Fue el integrante más rico del gabinete de Sebastián Piñera con un patrimonio que, por lo bajo, asciende a US$120 millones. Fue socio del hermano de la ex ministra de Vivienda, Arturo Matte, pero una mala jugada acabó con la amistad. Este perfil publicado originalmente en 2010 recuerda su cercanía con los jugadores de Colo-Colo mientras presidió la concesionaria del club y su tirante relación con Harold Mayne-Nicholls, que inauguró preguntándole: «¿En qué colegio estudiaste?».
Descrito como un hombre de poca chispa, al que nada parecía despertarle pasión –ni las maratones, ni sus exitosos negocios, ni su refugio en La Parva o su santuario de 12 mil hectáreas de bosques en Lago Ranco– para Gabriel Ruiz-Tagle Colo-Colo fue una inyección de endorfinas. “Se volvió loco de fascinación, le cambió la cara, cambió su familia, todos tenían un Leitmotiv”, relata uno de sus cercanos.
César Barros, uno de los nueve directores de Blanco y Negro, cuenta que Ruiz-Tagle estaba “muy apagado” después de vender la mitad de PISA, su empresa papelera, en 2003. “Y Colo-Colo lo hizo inmensamente feliz”, revela.
Por el 50% de PISA, que fabrica los productos Favorita, Magiklin y Naturell, el ex director de Chiledeportes recibió 55 millones de dólares de manos de la empresa sueca SCA. Ruiz-Tagle conservó hasta 2013 la otra mitad y uno de sus hijos lo reemplazó en el directorio que solo se reunía tres o cuatro veces al año.
Uno de los hombres de negocios de más bajo perfil se convirtió, en abril de 2007, en presidente de Colo-Colo. Aceptó con agrado lo que antes rechazó: la exposición pública. Arrastrando el estigma de ser un afuerino del fútbol y, especialmente, de Colo-Colo, Ruiz-Tagle hizo grandes esfuerzos por ganarse a los jugadores dentro y fuera de la cancha. Asados en su casa en La Dehesa, regalos de Navidad y hasta un auto para Moisés Villarroel cuando dejó el club son parte de los gestos hacia un equipo que lo miraba con recelo.
Un trato que no fue igual dentro del directorio. Ni con Harold Mayne-Nicholls. “La primera vez que se reunieron en un almuerzo –relata un testigo–, lo primero que le preguntó Ruiz-Tagle fue ¿en qué colegio estudiaste?”. La consulta molestó a quien entonces era candidato a la presidencia de la ANFP, ex alumno del Saint George, debido a que el asunto no era pertinente.
En adelante las relaciones no mejorarían. El incumplimiento de Ruiz-Tagle en el préstamo de jugadores de Colo-Colo para partidos amistosos de la selección acordado con el timonel de la ANFP y la demanda de los tres clubes grandes en contra de la Asociación por la distribución de las platas del Canal del Fútbol, terminaron por poner a Harold Mayne-Nicholls de un lado, y a los clubes grandes liderados por Colo-Colo, del otro.
La demanda se presentó el 10 de marzo, un día antes de que Piñera y Ruiz-Tagle asumieran sus cargos. El Canal del Fútbol (CDF) –cuyos socios son Jorge Claro (20%) y la ANFP (80%)– nunca ganó plata, pero por derechos de televisación debía pagar un mínimo garantizado de 5,4 millones de dólares a todos los clubes, con una fórmula que favorecía a los tres grandes. Cuando el año pasado comenzó a obtener ganancias, la postura de Mayne-Nicholls fue que las utilidades se repartieran igualitariamente entre los 32 clubes para favorecer a los chicos y que el monto fijo de 5,4 millones de dólares se mantuviese con los mismos porcentajes.
Finalmente, el Tribunal de asuntos patrimoniales de la ANFP falló el 27 de mayo: este año rige la posición del timonel de la ANFP, pero a partir del próximo se acaba el monto fijo y un 25% va a los tres clubes grandes. Colo-Colo será el que más reciba: 9,5% del total de las utilidades, porque es el de mayor hinchada y auspicios.
A modo de ejemplo: este año el CDF debiera ganar US$30 millones, por lo que si aplicara la nueva fórmula, al club albo entrarían casi US$3 millones.
En el negocio papelero Arturo Matte Lecaros, hermano de la ministra de Vivienda, es parte del inventario. No solo porque su abuelo, del mismo nombre, fue fundador de la Papelera junto a su tío abuelo Luis, sino porque siendo menor de edad y estudiando de noche creó una empresa importadora de papel que se transformaría en la primera distribuidora de papel para impresión en Chile.
Había sido compañero y amigo de Ruiz-Tagle en el colegio San Ignacio de El Bosque y decidió invitarlo al negocio. “Yo partí en 1968 con Productos Rosales y después del golpe, en 1973, lo convidé. Creamos Dimar (la sigla de Distribuidora Matte Ruiz-Tagle), yo aporté todo lo que tenía en Productos Rosales, y Gabriel no puso nada, pero cada uno se quedó con el 50% de la empresa. En 1978 –prosigue– acordamos separarnos y yo le compré su parte. Cuando le terminé de pagar la última cuota, Ruiz-Tagle estaba armando otra empresa idéntica con un grupo de empleados míos que se llevaron información clave”.
Así nace PISA que, más tarde, se divide y crea la planta de productos Favorita y otras marcas y cuya mitad vende a la sueca SCA. Lo curioso es que en todos los reportajes la historia empresarial de Ruiz-Tagle comienza en 1978 con la creación de PISA, sin hacer mención a la sociedad con Matte.
Ninguno de los antiguos amigos terminó la universidad. Matte abandonó rápidamente Ingeniería Comercial en la Chile; Ruiz-Tagle cursó un par de ramos en la misma carrera en la Católica, se cambió a Derecho y se retiró dos años después.
Muy habilidoso para los negocios, el ex director de Chiledeportes –55, casado con Loreto Barros y padre de seis hijos hombres– fue el segundo mayor accionista de SM, la dueña del 49% de las acciones del Banco de Chile. En 2008 vendió el 4,37% que tenía en US$70 millones a los Luksic.
Hijo de un agricultor de buen pasar, trabajó con su padre –dueño de una de las mayores plantaciones de uva en Copiapó–- y luego formó con su hermano otra exportadora, con la misma cantidad de tierras y en la misma zona. La uva obtiene el mejor precio en el exterior porque es la primera que se cosecha mientras en el hemisferio norte es invierno.
Considerando lo que ganó con la venta de la mitad de su empresa papelera y las acciones del Banco Chile, el patrimonio de Ruiz-Tagle llega a US$120 millones. Sin considerar las utilidades del 50% que mantiene en la firma de papeles ni el negocio de la uva.
Hasta la venta de la papelera, el ex canciller Alfredo Moreno, también empresario, ostentaba el título del ministro más rico del entonces gabinete, con US$60 millones que figuraban en su declaración de intereses. Sin embargo, el ex presidente de Colo-Colo lo sobrepasa con creces y era, entonces, el de mayor fortuna del gobierno de Sebastián Piñera
Una posición que puede explicar comentarios como el que hizo en un consejo de presidentes de la ANFP. “Dijo que los efectos de la crisis asiática en la bolsa causaron más daño que todas las guerras juntas”, revela la cabeza de un club que pide reserva de su nombre.
Para algunos, su nombramiento en Chiledeportes fue una sorpresa, ya que antes de toparse en Colo-Colo, no existía afinidad alguna con el Presidente. Hombre de la UDI, fue amigo de Jaime Guzmán, aunque no parte de su círculo más íntimo, y participó en la campaña presidencial de Hernán Büchi, “pero no estaba ni en el primer círculo ni en el segundo”, sostiene Claudio Behncke, uno de los mejores amigos del ex ministro de Hacienda.
Ruiz-Tagle nunca compartió el estilo de hacer negocios de Piñera y fue sumamente crítico en el episodio del Piñeragate o radio Kioto. El Presidente, por su parte, estaba muy preocupado de que hubiese dos representantes de la UDI a la cabeza de los clubes más populares: Colo-Colo que ya tenía como timonel a Ruiz-Tagle, y la U. Siguió muy de cerca la disputa entre Carlos Heller y Federico Valdés, en la que ganó este último, hombre del partido de Juan Antonio Coloma.
“Ruiz-Tagle y Piñera se llevaban bien, al menos, en las reuniones de directorio. Si había diferencias se zanjaban en privado”, afirma Cristián Varela, ex presidente y actual director de Blanco y Negro
El año pasado Ruiz Tagle incursionó en la industria de medios como parte de los socios de El Líbero, medio digital en el que también participan de la propiedad Hernán Büchi y el abogado José Antonio Guzmán. Según explicó a revista Capital, «pensé que una vez que saliera del Gobierno, podría desarrollar un proyecto. Entonces, supe que había otras personas que estaban pensando hacer un medio de este tipo, no deportivo, sino que con énfasis en temas sociales, políticos, de servicio público… entre ellos Hernán Büchi», aseguró.