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El pedregoso camino de Roberto Nahum para conservar el decanato de Derecho de la U. de Chile Esta es la cuarta vez que se postula al cargo

El pedregoso camino de Roberto Nahum para conservar el decanato de Derecho de la U. de Chile

El ex decano está a la espera de que un Tribunal Electoral se pronuncie sobre la impugnación a su candidatura, después de que la Junta Electoral Central de la universidad determinara que ésta iba en contra de los estatutos publicados en 2006. En el intertanto, hay voces que, preocupadas por un silente rector Vivaldi, apuntan a que la medida pondría en jaque la autonomía universitaria de la Casa de Bello, pasando por encima de su propia jurisprudencia. Otros llaman a una necesaria renovación del decanato que impulse una urgente modernización interna en la Escuela Derecho.


La tensión se respira en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, a la espera de lo que arroje la decisión de Roberto Nahum de recurrir al Primer Tribunal Electoral de la Región Metropolitana, tras la decisión de la Junta Electoral Central de impugnar su cuarta candidatura al decanato de la sede. Esta es no la primera vez que Nahum recurre a un tribunal externo para resolver algún tema vinculado a la universidad y a sus autoridades. A finales de 2009, presentó ante la Corte de Apelaciones un recurso de protección en contra el entonces rector Víctor Pérez, quien suscribió y dio a conocer públicamente las conclusiones arrojadas por una Comisión Asesora Especial –integrada por académicos– que resolvió que el entonces decano había cometido un “plagio académico”. En aquella oportunidad, la Justicia le dio la razón a Nahum, cuestionando a Pérez por haber dado a conocer dicho informe y por no haber instruido una investigación de carácter administrativa, fallo que fue ratificado asimismo por la Corte Suprema.

Mientras algunos están preocupados por la que consideran una tibia actitud por parte del nuevo rector Ennio Vivaldi ante este nuevo conflicto que podría batirse en un tribunal externo, otros alertan sobre cómo la decisión de Nahum pasa por alto las instancias de resolución, jurisprudencia interna y la autonomía de la propia universidad, dotada para solucionar sus propios conflictos.

Asimismo, hay quienes llaman a la necesidad urgente de renovar el decanato para impulsar cambios en la facultad que conlleven una mayor participación de este hervidero de figuras e intelectuales del ámbito público en los distintos debates contingentes. “La Facultad de Derecho sigue ocupando el lugar que ocupa en nuestro país por su historia y por el esfuerzo que día a día estudiantes, funcionarios y académicos ponen de su parte. Pero no hay un esfuerzo decidido de las autoridades por aumentar la investigación, en hacerla una facultad moderna que se involucre en debates país con visión desde lo público, democrática, que es lo que esperamos de la Universidad de Chile”, señaló al respecto el senador universitario y vicepresidente de la Fech, Sebastián Aylwin.

Los roces entre Nahum y algunas partes de la comunidad universitaria se remontan a 2009, cuando se desata la polémica a raíz de un libro publicado a su nombre, cuyo contenido correspondía a la autoría de uno de sus alumnos pero cuyo reconocimiento no figuró en absoluto en la bibliografía del texto. Cinco años después de eso, el pedregoso camino que le ha tocado sortear a Roberto Nahum aún no está cerca de llegar a puerto.

UNA SALIDA FORZOSA

A finales de abril de 2009, un grupo de estudiantes de Derecho de la Universidad de Chile se tomaron durante cuarenta días la facultad. Con ello buscaban manifestarse en contra de lo que consideraban una obstrucción al desarrollo institucional, el correcto funcionamiento del claustro académico y una inminente necesidad de fortalecer la democracia interna. Entre ellos, se encontraban el entonces presidente del Centro de Alumnos de Derecho, Gabriel Boric, hoy diputado independiente y actor clave en el debate por la reforma educacional, y el vocero de la toma, Sebastián Aylwin, senador universitario entre 2012 y 2014 y actual vicepresidente de la Fech, que encabeza la lista de opositores a la nueva candidatura que Nahum lanzó este año.

[cita]La medida de Nahum se ha convertido en blanco de duras críticas, que cuestionan sobre todo la decisión de recurrir a un órgano externo, pese a que la Universidad de Chile ostenta sus propias estructuras para resolver estos casos. “La inhabilidad del decano es evidente, creo que el Tribunal Electoral es incompetente porque la competencia que tiene es para pronunciarse en elecciones en cuerpos intermedios de la sociedad y la Universidad de Chile no es un cuerpo intermedio, es parte del Estado. No puede ser considerada un cuerpo intermedio”, sostuvo el abogado y profesor de Introducción al Derecho, Fernando Atria, uno de los que en 2009 fue más crítico con el liderazgo de Nahum.[/cita]

La relación entre la casa de estudios y los alumnos se complicó aún más cuando saltó a la palestra una denuncia hecha por profesores en contra del entonces decano de Derecho, Roberto Nahum, acusándolo de plagiar la tesis de uno de sus ex alumnos, atribuyéndosela en su currículum como una publicación suya. Ante este nuevo antecedente, los estudiantes radicalizaron la postura, condicionando la deposición de la toma a la salida definitiva de Nahum.

La polémica fue tal, que la rectoría debió solicitar al ex miembro de la Corte Suprema que entonces se desempeñaba como profesor de la Facultad, Mario Garrido Montt, que llevara a cabo una indagación de los hechos. En su informe, Garrido consignó que la tesis –del ex alumno Esteban Jimeno Chadwick– se había elaborado sobre la base de la recolección y ordenamiento de los apuntes de las clases que Nahum impartía. Consigna el texto que el decano argumentó que en la bibliografía de su libro “se dejó constancia que para escribirlo, entre otras fuentes, se emplearon los Apuntes de sus Clases”, aunque reconoció que en el texto de Nahum “no se citó a D. Esteban Jimeno” y esto “fue una omisión en la que no reparó oportunamente”. Pero el informe de Garrido no fue particularmente lapidario, apeló a que se trataba de valoraciones éticas disímiles entre los involucrados, y desestimó la necesidad de dar inicio a un sumario administrativo. Sin embargo, el combustible ya estaba regado.

Pérez se vio obligado a convocar a una Comisión Asesora Especial que calificó de inaceptable la omisión hecha por el decano en su currículum e, incluso, señaló que esta correspondía a “una de las conductas que llevan a desvalorizar la credibilidad en el quehacer académico”. Una vez emitidas las conclusiones, Pérez salió a darlas a conocer públicamente y sostuvo que Nahum habría incurrido en un “plagio intelectual”.

De esta forma, un año y un mes antes de que concluyera su período, Nahum puso a disposición su cargo y en su reemplazo se designó al abogado Luis Ortiz Quiroga, conocido por su rol como defensor del sacerdote Fernando Karadima y del ex seremi Manuel Castañeda, implicado en el caso MOP-Ciade. Su nominación no estuvo exenta de cuestionamientos. El propio Nahum sostendría más tarde –ante la Junta Electoral Central que impugnaría su nueva candidatura– que la designación de Ortiz fue resuelta por el rector Pérez y no correspondía a la nómina de académicos que él había sugerido.

Sin embargo, la jugada de Pérez logró calmar las aguas y los alumnos de Derecho depusieron la toma. En tanto, el 17 de junio de 2009, Roberto Nahum se paró frente al claustro académico y antes de hacer efectiva su renuncia advirtió a los presentes: “Será la historia la que califique el resultado, pero quiero que sepan que tengo la conciencia tranquila”.

Lo cierto es que el tema no quedaría ahí, ya que Nahum presentó, ante la Corte de Apelaciones de Santiago, un recurso de protección contra el rector Pérez por afectar sus garantías constitucionales de derecho a la honra. El fallo, ratificado posteriormente por la Corte Suprema, cuestionó cómo el rector Pérez había llevado a cabo el procedimiento que terminó con la salida de Nahum.

EL CAMBIO DE ESTATUTO

La primera vez que Roberto Nahum ostentó el cargo de decano de la Facultad de Derecho fue en 1997, cuando asumió como subrogante tras la renuncia de Mario Mosquera, quien dimitió para convertirse en presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP). Posteriormente, en 2002, se postuló y fue reelecto hasta 2006. Ese año entró en vigencia el nuevo Estatuto de la Universidad de Chile que venía a reemplazar, para orgullo de las autoridades académicas, al que en 1981 fue impuesto producto de la intervención militar en dictadura. El nuevo cuerpo legal, a regir para las elecciones de ese año, fue presentado como una iniciativa que modernizaba la gestión, incentivaba la participación de la comunidad universitaria y defendía los principios tradicionales de la Casa de Bello. Fue en ese escenario que Nahum se volvió a postular, como candidato único, y fue ratificado en su cargo de decano por el 92,7% de los votantes. Aquel nuevo período se extendió hasta 2009, cuando la autoridad tuvo que entregar el decanato producto del agitado clima ya mencionado.

Para las elecciones de 2010, Nahum, en calidad de profesor titular, decidió lanzarse una vez más a la contienda y postular nuevamente a las urnas, por segunda vez desde entrado en vigencia el nuevo estatuto, y por tercera vez en total. En esta oportunidad, su única contendora fue Cecilia Medina, entonces profesora de Derecho Internacional y jueza de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (2002 a 2009). Nahum se impuso con el 58,1% de los votos.

El 22 de mayo de este año, para las elecciones correspondientes al período 2014-2018, a las 17:59 horas, Nahum volvió a presentarse. Anticipándose a cualquier cuestionamiento, Nahum adjuntó a su postulación un documento firmado por 20 académicos que patrocinaban su candidatura, entre ellos la ex ministra de Bachelet Laura Albornoz, quien imparte clases en Derecho. Sin embargo, esta vez sus esfuerzos no pasarían inadvertidos y varios actores salieron a ponerle freno.

En mayo, un grupo de profesores de la Facultad de Derecho presentaron la solicitud de impugnar la postulación de Nahum, argumentando que esta se contradecía con el nuevo estatuto entrado en vigencia en 2006. Y es que el Reglamento General de Facultades señala que el decano “durará cuatro años en el ejercicio de sus funciones, pudiendo ser elegido por un segundo período consecutivo”. Los profesores arguyeron que lo que buscaba la normativa vigente era resguardar las elecciones de autoridades unipersonales y colegiadas de cualquier intento por atentar contra los principios del sufragio libre, así como la defensa del principio de la alternancia en el poder.

Aunque la Junta Electoral Local correspondiente a la Facultad de Derecho rechazó el recurso, los académicos recurrieron a la Junta Electoral Central de la universidad. Llamado Nahum por este órgano para presentar sus descargos, el otrora decano recalcó que cumplía con todos los requisitos para postular al puesto y que su candidatura había sido inscrita en el plazo establecido. Aseguró, además, que el nuevo período al que postulaba correspondía al segundo consecutivo en dicho cargo, bajo la vigencia de la actual normativa universitaria.

El 2 de junio de este año, por decisión de 5 votos contra 1, la Junta Electoral Central decidió acoger la solicitud de impugnación en contra de Nahum, sosteniendo que la renuncia presentada por el ex decano en 2009 no interrumpía la consecutividad de sus dos elecciones anteriores, al no haberse convocado a nuevas elecciones al mes siguiente de producida la vacancia. La única persona que rechazó la medida fue la entonces prorrectora y presidenta de la Junta Electoral Central, Rosa Devés, quien por su parte argumentó que la renuncia de Nahum no había sido de carácter voluntario y que había interrumpido la consecutividad de sus elecciones, ostentando otra autoridad el cargo entre junio de 2009 y junio de 2010.

PREOCUPADOS POR LA AUTONOMÍA UNIVERSITARIA

El 9 de junio de este año, Nahum presentó un recurso de reposición ante la presidenta de la Junta Electoral Central que no arrojó mayores resultados. De esta forma, decidió recurrir al Primer Tribunal Electoral de la Región Metropolitana, instancia a la que corresponde, según la ley, “calificar las elecciones de carácter gremial y las de los grupos intermedios, que tengan derecho a participar en la designación de los integrantes de los Consejos Regionales de Desarrollo o de los consejos comunales de organizaciones de la sociedad civil”.

En medio de este panorama, un nuevo competidor adhirió a la contienda por el decanato: el abogado Davor Harasic, profesor de Derecho Procesal, ex integrante del Consejo de Defensa del Estado y director de Chile Transparente, quien tuvo entre sus clientes al fallecido empresario Ricardo Claro. Cercanos aseguran que esta candidatura es una apuesta que va más allá de lo que pase con Nahum y que tiene en la mira aspirar a la unidad del cuerpo académico y estudiantil de la escuela. En esa línea, la carta que envió al claustro académico para dar a conocer su decisión señalaba que “nuestra Facultad, más allá de personales y diversas posiciones, en esta o aquella cuestión, es la que nos une, y su naturaleza pública es importante para todos nosotros. Creo que esta idea central nos es común y, por tanto, debiera ser motivo de unión y no de división”.

La medida de Nahum se ha convertido en blanco de duras críticas, que cuestionan sobre todo la decisión de recurrir a un órgano externo, pese a que la Universidad de Chile ostenta sus propias estructuras para resolver estos casos. “La inhabilidad del decano es evidente, creo que el Tribunal Electoral es incompetente porque la competencia que tiene es para pronunciarse en elecciones en cuerpos intermedios de la sociedad y la Universidad de Chile no es un cuerpo intermedio, es parte del Estado. No puede ser considerada un cuerpo intermedio”, sostuvo el abogado y profesor de Introducción al Derecho, Fernando Atria, uno de los que en 2009 fue más crítico con el liderazgo de Nahum. “Espero que se declare incompetente, sería lamentable que (el tribunal) acogiera el reclamo del decano. Negaría la autonomía universitaria”, agregó. Al respecto, el propio Nahum se limitó a decir que no haría comentarios hasta que se pronuncie la justicia, “pero que cualquiera sea el resultado final, obviamente que se acatará el fallo”.

La preocupación de varios, y de la que ya existían luces en 2009, tiene que ver con una falta de renovación al interior de la Facultad, así como ante el funcionamiento de un claustro académico cuestionado no por pocos. “La universidad, bajo su decanato, no ha logrado modernizarse, renovar sus claustros académicos, todo lo contrario, se mantiene un claustro ficticio para ganar las elecciones. Ni son todos los que están ni están todos los que son. Hay profesores que no hacen clases y que se mantienen votando; por otro lado, profesores que están haciendo clases, incluso titulares, y que no son parte del claustro, porque tienen contrato de honorarios con la Facultad. Es una situación irregular que él ha mantenido”, explicó el vicepresidente de la Fech, Sebastián Aylwin.

Otros estás preocupados ante la falta de definición que estaría mostrando el nuevo rector Ennio Vivaldi, quien a sólo dos meses de asumir su nueva gestión no tendría demasiadas ganas de involucrarse de lleno en este conflicto. En ese sentido, Aylwin agregó que: “Creo que la situación actual afecta de manera sustantiva la autonomía universitaria y la decisión que se espera de esta rectoría es que siga los canales legales pertinentes, lo que significa que vaya la universidad al Tribunal Constitucional para que este declare que la universidad tiene autoridad para resolver sus asuntos”. Quisimos conversar con el rector respecto de este asunto, pero se nos informó que no se referiría al tema.

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