El fanático religioso presentó numerosos testigos para apoyar sus palabras en contra del líder del Movilh, Rolando Jiménez.
El autodenominado «pastor» Javier Soto fue declarado culpable del delito de injurias por el juez Darwin Bratti, titular del Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, que tramitaba una causa por este hecho en su contra, luego de una denuncia presentada por Rolando Jiménez, líder del Movimiento de Integración Liberación Homosexual (MOVILH).
La acción penal, de la que había sido sobreseído por la Corte de Apelaciones, se basa en la campaña de persecución y difamación de Soto en contra de Jiménez, a quien llamó «pervertido» y lo asoció a la pedofilia en varios eventos públicos donde dio cuenta de su fanatismo religioso.
Durante el juicio, el predicador presentó un testigo que aseguró que «hemos visto al Movilh haciendo helados con forma de genitales y regalarlos a los niños», lo que causó numerosas burlas en redes sociales.
