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Refichaje: se trata de un juego limpio y no de privilegios Opinión

Refichaje: se trata de un juego limpio y no de privilegios

Mientras legislábamos esta ley nadie salió plenamente satisfecho. Nadie. Pero todos entendimos que este era un acuerdo básico de relaciones entre los actores políticos y que era necesario avanzar en transparencia. Y los acuerdos son para respetarlos. Por eso, los argumentos que hemos conocido en los últimos días no tienen ningún asidero y solo ayudan a seguir mermando la imagen negativa que tiene la ciudadanía respecto de quienes hacemos y participamos de la política.


Cuando la Presidenta de la República, Michelle Bachelet promulgó el 2016 las dos normativas legales, Fortalecimiento y Transparencia de la Democracia y la ley partidos políticos, fue clara y explicita en recalcar que esta nueva legislación era «para crear un juego limpio y no de privilegios». Por eso me parece absolutamente desafortunada la polémica que se ha suscitado a propósito de la decisión del Servicio Electoral (Servel) “de flexibilizar” la reinscripción de los militantes a los partidos políticos.

Recuerdo perfectamente -porque era integrante de la Comisión de Constitución, Legislación y Justicia- cuando se tramitaron estas leyes que siempre existió una tensión permanente entre los participantes del debate, entre aquellos que querían muchas facilidades para constituir partidos políticos y su mantención y los que querían muy pocas. Sólo gracias al dialogo sincero y genuinos por avanzar en el fortalecimiento y transparencia de la democracia, fue que entre todos logramos construir un punto intermedio que fue precisamente la ley aprobada, tanto en su espíritu como en su contenido.

Por eso, los argumentos que hemos conocido en los últimos días no tienen ningún asidero y solo ayudan a seguir mermando la imagen negativa que tiene la ciudadanía respecto de quienes hacemos y participamos de la política. Me extrañan las explicaciones esgrimidas, precisamente porque previendo situaciones complejas es que la ley estableció artículos transitorios y normas especiales para aquellos partidos que estaban en proceso de fundación, todo dentro del acuerdo político al que llegamos todos los involucrados. Por lo mismo, insisto que bajo el supuesto de facilitar el refichaje hoy se comete un tremendo un error político, un daño que nos hacemos como sistema en su conjunto y por eso, es necesario corregirlo.

Si todos los actores políticos siempre tuvimos las reglas claras y todos operaron sobre la base de las reglas estipuladas que concordamos en conjunto, venir ahora a cambiar dichas reglas para facilitar un segundo mecanismo para el refichaje es de una inconsistencia política que me preocupa.

Pero lo más lamentable es que acá no se está enfrentando el problema de fondo. Todos hemos conocido a través de las noticias que algunos partidos tiene problemas para cumplir los requisitos que la ley exige para el refichaje, pero eso no puede ser usado como argumento, y mucho menos como excusa. La ley no fue hecha para resolver los problemas de los partidos, la ley es una norma que se debe aplicar por parejo a todos, por lo que no es serio que producto de los inconvenientes de uno u otro partido se cambien las normas y no se respeten los acuerdos. Este tipo de acciones sólo ayudan a seguir desvalorizando la acción política y debilita la institucionalidad vigente.

[cita tipo= «destaque»]Me extrañan los argumentos esgrimidos, precisamente porque previendo situaciones complejas es que la ley estableció artículos transitorios y normas especiales para aquellos partidos que estaban en proceso de fundación, todo dentro del acuerdo político al que llegamos todos los involucrados. Por lo mismo, insisto que bajo el supuesto de facilitar el refichaje hoy se comete un tremendo error político, es un daño que nos hacemos como sistema en su conjunto y por eso que es necesario corregirlo [/cita]

Lo que está en juego aquí, nuevamente, es la legitimidad de la política, y cada partido debe tener la estatura de enfrentarlo, pero esto no puede ser a costa de todo el sistema político. Mientras legislábamos esta ley nadie salió plenamente satisfecho. Nadie. Pero todos entendimos que este era un acuerdo básico de relaciones entre los actores políticos y que era necesario avanzar en transparencia. Y los acuerdos son para respetarlos.

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