Para el sociólogo, no es intrascendente que el magnate minero se encuentre tan estable sin haber dicho nunca una palabra sobre el tema presidencial; “imagínate” –agrega– “dónde podría estar si estuviera en campaña”. Además, plantea que Insulza y ME-O están “fuera del juego”; que Lagos todavía puede hacer algo, “o imaginarse que puede hacer algo”; que Ossandón es el gran derrotado de la medición; y que Piñera está “con un pie en la tumba”.
Después de conocerse los resultados de la encuesta CEP, Alberto Mayol descarta que tenga el nivel de predicción que, históricamente, ha tenido sobre las elecciones presidenciales. «Ninguno de los antecedentes que tengamos sirve de mucho hoy: tenemos cambios en el sistema electoral; cambios en la legislación del gasto en campaña; y la posibilidad de que se configure la comunión del Frente Amplio”, dice.
El sociólogo comparte la tesis de que el escenario está “muy líquido” y que, cualquiera que sepa leerlo –haciendo un guiño a Leonardo Farkas, quien sin ser candidato figura en las encuestas, empatado con Insulza y Ossandón– podría capitalizar el enorme porcentaje de indecisos.
“Hace un año parecía obvio que Piñera y ME-O era la final, después que Piñera y Lagos. Y hoy, la discusión es Piñera y Guillier, con un Piñera que está con problemas por muchos lados, de modo que la misma derecha está pensando qué hacer en caso de que se baje. Este pool de nombres no es el definitivo”, asegura.
-¿Crees que los resultados de la CEP vienen a demostrar lo que, políticamente, ya era evidente para todos?
-A ver, en el caso de Lagos, demuestra que aunque pueda hacer algunas maneras en las máquinas de los partidos, no está logrando convertirse en un candidato competitivo. En términos generales, no tiene las curvas de emprendimiento necesarias; o sea, un candidato que se lanza tiene que, durante la campaña, subir, y Lagos no logra remontar, por lo tanto, esa tarea que Guillier está haciendo formidablemente bien, el ex Presidente la está haciendo muy mal.
-Después de las municipales, el escenario era mucho más favorable a Piñera, pero ahora pareciera que no tanto.
-El hecho de que la distancia de Guillier con Piñera se acorte mucho, deja al senador en una situación muy positiva para efectos de una posible elección. Además, él parece estar creciendo de una manera relativamente autónoma, siendo más bien la novedad de la elección. Sin duda que Piñera debiera estar muy preocupado.
-¿La CEP seguirá teniendo su histórico nivel de predicción?
-Ahora hay un escenario estructuralmente diferente, de modo que ninguno de los antecedentes que tengamos sirve de mucho. Hoy estamos con el cambio en el sistema electoral; tenemos cambios en la legislación del gasto en campaña; y el factor esencial es que, probablemente, se pueda configurar la comunión del Frente Amplio en un conjunto de 12 fuerzas políticas, y ese grupo podría estar partiendo en el orden del 10% y podría tener, incluso, porcentajes muy superiores a eso. Ellos se podrían transformar en un actor y cambiar la conversación, construyendo nuevos repertorios de valores en la discusión.
-¿Cómo debe ser el eventual candidato del Frente Amplio?
-Por definición, tendrá que ser una novedad; Guillier se está llevando mucho votos por eso; pero el punto es que aparezca una novedad más novedosa, más ciudadana, más interesante, más activa. Lo anterior, sin duda, le puede quitar votos a Guillier, especialmente en un escenario muy abierto, que cualquiera puede leerlo. Por ejemplo, estamos viendo a Farkas muy estable sin haber dicho nunca una palabra sobre el tema; imagínate si estuviera en campaña; si dijera media palabra, esto cambia radicalmente. Entonces, el tema de la desestructuración del escenario político es bien claro: hace un año parecía obvio que Piñera y ME-O era la final; después que Piñera y Lagos era la final; y hoy la discusión es Piñera y Guillier, con un Piñera que está con problemas por muchos lados y que la misma derecha está pensando qué hacer en caso de que se baje. Este pool de nombres no es el definitivo.
-¿En qué estado queda la Nueva Mayoría después de estos resultados?
-Están metidos en un entuerto muy grande. El problema del entuerto es que hay algunos momentos en que es inconveniente ser gobierno, y este es uno de ellos. La magnitud de la crisis política de la Nueva Mayoría es tan grande que lo que necesitaría es un conjunto de revisiones, de debates, de pautas programáticas, en fin, todo eso que, eventualmente, terminaría en la necesidad de plasmar una nueva coalición. Sin embargo, no podrían hacerlo, porque estarían en el gobierno. Y el punto es que ellos necesitan un cambio, porque la Nueva Mayoría nunca tuvo profundidad. Yo los veo con mucha dificultad en este escenario; y esto no es lo peor todavía, porque todavía les falta el Frente Amplio. Otro punto es que, alinearse con Guillier tampoco es tan viable, porque ya aprendieron que alinearse solo en lo electoral es muy problemático. Dejar los aspectos sustantivos de lado es un problema enorme que les significó estar peleándose internamente de modo sistemático.
-¿Es proyectable el resultado de la CEP en una eventual primaria de la centro izquierda?
-Hay una incertidumbre que es no es menor, y es la siguiente: normalmente, las primarias son muy de máquina de partidos, es decir, va a votar la gente más vinculada a las coaliciones, de modo que las operaciones partidistas pueden permitir que ganen los partidos más grandes, con los nombres que ellos han elegido. Eso significaría que Lagos, eventualmente, le podría ganar a Guillier. Sin embargo, la única experiencia que tenemos de primaria presidencial fue la de la vez pasada, con Bachelet, y en ese momento fue a votar prácticamente la misma cantidad de gente que fue a votar en la elección presidencial. Entonces, lo que tenemos, es un voto muy masivo y en ese caso va a ganar Guillier con una distancia muy parecida a la que muestran las encuestas.
-¿Insulza, al igual que Ossandón, han fracaso en su estrategia?
-Insulza no ha logrado penetrar en el sistema y, como consecuencia, no ha logrado llevarse el voto del laguismo a su candidatura. Además, él y Ossandón están empatados con un no candidato, que es Farkas. A ellos dos los veo simplemente fuera del juego. Ricardo Lagos, por su parte, todavía puede hacer algo, aunque yo creo que no tiene nada que hacer. Pero bueno, puede imaginarse que puede hacer algo
-¿A Lagos se le nubló la vista?
-Yo creo que a Lagos se le juntó el piso y el techo, y la razón es que quiso revertir una candidatura anacrónica y la única forma para que él pudiera triunfar era con una elección anacrónica, es decir, lograr convertir el escenario en un escenario conveniente para él, porque Lagos no puede adaptarse a la realidad actual porque no pertenece a ella, y es el nombre más emblemático de la realidad anterior, así que está marcado por eso. Es como el actor que protagonizó la película más taquillera y que después es muy difícil que salga de ahí.
Lagos no tiene posibilidad de moverse, de hacer algo distinto, y si bien lo trató, lo único que hace es generar un ablandamiento de su propia figura. Lagos tenía que ganar siendo Lagos, no el anti Lagos. Él debería haber apostado a defender el legado de la Concertación, y no el hombre que sale a criticar el CAE y las AFP.
-¿Qué significa que Piñera siga estando arriba, considerando el escándalo de Bancard?
-El problema es que las crisis funcionan por repetición. A la primera crisis importante que vives como político, es una crisis que produce un cañonazo en tu capacidad defensiva, en tu coraza, entonces la tendencia posterior a eso es más bien la ampliación de la posibilidad de denuncia, aumenta el riesgo, pero eso no quiere decir que baje tu votación. Lo que si, te deja en una posición incómoda para el crecimiento posterior, pero, para que bajes, tiene que ocurrir que alguien te haga bajar; en el caso de la derecha, es bastante claro que Ossandón es el gran derrotado de la medición, porque no pudo capitalizar nada. Él supuso que la caída de Piñera iba a significar que le llegaban más votos, y además apostó a la tesis de los inmigrantes. Entonces, lo que pasó al final es que el voto amenazado de la derecha se concentró en Piñera, lo cual pone a esa coalición en una seria vulnerabilidad, ya que él está con un pie en la tumba, porque su caso, políticamente, se reactiva en cualquier momento, o simplemente aparecen casos asociados.
Yo no tengo la impresión de que esto signifique que Piñera no recibió golpe alguno. Un dato importante es que los fenómenos emergentes, es decir, aquellas cosas que están pasando hoy y que mañana van a ser importantes, no se detectan en las encuestas de este tipo.