Opinión
Los nombres de los detenidos desaparecidos están en un muro recordatorio en el Cementerio General de Santiago que mantiene viva la memoria de esa horrenda infamia. ¿Habrá uno de esos muros para los 1313 niños muertos para honrar su memoria en el cementerio general? Propongo el siguiente texto: “Aquí se recuerda con fechas, nombres y apellidos a los 1313 niños chilenos muertos en los recintos estatales del Servicio Nacional de Menores durante la transición a la democracia. ¡Justicia y verdad para ellos!”
La muerte de 1300 niños a manos del Estado chileno que fueron torturados, violados, prostituidos, maltratados y abandonados a su suerte en manos de operadores políticos inescrupulosos del Servicio Nacional de Menores pasará a la historia como la infamia más grande cometida en tiempos de democracia. El rechazo al informe SENAME y la presión de la derecha para investigar solo un plazo de cuatro años (2014-17) que excluía al gobierno de Piñera, se basa en una lógica: la impunidad. La NM dice que la ex ministra de justicia, Javiera Blanco, amiga íntima y favorita de la presidenta Bachelet, quien se refería a los niños del SENAME como “flujo y stock”, no es culpable de estas muertes porque los gobiernos anteriores también habían sido negligentes. Eyzaguirre, dice que “todos somos culpables” para echar tierra al asunto e invisibilizar a las víctimas. No le quiere “hacer el juego a la derecha”. Boric, del Frente Amplio, se suma a esta lógica y rechaza los resultados de la comisión investigadora por insuficientes . La diputada comunista Vallejo dice que no “se presta” para este juego, porque el asunto se ha “politizado”. ¿Acaso estará pensando que la muerte de 1300 niños chilenos pobres es un asunto ajeno al mundo político?… Goic, la candidata presidencial de la DC plantea en un arranque de sinceridad: ¿Qué sacamos hoy determinando esas responsabilidades? La recomendación viene de muy cerca, pues es de dominio público que el Sename estaba “cuoteado” y era una parcela de la DC. Se sacaban de allí millonarias sumas para subcontratar servicios de empresas de “amigos” sin importar el destino de los niños. Pero la guinda de la torta fue el “espantoso y brutal lobby” (según Ramón Farías PPD, presidente de la comisión investigadora) desplegado por los ministros de Bachelet (Pascal, Eyzaguirre, Narvaez y Valdés) para rechazar el informe. Allí sí hicieron gala de diligencia, rapidez y eficacia. Donde estaban esas habilidades cuando morían miles de niños en el SENAME?
Durante los 17 años de la dictadura cívico-militar se hicieron desaparecer a 2500 chilenos opositores según un plan sistemático de exterminio. Durante la transición, el duopolio político permitió que murieran exactamente 1313 niños por desidia, falta de probidad e incompetencia. ¿Cuál es la diferencia en este actuar criminal? Detrás de los desaparecidos habían partidos políticos y familias que lucharon y aun luchan por conocer su destino y contaban con el apoyo de toda la comunidad democrática internacional. Detrás de estos niños muertos no hay familias ni partidos políticos que los defiendan. Es por ello que la Presidenta Bachelet se decidió por salvar su propia “honra” y la de su amiga Javiera acusada de “gestión negligente e inexcusable” olvidándose de la justicia para esas víctimas del abuso estatal sin siquiera leer el informe.
Los nombres de los detenidos desaparecidos están en un muro recordatorio en el Cementerio General de Santiago que mantiene viva la memoria de esa horrenda infamia. ¿Habrá uno de esos muros para los 1313 niños muertos para honrar su memoria en el cementerio general? Propongo el siguiente texto:
“Aquí se recuerda con fechas, nombres y apellidos a los 1313 niños chilenos muertos en los recintos estatales del Servicio Nacional de Menores durante la transición a la democracia. ¡Justicia y verdad para ellos!”
