El socio de la agencia de lobby Azerta dijo que evitaría dar consejos a las generaciones más jóvenes del gremialismo y que la primera línea de conducción de la UDI debe pasar a las manos de estos. Agregó que la tienda de la cual es histórico militante tiene que hacer un cambio de switch y sacrificar tamaño por identidad.
«Se ha instalado un discurso de que la ley es hecha por la clase dominante y es la causante de la desigualdad. Cuando Boric y compañía hablan de la Asamblea Constituyente, prefiero llamarla la ‘patota constituyente’: ese grupo que, ejerciendo una fuerza tácita, se apropia abusivamente de los espacios comunes», dijo el histórico militante de la UDI y socio director de la agencia de lobby Azerta, a La Segunda.
Cordero dijo que sería un contrasentido con la renovación darles consejos a las nuevas generaciones, pero aseguró que cree que el país no está bajo una corrupción generalizada de la política y que la gravedad jurídico-penal de los casos se ha exagerado.
“No entremos en pánico ni en actitud autoflagelante. Asumamos los errores que la UDI cometió en el sistema político, pero no los horrores que ni la UDI ni la generalidad del sistema han cometido: llevarse la plata para la casa, la imputación de cohecho”, dijo Cordero a La Segunda, tras asegurar que el gremialismo no debe caer presa del horror. Luego agregó que la elección municipal de este año será muy difícil para su partido, porque la contingencia no está “para un resultado en línea con su historia”.
Cuestionado sobre el tipo de discurso con que la UDI debe enfrentar las municipales, el abogado respondió que “con discurso opositor. La definición de un adversario es fundamental. El peligro encarnado en un adversario es el discurso que asimilo al de la ‘patota’”.
Sobre su pronóstico para las elecciones municipales, afirmó que el gremialismo tendrá un resultado promedio que lo dejará dentro del sistema, lo que es bastante doloroso para un partido acostumbrado a ser el más grande de Chile hace más de una década “y que en la medida que fue creciendo se desperfiló y se puso más desabrido”, dijo.
Mucho se ha hablado en los últimos días de la “renovación” de la UDI, mensaje que buscó proyectar Jaime Bellolio con su candidatura a la presidencia del partido, la que terminó por bajar antes de asumir, un día después de la renuncia de Pablo Longueira, cuando Hernán Larraín dijo que seguiría siendo el presidente del gremialismo hasta después de las municipales.
“La generación sub 40 debe asumir la conducción, pero asumiendo que no van a poder estar 30 años, como quienes los precedieron. Ellos pueden articular una temática, una estética, un lenguaje que sintonice con la juventud”, dijo Cordero en relación con la modernización de la tienda.
«La UDI como la conocemos, se acabó. Esto no da para más. Llegó la hora de que una generación completa dé un paso al costado, y asuma una nueva generación, nuevos liderazgos», dijo el diputado José Antonio Kast a El Mercurio. Cordero respondió diciendo que la alternativa no puede ser unidad versus jubilación. “Generar una disputa, además de todos los problemas que hay, no tiene sentido. Sí es razonable que la primera línea de la conducción debe pasar a la generación más joven, y las figuras que han estado los últimos 30 años tienen que seguir vigentes, pero no en esa primera fila de conducción”, señaló el socio de Azerta.
El abogado aseguró que aspirar a ser el partido más grande en un sistema donde todos son más chicos, ya no es relevante. “La UDI tiene que hacer un cambio de switch. El cambio de sistema electoral genera más actores”, dijo.
Según el histórico de la UDI, la tienda de calle Suecia debe enfocarse en tener mayor rigidez interna y homogeneizar su proyecto, complementado con flexibilizar su postura frente a la formación de alianzas. “Es un buen camino sacrificar tamaño por identidad. Cambiaría el objetivo de ser el partido más grande de Chile por el objetivo de liderar la coalición más grande”, concluyó.
