Con una Nueva Mayoría dividida, finalmente el proyecto que moderniza las relaciones laborales pasó a comisión mixta, no obstante, las “adecuaciones necesarias”, que representan para algunos el reemplazo interno en huelga, fue aprobado. Este artículo había sido modificado en la Cámara Alta por la presiones ejercidas desde la DC, lideradas por Andrés Zaldívar. Para la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, otra vez se demuestra que una “casta de políticos conservadores” imponen sus criterios, incluso, más allá de lo que busca la propia Presidenta Bachelet.
Las negociaciones de último minuto por parte del Ejecutivo con los parlamentarios de la Nueva Mayoría marcaron la jornada de este miércoles en el Congreso donde se votó en la sala de la Cámara de Diputados, en tercer trámite legislativo, el proyecto denominado como el cuarto eje del programa de Gobierno: la reforma laboral. Finalmente, tras un intenso debate, que incluyó el lanzamiento de monedas hacía los parlamentarios desde la tribuna por parte de trabajadores, la iniciativa pasó a comisión mixta. Sin embargo, el artículo más conflictivo del proyecto, el de las «adecuaciones necesarias en caso de huelga” – que para muchos representa el reemplazo interno-, fue aprobado por 68 votos a favor, 36 en contra y 6 abstenciones, generando divisiones en el oficialismo y dando muestras nuevamente de un triunfo de la denominada “cocina” en el Senado, donde se redactó dicha fórmula.
“La buena conducta se hace en la Cámara y la política en el Senado”, así grafican algunos en el oficialismo el resultado de lo ocurrido con la tramitación del proyecto que moderniza las relaciones laborales. Claro, porque finalmente varios de los diputados, sobre todo en el Partido Socialista, terminaron cediendo en el marco de las conversaciones para lograr la viabilidad del proyecto impulsado por Michelle Bachelet.
De esta manera, los ministros de Hacienda, Rodrigo Valdés y del Trabajo, Ximena Rincón, lograron con sus tratativas que se aprobara el conflictivo artículo en el marco de un protocolo de acuerdo que permitía el rechazo de otros artículos para que finalmente llegaran a la comisión mixta: «negociación de sindicato interempresa», «huelga y negociación colectiva pacífica», «derecho a la información», y la “negociación semirreglada”.
La fórmula dejó damnificados. Quizá la intervención del ex ministro del Trabajo y actual presidente de la Cámara Baja, diputado Osvaldo Andrade (PS) grafica lo que terminó por ocurrir en el Parlamento. El socialista sostuvo que “debemos aprobar lo que estamos hoy en condiciones, hubo un retroceso en el Senado debido a la correlación de fuerzas”. En sus palabras el diputado subrayó que su votación iba más allá de “un tema de voluntariedad” y deslizó que sólo aprobando las adecuaciones se podía avanzar y no provocarle una derrota a la Presidenta Michelle Bachelet.
Cabe recordar que en la Cámara Alta tras tensas conversaciones se generó el acuerdo que permitió destrabar el proyecto en su segundo trámite. Ahí los protagonistas fueron los senadores DC, encabezados por Andrés Zaldívar, Patricio Walker, Ignacio Walker, y Manuel Antonio Matta, quienes lograron torcer la mano al Ejecutivo y lograron realizar modificaciones que para muchos en el oficialismo y en la CUT, moligeraron el proyecto.
En la “cocina” que encabezó Zaldívar se terminó por sellar el desenlace de esta historia. De hecho, el Ejecutivo tras el acuerdo con la DC tuvo problemas para explicar si finalmente había o no reemplazo encubierto durante la huelga. De hecho, se desató una pugna entre Valdés y Rincón por la significación de lo que se había aprobado, situación que finalmente tuvo que terminar por definir la propia mandataria, según explican en la Nueva Mayoría.
Mientras desde las tribunas dirigentes de los trabajadores cantaban y gritaban “¿Cuánto Vale el Show?” al ritmo del jingle del programa televisivo de los noventa, abajo un parlamentario sostenía que en la Cámara “siempre se hace el show, pero en el Senado se corta todo”.
“EL CHANTAJE DE LOS CONSERVADORES”
Para la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa (PC), lo ocurrido durante la votación en la sala de la Cámara de Diputados da cuenta de la presión que pueden ejercer un grupo de senadores en todo el oficialismo. “Es lamentable que toda una coalición deba estar a criterio de que es lo que piensa un grupo de senadores y del chantaje al que ellos someten a todo el resto del conglomerado”, expuso la comunista a El Mostrador.
“Aquí hay senadores que francamente plantearon que estaban por botar el proyecto de ley si es que no se mantenían aquellas correcciones y cuando llegamos a ese nivel deja de haber convicción, deja de haber compromiso con lo comprometido con la ciudadanía. Cuando finalmente dejan de pesar la ideas y esto se transforma en una presión indebida, creo que efectivamente tiene que llamarse a la alerta, una alerta preocupante porque esto finalmente no tiene un impacto dentro de una coalición y correlaciones de fuerzas internas sino que también con la capacidad de coherencia de un Gobierno con los compromisos que adquirió en un programa”, añadió Figueroa.
En esa línea, Figueroa llamó la atención sobre el precedente que se estaba marcando con lo ocurrido. La dirigenta insistIó en que resultaba peligroso el poder de ciertos legisladores porque se pueden alterar y poner en riesgo los propios compromisos de Bachelet. “El Gobierno podrá mandar proyectos con ciertas iniciativas que finalmente aquí podrían borrarse todas si finalmente no hay voluntad de un grupo más conservador. Se demuestra que todavía tenemos una casta de políticos en este país que creen que estamos aún en los noventa y que todo se puede terminar resolviendo por la vÍa de consensos y de presiones indebidas”.
EN BUSCA DE RÉDITOS
Tras la votación en la sala quedó en evidencia nuevamente también las divisiones entre la DC y el PC. A la salida de la votación y luego que la ministra del Trabajo, Ximena Rincón, recalcó que «aquí hay un triunfo de la iniciativa del Ejecutivo que ha respaldado la Nueva Mayoría», habló el jefe de bancada de la Democracia Cristiana, Fuad Chahín, quien sostuvo que «la DC ha hecho un aporte a la gobernabilidad. Hemos contribuido a que reforma pueda avanzar»
Chahín emplazó a los comunistas y planteó que un partido oficialista no sólo puede beneficiarse por pertenecer al Gobierno sino que también «en una reforma tan importante como ésta hay costos que pagar por el bien del país». Esto, debido a todos los diputados comunistas rechazaron en bloque el artículo sobre “indicaciones necesarias”. En el partido falangista plantearon que ya es hora que el Gobierno emplace al PC y que no sólo ellos deban ser apuntado como la colectividad que obstaculiza la voluntad del Ejecutivo.
«Nosotros votamos en contra como bancada, haciéndolo saber previamente, las adecuaciones necesarias habrían, dado el nivel de empresarios que tenemos, el resquicio para que algunos de ahí se colaran y permitieran el reemplazo interno», señaló por su parte Lautaro Carmona aclarando la posición de su bancada.
LA AMENAZA DE LA JUDICIALIZACIÓN
En tanto, quienes se sintieron derrotados por la aprobación de las “adecuaciones necesarias” que darían pie para el reemplazo interno en huelga, apuestan porque serán los tribunales quienes impidan que estas situaciones se materialicen.
Uno de los casos que da cuenta de que las adecuaciones necesarias sí constituyen reemplazo interno, es el que se desliza del fallo de fines de 2015 de la Corte de Apelaciones de Santiago. Este, según consignó Pulso condenó a Brinks Chile S.A. por prácticas antisindicales, al reemplazar huelguistas con trabajadores contratados semanas antes de la negociación colectiva, a quienes se les modificaron sus turnos de trabajo para realizar las labores convenidas en sus contratos laborales.