Publicidad
Tambalea estrategia de la UDI en Caso Penta y aumenta la presión por señales políticas El nuevo escenario que enfrenta la Alianza

Tambalea estrategia de la UDI en Caso Penta y aumenta la presión por señales políticas

Tras la salida de Dávalos del Gobierno, se consolida tesis del empate, pero aumenta la presión sobre la UDI para modificar el manejo de la crisis en el Caso Penta. Los cuestionamientos provienen de sus socios y también desde el interior de la tienda gremialista.


El millonario escándalo que explotó en el corazón de La Moneda y que culminó con la salida de Sebastián Dávalos del Gobierno, validó la estrategia diseñada por la UDI para enfrentar el Caso Penta. Tras denuncias como las donaciones a las campañas comunistas en el exterior y el Yategate, finalmente, el negocio inmobiliario de Caval impuso la teoría del empate en la opinión pública. Sin embargo, la señal política de la Nueva Mayoría de sacar a Dávalos y quitarle el respaldo, aumentó la presión sobre los gremialistas, quienes hasta ahora han optado por respaldar a los parlamentarios involucrados en el financiamiento irregular de las campañas y esperar las resoluciones judiciales antes de tomar medidas contra ellos.

La decisión de institucionalizar la defensa de Iván Moreira, Ena von Baer, Jovino Novoa y Felipe de Mussy, diseñada por el jovinismo y ejecutada por la mesa de Ernesto Silva, ha significado altos costos al interior del partido. Desde un comienzo, generó mucha división,  algunos tímidamente lo han enunciado por los medios de comunicación, como Patricio Melero, Mario Olavarría, Rodolfo Carter, entre otros. Fuentes de la disidencia comentan que el clima en el partido se está volviendo insostenible: “Hay divergencia y muchas críticas. No todos estamos de acuerdo con el lineamiento oficial. Esta defensa corporativa ha generado un proceso creciente de crítica  y malestar”.

Tanto así, que varios sectores del partido están presionando para convocar a un comité político ampliado urgente para fines de febrero, con el objetivo de modificar la estrategia y comenzar a dar señales claras a la opinión pública que coincidan con el inicio de las formalizaciones de los parlamentarios el 4 de marzo. Pero la directiva no está dispuesta a sentarse a conversar y se ha negado a convocarlo.

Desde el interior de la UDI, señalan a El Mostrador que es muy difícil que la directiva decida hacer modificaciones o dé un paso al costado, “no van a retroceder en su estrategia, están dispuestos a morir con las botas puestas. Quieren dar una señal de autoridad política interna y eso es un grave error. Además, a esta altura, cualquier medida que tomen será considerada muy tardía. Si no se hizo en su momento, no lo van hacer ahora”.

[cita]A diferencia de Morales, el analista político Max Colodro cree que la salida de Dávalos presiona a la UDI y augura una pronta caída de la mesa: “Efectivamente, la renuncia de Dávalos pone algo de presión hacia la necesidad de la UDI de tomar ciertas medidas disciplinarias o decisiones de renuncias, que a estas alturas creo que van a ser inevitables. La directiva de la UDI no se podrá sostener mucho más tiempo, sobre todo porque en marzo vienen las formalizaciones. En ese momento tomarán decisiones forzadas, como solicitar expulsiones”. [/cita]

Enviar una señal política fuerte, como aplicar medidas disciplinarias contra los parlamentarios, tal como la Nueva Mayoría hizo en el Caso Dávalos al obligarlo a renunciar, por ahora, también está descartado. Según el diputado Felipe Ward, eso podría modificarse sólo “si el Tribunal Supremo del PS expulsara a Dávalos, obviamente eso pondría presión a los partidos de la Alianza, especialmente a la UDI, pero para eso no basta con la renuncia, eso era lo mínimo. Si el PS expulsa a Dávalos, el escenario cambiaría”. Aunque, según el analista Max Coloro, la expulsión no prosperará, es solo un guiño de la lista opositora de Gonzalo Martner.

A su vez, Pablo Terrazas, miembro de la mesa directiva de la UDI, confirmó a El Mostrador que, a pesar del Caso Dávalos, la estrategia no se modificará y esperarán la decisión de los tribunales de justicia. “No vamos a cambiar de estrategia, el tema Dávalos es muy diferente, el único caso comparable es el del ministro Undurraga. El Gobierno decidió mantenerlo en su cargo, por lo tanto, no tienen autoridad moral para exigir que nosotros hagamos algo respecto a los parlamentarios cuestionados por el Caso Penta”.

LOS SOCIOS

Sin embargo, desde Renovación Nacional están intensificando la presión para forzar a la UDI a tomar una resolución antes de que sea la justicia la que obligue al congelamiento de las militancias o eventualmente la expulsión de los parlamentarios.

El presidente del partido, el diputado Cristián Monckeberg, hace unos días los emplazó públicamente, al sostener que en marzo se deberían ver señales políticas y legislativas para avanzar en la solución del conflicto. Sobre esto, Terrazas contestó que “Monckeberg debe entender que, así como nosotros no participamos en las decisiones internas de RN, ellos deben respetar la autonomía de las decisiones internas de la UDI”.

En la misma línea, el diputado José Manuel Edwards puntualizó a El Mostrador que “los partidos tienen que dar señales políticas antes que la justicia los obligue”, contradiciendo la estrategia de sus socios de la UDI. También, Edwards sostuvo que la Nueva Mayoría no ha hecho ningún gesto. “Si ellos consideran que los parlamentarios involucrados en Penta deberían renunciar, el ministro Undurraga debió ser el primero en salir. Hasta ahora la Nueva Mayoría no ha reconocido errores, ni ha hecho ningún gesto, tampoco reconoció ilícitos ni irregularidades en el Caso Dávalos. El único que se ha hecho cargo de toda esta situación es Iván Moreira”.

Para el diputado Pedro Browne, de Amplitud, ambos casos no son homologables, “el empate de ninguno de los lados es bueno, ni del Gobierno ni de la Alianza, eso contribuye al desprestigio de la política” y argumentó que lo fundamental es hacerse cargo de legislar para que estas situaciones no vuelvan a ocurrir. “Tenemos que buscar soluciones para definir el límite entre política y dinero. El financiamiento de los partidos es una caja negra, es bueno que se conozcan esos mecanismos”. Además, sostuvo que, si bien las señales políticas son una decisión interna de la UDI,  la “directiva actual asume recién, pero es la directiva anterior la que ocasionó el problema”.

EL NUEVO ESCENARIO

El analista político de la UDP, Mauricio Morales, desmenuza el nuevo escenario que enfrenta la Alianza y sostiene que la oposición hará lo mismo que ha hecho hasta ahora: apretar los dientes y tratar de empatar. “No van a sancionar a nadie. A diferencia del Caso Dávalos, los involucrados en la Alianza son personas que han sido electas, no nominadas por el Gobierno o por el Presidente. Si no hubo medidas disciplinarias en el momento más álgido del Caso Penta, cuando Monckeberg y Espina pidieron que la directiva sancionara a los involucrados o que renunciara la mesa, no va a pasar en marzo. Siempre y cuando no exista sanción legal. Si hay sanción legal, las medidas se van a tener que tomar, de lo contrario la UDI insistirá en su política de echar a todos al barro. Su tesis es que, si caigo yo, caemos todos, para eso es necesario que se defiendan bajo la lógica legalista. Si no reciben sanción, van a seguir pegando patadas”.

Sobre los pasos a seguir, cree que “la estrategia de la Alianza será hacer tiempo con el tema Dávalos, tratarán de estirarlo  como un chicle para que la investigación judicial del hijo de la Presidenta coincida con las formalizaciones de los involucrados en el Caso Penta”. En la Alianza, según Morales, “están conscientes de que la situación Penta es mucho más grave que el Caso Dávalos,  pero a nivel de opinión pública la situación está empatada, se logró el objetivo de la Alianza, que era que todos se tiraran al barro. El escenario es menos desastroso para la UDI si logran que ambas discusiones estén en paralelo. Para la opinión pública están todos metidos y eso no tiene vuelta atrás, el empate es irreversible”.

A diferencia de Morales, el analista político Max Colodro cree que la salida de Dávalos presiona a la UDI y augura una pronta caída de la mesa: “Efectivamente la renuncia de Dávalos pone algo de presión hacia la necesidad de la UDI de tomar ciertas medidas disciplinarias o decisiones de renuncias, que a estas alturas creo que van a ser inevitables. La directiva de la UDI no se podrá sostener mucho más tiempo, sobre todo porque en marzo vienen las formalizaciones. En ese momento tomarán decisiones forzadas, como solicitar expulsiones”.

Aunque con los últimos antecedentes relativos a SQM, que involucran a miembros de la Nueva Mayoría, la tesis de la derecha sobre financiamiento irregular transversal toma fuerza: “En todo caso, si se sigue ampliando la investigación hacia otras empresas, como ya se está evidenciando en el caso SQM, aparecerán dirigentes de todos los sectores, ese escenario ayudará a la UDI, al instalar la idea de que el financiamiento irregular de la política es transversal. Eso los puede favorecer”, aseguró Colodro.

El analista político Roberto Izikson, de CADEM, coincide con lo planteado por Morales: “Este es el caso que la UDI y RN estaban esperando para poder empatar en forma efectiva el Caso Penta. Por eso están tratando de judicializar el tema Dávalos, para extenderlo en el tiempo”.

Izikson concuerda en que las señales del Gobierno han sido más fuertes que las de la Alianza, “la carta y las disculpas en que la UDI asumió la responsabilidad política son completamente insuficientes para la opinión pública. Lo medimos en nuestra encuesta y un 80% lo encontraba insuficiente”.

El cientista político explica que el problema que enfrenta la UDI es de realismo político: “Pedirle a la UDI que haga un cambio de directiva, que al parecer es lo más lógico, es difícil. El Caso Penta aún no se sabe por dónde encauzarlo, hasta que eso no ocurra, que otra mesa asuma en medio de la crisis es poco aconsejable. Silva ya está completamente quemado por el Caso Penta, quemar a otro presidente más no tiene sentido. La mesa está tratando de aguantar, pero como señal es mala. No han dado ninguna señal potente”.

Además, Izikson, aprovechó para plantear que el problema de la derecha es mucho más profundo y va más allá del Caso Penta. Cree en la necesidad de reconstruir el sector a partir de nuevas propuestas, un programa de Gobierno y la salida de ambas directivas: “Si la centroderecha quiere volver al Gobierno, se necesita una nueva mesa en la UDI y en RN, gente con capacidad de ordenar al sector. La opción de un partido único es interesante y sería potente como señal política. El problema es que en la derecha todo parece improvisado, descoordinado, desconectado de la realidad, se tienen que tomar las cosas más en serio. Por ejemplo, la Nueva Mayoría tardó dos años en rearmar su sector, en cambio en la Alianza arman ‘Unidos por ti’ y piden nombre por las redes sociales. Ambas directivas no están a la altura de los desafíos para reconstruir el sector y volver a ser Gobierno”.

DE LA OTRA VEREDA

En la Nueva Mayoría están completamente escépticos sobre un cambio en el manejo de la crisis en la derecha. El presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, sostiene que el Caso Dávalos se manejó con otra vara. “Dávalos renunció y pidió perdón, es una conducta que no se ha visto en la Alianza. Salieron las declaraciones de la cuñada de Wagner, que involucran al presidente de la UDI, y nadie dice nada”.

El timonel PS, además, acusó a la derecha de ser “cara de palo”: “El carepalismo de la derecha no tiene límites. Francamente, no me atrevo a esperar nada de ellos. No tomarán ningún tipo de medida ni sanción, no tienen capacidad para eso, están demasiado involucrados. Tomar medidas internas supone que se les desbarajusta el naipe interno, se les desmorona su propio entramado”, al tiempo que agregó que, si los parlamentarios involucrados quisieran, podrían renunciar voluntariamente a su dieta y cargo.

Por último, el senador Andrés Zaldívar afirmó que el Caso Dávalos le permite a la Alianza conseguir el empate. “Ahora el cuestionamiento a la política es transversal, con casos de abusos de poder y corrupción en todos los sectores. El Caso Dávalos dio lugar a autoempate”. El autogol más doloroso que ha enfrentado Bachelet desde su retorno al poder y el que la derecha necesitaba desesperadamente para igualar el marcador.

Publicidad

Tendencias