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Enrique Correa: «Sigo siendo de izquierda»

Enrique Correa: «Sigo siendo de izquierda»

El dueño de Imaginaccion habla de su vida como militante socialista, opina que Pablo Longueira prestó en su momento grandes servicios al país y cree que la gratuidad es «la moneda de oro» para Bachelet.


Enrique Correa asegura que sigue veraneando en El Quisco. «Tengo casa ahí hace 28 años. Desde que salí de mis tiempos clandestinos hasta que ya pude adquirir una vida más tranquila, siempre fui allí», señala el dueño de Imaginacción.

Responde a las preguntas que le formula un periodista de The Clinic. Una de ellas, tiene relación con las historias que se decían cuando él asumió como ministro de Patricio Aylwin, entonces la derecha lo cuestionaba por sus orígenes (era de Ovalle y veraneaba en El Quisco).

«La verdad es que para mí siempre ha sido un orgullo mi origen: haber nacido en Ovalle, haberme formado allá, en una escuela pública, liceo fiscal… lo más profundo, lo más arraigado en mi modo de vivir, en mis códigos de conducta, los adquirí en mi familia. Una familia de clase media muy trabajadora. Aprendí desde muy joven que el esfuerzo lo hace todo, que el trabajo lo hace todo», reflexiona al respecto.

De todos modos, reconoce que «había chistes, bromas, provenían de un instinto irrefrenable de la clase alta».

De igual modo, apunta que «nunca voy a dejar de ser un político, alguien interesado en la política y en particular un integrante muy activo de la centro izquierda. Llámese Concertación o Nueva Mayoría y no es indiferente el éxito o el fracaso de nuestros gobiernos. Con el gobierno del Presidente Piñera, en lo que me corresponde, que son las entrevistas de prensa, las opiniones, jugué un rol opositor, respetuoso naturalmente a la figura del Presidente, pero opositor decidido. Y soy un colaborador decidido del éxito de nuestros gobiernos y de nuestra coalición. Por eso digo que hay mucha leyenda. Lo que sí es cierto es que la política es una pasión de mi vida».

Ante la pregunta ¿Qué hubiese sido de usted como dirigente político sin el golpe militar?, Correa responde: «Probablemente, con amigos de mi generación (José Miguel Insunza, José Joaquín Brunner, José Antonio Viera-Gallo), nos habríamos desarrollado en nuestros partidos y gobiernos en roles políticos relativamente importantes. Teníamos muy buenos formadores, creo que esa también fue una virtud en mi caso, de haber tenido a grandes maestros. Desde la Iglesia a don Carlos González, obispo de Talca; don Jaime Castillo, que fue un formador en mi edad más juvenil, y después la personalidad política que más influyó en mi vida fue Clodomiro Almeyda, sin lugar a dudas».

Consultado por si todavía se siente socialista, contesta que «sí» y agrega: «Lo seré siempre, siempre seré de izquierda».

Sobre el caso SQM, Correa conoce que él es uno de los pocos amigos en política que le van quedando al ex gerente general, Patricio Contesse.

De igual modo, dice que en los casos de Pablo Longueira y Carlos Ominami «hay que tener en cuenta dos conceptos que constituyen una totalidad: Nadie está por encima de la ley, ni siquiera Lula en Brasil, y todos tienen derecho a la presunción de inocencia. La ley es para todos».

«Ahora -acota Correa- los hechos están siendo investigados y la defensa del ex ministro Longueira tendrá que presentar sus descargos y sus explicaciones. Pero eso no es razón para olvidar que en su momento, el ex senador y ex ministro Longueira prestó grandes servicios al país. Porque la vida es así pues, sólo los integristas consideran que esta es una lucha eterna entre el mal y el bien. Hay asuntos que tienen que ver con la investigación que está en curso y Pablo Longueira tiene derecho a la defensa y a la presunción de inocencia, pero eso no borra los servicios que le prestó al país en su momento en la crisis que tuvimos con el MOP-Gate y en otros momentos cuando hubo problemas con la inscripción de la Democracia Cristiana. Creo que él fue parte de un esfuerzo por hacer de este un país en el que podíamos convivir», opina.

Sobre la Presidenta Michelle Bachelet, el ex ministro cree que «la gratuidad es la moneda de oro, si se hace bien».

«Y para que se haga bien, se requiere de una ley y que esa ley tenga amplio acuerdo. Creo que si la Presidenta lo logra y si además logra -respaldando a su ministro de Hacienda- generar un espacio de tranquilidad en el mundo económico, sumado a medidas que incentiven el crecimiento, como volver a poner en el tapete las concesiones, porque ese puede ser un gran impulso en el crecimiento. Si logra esto en la economía y logra construir un sistema de gratuidad sólido, basado en una buena ley y un buen acuerdo, yo siento que el gobierno cumplió lo fundamental de su tarea y la Presidenta puede sentirse satisfecha», declara.

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