uruguay) de Latinoamérica y el Caribe para conformar un organismo alternativo a la OEA, que según el presidente Morales es una institución colonialista y proimperialista. La estrategia es politizar la cumbre para formar un bloque antinorteamericano. La presidencia de Raúl Castro es percibida como un momento de oportunidad para lograr ese objetivo”. Según su parecer el asunto del mar sí o sí estará presente en la Cumbre y la delegación altiplánica se encargará de ponerlo en tabla desde diversos frentes. “Ese será el segundo objetivo del gobierno boliviano. El presidente Morales aprovechará este foro internacional para demandar apoyo a los gobiernos que forman parte de la Celac para la demanda marítima boliviana. No obstante, dado que la reunión se realizará en Santiago, esta posición tendrá probablemente dos matices. Por una parte, un llamado al gobierno de Chile para retomar conversaciones y contactos bilaterales y, por otra parte, un énfasis en la llamada “diplomacia de los pueblos”, concepto que intentará generar simpatías entre las organizaciones sociales de Chile y Perú”. Para Komadina este último punto es parte esencial de la estrategia comunicacional tanto del gobierno boliviano como de Morales en particular: “El objetivo estratégico para el gobierno boliviano es fortalecer la imagen internacional del Presidente Morales como líder indígena y antimperialista. El capital simbólico de Evo Morales, muy venido a menos en los últimos dos años, es probablemente la variable independiente del actual esquema de gobernabilidad en Bolivia”.

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