Ante la Comisión de Medio ambiente y Recursos Naturales del Senado, la organización ambientalista presentó sus conclusiones sobre el vertido y los antecedentes normativos que lo declaran ilegal.
Miembros de Greenpeace fueron invitados el día de hoy a la sesión de la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales del Senado para presentar las principales conclusiones del estudio realizado sobre la crisis social y ambiental desatada en mayo en la isla de Chiloé por el vertimiento de salmones.
Matías Asún, director de Greenpeace en Chile, explicó a la audiencia, donde se encontraba el subsecretario de Pesca, Raúl Súnico, que “la autorización del vertido de salmones actuó como fertilizante del bloom de algas que, a su vez, empeoró la crisis social y ambiental que vivió la Isla».
Además, señaló que «es claro que el gobierno no tenía información suficiente y actuó apresuradamente, favoreciendo a las empresas salmoneras», a la vez que recalcó la gravedad de la situación, añadiendo que “el vertido es un hecho ilegal de por sí, calificado como delito en la legislación vigente, sometido a penas de cárcel».
Según explicaron en la organización ambientalista, el estudio se basa en el análisis de las muestras de agua tomadas en las expediciones, imágenes satelitales, datos de la NASA, análisis de datos documentales y entrevistas realizadas en terreno. Asimismo, entregaron un análisis detallado de la legislación vigente que aplica a situaciones como estas y las obligaciones a las que estaba sometida la autoridad al permitir el vertido, las cuales finalmente no fueron cumplidas.
Asimismo, Asún, se refirió a la industria salmonera indicando que «la crisis es causada por una industria cuyo crecimiento está fuera de control, que no cuenta con planes adecuados de respuesta ante crisis que no solo son posibles, derechamente son cada vez más probables. Aquí las autoridades no dudaron en apoyar ciegamente la expansión salmonera a costa de Chiloé, sacrificando a la isla y usando al mar como vertedero».
«Lo que se siente en Chiloé es un abandono total del Gobierno y una indolencia tremenda respecto de cómo se abordan estos problemas. El pésimo manejo que tuvo el Gobierno de Chile de la crisis no solo es ambiental sino también social”, consigna Greenpeace a través de un comunicado.
La organización ambientalista instó a las comunidades de Chiloé y las costas amenazadas por situaciones de riesgo similares a mantener sus demandas.
