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Por qué el Colegio Cumbres ya no es lo que era Afectado por el escándalo del «padre fundador» y la denuncia contra O’Reilly

Por qué el Colegio Cumbres ya no es lo que era

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Fue el primer colegio fundado por la Legión en Chile y uno de los favoritos de la elite. Llegó a tener tres mil alumnos, pero en la última década perdió mil. Hoy soplan otros vientos: hace un mes se creó un sindicato, desde el año pasado existe un centro de padres y su página web cuenta con un protocolo para enfrentar situaciones de abuso sexual. 3 Consultores –la empresa de Nicolás Vergara, Patricio Dussaillant y Claudio Racciatti– fue contratada para elaborar un diagnóstico.


Soplan otros vientos en el colegio Cumbres, el primero fundado por la Legión de Cristo en Chile, en 1986, en los faldeos de San Carlos de Apoquindo. Hace poco más de un mes se creó un sindicato, desde el año pasado existe un centro de padres y su página web cuenta con un manual titulado “Cómo cuidamos a tu hijo”, con un protocolo de prevención y respuesta ante situaciones de abuso sexual, de 23 páginas.

El buque insignia de la orden contrató a 3 Consultores –la empresa de Nicolás Vergara, Patricio Dussaillant y Claudio Racciatti–, que durante un año trabajó en un diagnóstico sobre el colegio para ver qué acciones tomar. Querían saber cómo eran percibidos, cuáles eran sus públicos estratégicos, cómo había que comunicar, cuáles eran las fortalezas y debilidades internas.

En una década el colegio vio disminuida su matrícula de 3.300 a 2.200 alumnos.

Dos terremotos provocaron trizaduras en el Cumbres. El “padre fundador” Marcial Maciel, objeto de veneración, fue acusado en 1997 de abuso sexual por ocho ex miembros de la orden y el Vaticano lo invitó en 2006 a llevar «una vida reservada de oración y penitencia, renunciando a todo ministerio público». Fue recién en 2009, un año después de su muerte y cuando se hizo pública la existencia de tres hijos de Maciel, que la Legión sacó su foto de las salas de clases, libretas de comunicaciones y suspendió la celebración de su cumpleaños. Y en 2012 surgió la acusación de abuso sexual en contra del sacerdote John O’Reilly, capellán del colegio femenino, quien se autodenunció, fue juzgado, encontrado culpable en el caso de la menor de las hermanas y absuelto en el de la mayor, ambas ex alumnas del Cumbres. La sentencia se conocerá el 11 de noviembre.

El Cumbres fue uno de los colegios favoritos de la elite. Parte de la cúpula histórica de la UDI –Andrés Chadwick, Pablo Longueira, Juan Antonio Coloma, Cristián Larroulet y Marcela Cubillos– matriculó allí a sus hijos. Un sinnúmero de empresarios apostó por la formación legionaria: Juan José Cueto, socio de Lan; Jorge Andrés Saieh, presidente de CorpBanca y  Copesa; Gabriel Ruiz-Tagle, ex dueño de Pisa y ex subsecretario de Deportes; Rafael Marín, accionista de CGE; Juan Francisco Lecaros Menéndez, socio de Coloso y San José; Lorenzo Bauzá, dueño de Pisco Bauzá; Pablo Echeverría, socio y presidente de Moneda Asset Management; Gonzalo Martino, accionista de Copeval; Luis José Garreaud y Luis Hernán Cubillos, dueños de Egon Zehnder; Federico Valdés, rector desde la Universidad del Desarrollo y ex presidente de Azul Azul. Y directores de empresas como Gonzalo de la Carrera, presidente de Consalud; Arturo Mackenna, director de la Papelera; Fernando Barros, director de Socovesa, Oxiquim, la administradora de fondos LarrainVial y socio del estudio de abogados Barros & Errázuriz.

A mediados de la década pasada el panorama cambió. El Cumbres, que elegía con pinzas a los alumnos, no pudo llenar las vacantes, la infraestructura le quedó grande “y la puerta empezó a ser más ancha”, confidencia un apoderado con cuatro hijos en el Cumbres. “Se convirtió en un colegio para saltar socialmente, la gente que quería subir de nivel postulaba porque le daba prestigio y redes. Se perdió la austeridad, niñitas de 6° Básico hacían fiestas atómicas, con terrazas encarpadas”, afirma una mamá con tres niños en el colegio que colinda con el estadio de la UC. “A los alumnos de 4° Medio antes les regalaban un auto, un city car, para su futura vida universitaria. Ahora les regalan 4 x 4”, acota una profesora del establecimiento.

[cita]A mediados de la década pasada el panorama cambió. El Cumbres, que elegía con pinzas a los alumnos, no pudo llenar las vacantes, la infraestructura le quedó grande “y la puerta empezó a ser más ancha”, confidencia un apoderado con cuatro hijos en el Cumbres. “Se convirtió en un colegio para saltar socialmente, la gente que quería subir de nivel postulaba porque le daba prestigio y redes. Se perdió la austeridad, niñitas de 6° Básico hacían fiestas atómicas, con terrazas encarpadas”, afirma una mamá con tres niños en el colegio que colinda con el estadio de la UC. “A los alumnos de 4° Medio antes les regalaban un auto, un city car, para su futura vida universitaria. Ahora les regalan 4 x 4”, acota una profesora del establecimiento.[/cita]

La apertura del Everest, la segunda apuesta educacional de la Legión en 1998, en La Dehesa, hizo que las familias que vivían en el sector optaran por el nuevo establecimiento que hoy suma 2.400 alumnos. El escándalo de Maciel afectó. “Hubo gente que se llevó a sus hijos a los colegios del Opus Dei. No fue masivo, pero se notó”, agrega el apoderado con cuatro niños en el Cumbres. Y la denuncia contra O’Reilly puso otra piedra en el camino: “El movimiento vive una crisis, si vas a poner a un niño en el colegio y tienes dos alternativas que te ofrecen lo mismo, ¿para qué te vas a meter en las patas de los caballos?”, plantea una profesora que ha sido testigo de los cambios.

“De un tiempo a esta parte el colegio ha vuelto a sus raíces. Ves a papás jóvenes comprometidos con los valores cristianos, no son de nivel socioeconómico tan alto ni de apellidos tradicionales de antes, pero participan en las misas del colegio en las mañanas, que durante años eran un peladero”, apunta el padre con cuatro hijos en dicho colegio.

Beatriz Moreno, directora del Cumbres femenino desde marzo de 2013, asegura que “el Cumbres tuvo un boom muy grande que no era sostenible en el tiempo”. Como causas enumera la caída en el promedio de hijos de las familias que asisten al colegio, que, en una década, pasó de cinco a tres; la competencia del Everest y también la de otros colegios de San Carlos de Apoquindo (Cordillera, del Opus, San Francisco de Asís y Juanita de Los Andes) y él escándalo de Marcial Maciel, “aunque no puedo cuantificarlo con precisión”.

Papás no eran recibidos por el antiguo director

Desde el 17 de septiembre el Cumbres cuenta con un sindicato que agrupa a 100 de 344 funcionarios. “Buscamos emparejar la cancha con los colegios de la competencia, que se escuche al profesor y se respete su desarrollo profesional y humano”, afirma Luis Fuentealba, su presidente, con 20 años como profesor de Educación Física.

“La reacción inicial fue de sorpresa, que no era el momento, que cómo no les avisamos. Algunos mandos medios se reían de la negociación colectiva, decían que no podíamos hacer propaganda durante el horario laboral”, sostiene el dirigente, que planteó sus quejas a la gerencia para detener los comentarios. Cuenta que explicó que el sindicato “es una oportunidad de demostrar a la sociedad que el colegio puede ser una de las mejores empresas para trabajar en Chile y si estamos formando a los futuros líderes debemos tener la capacidad de gestionar nuestros propios liderazgos”.

El pliego de peticiones plantea aumentos de 8% real para profesores y 10% para administrativos; bonificaciones por jefatura de curso, antigüedad y grado académico; indemnización por años de servicios en caso de retiro voluntario y un premio de $50 mil a todos los trabajadores si hay mejoras en  los resultados del SIMCE y la PSU respecto del año anterior, entre otros puntos.

La respuesta del equipo negociador compuesto por la gerenta de recursos humanos, Florencia Agüero, y el nuevo subdirector Roberto Castro, será el 25 de noviembre.

Desde la dirección, Moreno afirma que “(el sindicato) es parte de los tiempos; en la medida que los profesores se organicen y comulguen con el proyecto educativo y lo quieran sacar adelante, es bueno”.

“Antes había un autoritarismo salvaje. No se podía conversar con el director (Alfredo Márquez), no te recibía. Pedimos una reunión, pasaron dos años y nada. Ahora hay más empatía: el nuevo director trabaja con un sistema de puertas abiertas y hay un centro de padres, en el que votamos todos”, revela un apoderado del Cumbres masculino.

El sacerdote español Carlos María García de Alvear, que dirige el colegio de hombres desde hace casi dos años, es reconocido por su carisma y cercanía con profesores, alumnos y apoderados.

«La información sea buena o mala –dice Moreno, laica consagrada, de profesión agrónoma, que antes dirigió el Everest por siete años– se les envía por correo electrónico a todos los apoderados». Así ocurrió antes de la formalización de O’Reilly, después de conocerse el veredicto del Tercer Tribunal Oral en lo Penal y se reenvió el comunicado de la Legión desmintiendo los dichos del vaticanista peruano-español Eric Frattini, quien telefónicamente aseguró al programa ‘La Hora del Taco’, en Radio Universo, que O’Reilly fue investigado por abusos sexuales en los años 83 y 84 en Irlanda.

Para enfrentar los nuevos tiempos “y hacer una reflexión más profunda”, Moreno contrató a 3 Consultores, la mencionada firma de Vergara, Dussaillant y Racciatti, que realizó encuestas cualitativas entre alumnos, egresados, padres y líderes de opinión para conocer la percepción del colegio y un diagnóstico a partir de una jornada durante las vacaciones de invierno en la que todos los trabajadores respondieron preguntas abiertas. Algunas de las conclusiones fueron que los distintos estamentos no se sentían escuchados por sus superiores, que el colegio no comunicaba bien hacia afuera y que su público objetivo –para llenar nuevas vacantes– son los ex alumnos.

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