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Desde Felipe Berríos hasta Humberto Giannini y José Andrés Murillo se suman a la campaña 2014 contra el SIMCE Sistema de medición está en la base de la lógica de la educación de mercado

Desde Felipe Berríos hasta Humberto Giannini y José Andrés Murillo se suman a la campaña 2014 contra el SIMCE

Este martes se dará inicio a un nuevo año de la campaña «Alto al SIMCE» que comenzará con la entrega de una carta en el Ministerio de Educación explicando los motivos de este rechazo. La misiva será entregada por «El Principito», caracterizado por el actor Alonso Quinteros, simbolizando que “lo esencial es invisible al SIMCE”.


Mientras las reformas de la educación enarboladas por la Nueva Mayoría parecen transitar todas por la vía de una nueva administración, un nuevo financiamiento y una nueva estructura sistémica, la batalla por el derecho a una nueva educación parece estar encaminándose por otro lado: el de los contenidos y el sentido profundo de la educación. Así lo demuestra la campaña contra el SIMCE que se reinicia este año 2014 y que ha recibido un apoyo transversal de actores sociales al igual que el año pasado.

Esta vez, cientos de firmantes, entre los que se cuentan el filósofo y Premio Nacional de Humanidades, Humberto Gianinni; los rectores Juan Manuel Zolezzi (USACH) y Jaime Espinoza (UMCE); el director de la Fundación para la Confianza –fundación de protección a la infancia–, José Andrés Murillo; los premios nacionales de educación Mario Leyton, Viola Soto y Beatrice Ávalos; el secretario ejecutivo de educación del Arzobispado de Santiago, Cristian Infante; los diputados de la bancada estudiantil, Giorgio Jackson y Gabriel Boric; y, asimismo, la diputada Camila Vallejo, el cura Felipe Berríos, más todas las organizaciones estudiantiles, universitarias y del colegio de profesores y de padres y apoderados, promueven el término del actual sistema que mide y evalúa las escuelas y liceos de nuestro país.

Este martes se dará inicio a un nuevo año de la campaña Alto al SIMCE y comenzará a las 9:00 de la mañana con la entrega de una carta en el Ministerio de Educación explicando los motivos de este rechazo. La misiva será entregada por «El Principito», caracterizado por el actor Alonso Quinteros, simbolizando que “lo esencial es invisible al SIMCE”. Luego, a las 10:00 de la mañana en la Federación de Estudiantes de la U. de Chile se realizará una conferencia de prensa liderada por Paulina Contreras, vocera de la campaña, y por Gabriel Boric, Melissa Sepúlveda, el académico de la USACH Jaime Retamal, y los voceros de las organizaciones de profesores, padres y apoderados, y estudiantes, para dar a conocer sus razones, así como las acciones a seguir para esta iniciativa.

Y es que existe un diagnóstico compartido sobre el SIMCE y dice relación con las cuestionadas prácticas que ha generado al interior de  las escuelas, colegios y liceos del país. No es lo mismo estudiar para aprender, que hacerlo con el mero propósito de rendir una prueba estandarizada como el SIMCE, examen criticado por representar un engranaje más dentro de una concepción que entiende la educación desde una lógica de mercado y segrega a los niños más desventajados. Tanto así que muchos colegios ya tienen “Pre-SIMCE” (como verdaderos preuniversitarios) para que los niños rindan y puedan así sus colegios rankearse por sobre el resto y recibir con ellos los fondos del Ministerio de Educación.

En ese panorama, el SIMCE aparece para muchos como un motor de la desigualdad y la vulneración de los derechos de los niños, produciendo que los colegios, al entrar en la lógica del examen, dejen a un lado materias más humanistas como el arte, el teatro, la filosofía, la historia o la danza. Esto para concentrar los recursos y tiempo en cubrir únicamente matemática y lenguaje y, en rigor, en cierta dimensión instrumental de estos saberes.

Una de las organizadoras de la campaña va más lejos del SIMCE y afirma: “Me preocupa que aún los tecnócratas crean en que la medición de valor agregado es la panacea para ser más justos en la categorización de escuelas; como la ley dice que hay que hacerlo, ven esa alternativa como un avance técnico, sin cuestionar la utilidad de la evaluación estandarizada y punitiva de las escuelas. Ya sabemos que en la Agencia de Calidad de la Educación, sectores supuestamente ‘progres’, quieren esto del ‘valor agregado’, y que eso va metodológicamente ligado a posibilitar el cálculo de resultados individuales… eso será peor que el SIMCE y estaremos atentos”.

Otro de los organizadores es de la misma opinión: “Es importante decir que como el SIMCE, cualquier ‘valor estandarizado’, es un supuesto ideológico tan nocivo para el sistema como lo es el mercado. En nuestro país, necesitamos deslegitimar el tecnicismo del valor agregado como algo neutral, porque no podemos dejar nunca más que a nuestros hijos escolares se les trate así, como carne en una máquina moledora de rendimientos”.

 

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