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Estela Ortiz y vínculo con SQM: «Nunca pregunté de dónde venía la plata»

Estela Ortiz y vínculo con SQM: «Nunca pregunté de dónde venía la plata»

«Me da vergüenza y me he visto salpicada con algo que ha sido lo más doloroso de vida», sostiene la secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de la Infancia.


«Me da vergüenza», asegura la secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de la Infancia, Estela Ortiz, al ser consultada por su vínculo con el caso SQM.

La amiga cercana de la Presidenta Michelle Bachelet recibió de la empresa de Giorgio Martelli (Asesorías y Negocios SpA) un total de $32.177.776 bruto entre 2012 y 2013 por la emisión de 20 boletas de honorarios.

Al respecto, la funcionaria dice que se enteró a través de una llamada de la prensa. «Me da vergüenza y me he visto salpicada con algo que ha sido lo más doloroso de vida. Yo no tenía ninguna información», afirmó en Radio Zero.

Consultada por si las boletas eran para la campaña de Bachelet, Ortiz aclara que «se trata de dos cosas distintas».

«Fui llamada para entregar mi aporte profesional a un programa que en ese momento no era de un candidato, a un programa progresista al cual yo aporté desde mi profesión en el ámbito de la educación inicial. Es un trabajo que yo realicé, está respaldado», explica.

«Nunca supe, porque nunca pregunté de dónde venía la plata, porque uno nunca lo hace. Yo hago muchas consultorías y he entregado muchas boletas. He entregado cientos de boletas en mi vida, porque es la forma en que yo trabajaba. Y cuando me entero de dónde venía el financiamiento, es lo más terrible», agrega.

«Yo no habría recibido ninguna chaucha de él, no solo por haber sido el yerno de Pinochet sino que es parte del grupo que desvalijó este país. ¡Por favor!, si se robaron medio país en el tiempo de la dictadura», recalca Estela Ortiz.

Ante la pregunta ¿es responsabilidad de Giorgio Martelli?, responde: «Eso lo está investigando la justicia, no quiero ahondar en ese tema, yo sólo quiero aclarar que yo no sabía, en cuanto a que eso no corresponde, hay un límite ético y valórico. A mí me ha hecho mucho daño y me ha ensuciado terriblemente y me duele. Es uno de los temas más dolorosos que me ha tocado vivir en el último tiempo».

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