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René Saffirio: el “outsider” y su cruzada contra el Sename Parlamentario oficialista es un crítico habitual de las políticas del Gobierno

René Saffirio: el “outsider” y su cruzada contra el Sename

Calificado como «loco» o «sobregirado» por sus detractores, lo cierto es que su vehemencia ha sido importante para situar en la primera línea de la discusión pública el tema de la infancia vulnerable. Incómodo en todos los «lotes» partidarios, ha seguido un camino propio, no sin baches, como cuando pudo haber denunciado al ex senador Jorge Lavandero y prefirió no hacerlo.


“Creo que el apoyo moral del ex Presidente Piñera a los hermanos Walker no es más que una prueba de que el dinero no tiene ideología, que cuando hay intereses económicos, izquierda, centro y derecha están siempre unidas”, dice René Saffirio, a propósito del apoyo que el ex Mandatario expresara hacia los parlamentarios DC Ignacio y Matías Walker y su hermano Tomás, miembro del directorio de la Fundación Rodelillo, que funciona como una organización colaboradora del Sename.

Saffirio, en ‘Tolerancia Cero’, apuntó a un conjunto de instituciones que colaboran con el Sename y tienen redes políticas, las que –a su juicio– han influido en que la crisis de la entidad, que debe proteger a los niños vulnerables, permaneciera durante mucho tiempo en un segundo plano. Entre ellas mencionó a la señalada Fundación Rodelillo.

“El secretario Ejecutivo de esta fundación es Tomás Walker, hermano de los dos senadores y del diputado, con el agravante de que Patricio Walker es el presidente de la Comisión de Infancia del Senado”, dijo.

Rápidamente la entidad negó las alusiones, aclarando que no es primera vez que Saffirio los apunta y, en ese contexto, lo invitaron a conocer el trabajo de la fundación. Pero hasta ahora no lo ha hecho.

Los hermanos Matías, Ignacio y Patricio Walker, firmaron una carta enviada a El Mercurio, en la que calificaron las palabras de Saffirio como “una infamia” y la muestra de que “definitivamente estamos en la era de la posverdad”.

El alcalde histriónico

No es primera vez que René Fernando Saffirio Espinoza (61) se enfrenta a la “aristocracia” de la DC, el partido donde militó por 47 años. En realidad siempre lo ha hecho. Proviene de una familia política de la Región de La Araucanía, como los Tuma o los Becker. Su primo Eduardo estuvo en el escaño de diputado por el Distrito 50 (Temuco, Padre las Casas) antes que él lo ganara en 2010. Jorge Saffirio, su hermano, fue gobernador de Malleco y concejal y alcalde de Victoria.

René Saffirio fue entre 1992 y 2004 alcalde de Temuco. A mediados de los 90 –cuenta– se negó a entregar recursos municipales para campañas del partido. “Adolfo Zaldívar y Enrique Krauss, presidentes del partido, me lo pidieron. Pero me negué y fui pasado al Tribunal Supremo”, cuenta Saffirio, detallando que ha sido llevado tres veces a la instancia partidaria de la DC.

Cuando era alcalde, en agosto de 2004, se enfrentó a su amigo Jaime Ravinet, biministro de Vivienda y Bienes Nacionales. Ravinet cuestionó el momento en que un grupo de personas, beneficiarios de viviendas sociales, se quejaron por fallas en sus casas, después de vivir en ellas durante 11 años. Lo dijo en el discurso con que inauguraba otras casas y Saffirio, antes que pudiera terminar, se levantó de la silla y le gritó: «No le acepto que me deje de mentiroso, porque estas fueron expresiones dichas por el ex ministro [Edmundo] Hermosilla frente a los pobladores afectados. ¡No le acepto que me deje de mentiroso!», y se fue del lugar sin cortar la cinta de las nuevas viviendas. Dos años antes, había defendido la gestión de Ravinet como presidente de la Asociación Chilena de Municipalidades, criticando a su sucesor en el gremio, Hernán Pinto, también DC.

El diputado difícil

No le molesta el rótulo de outsider o “lobo estepario”, a raíz de que no participa de ningún lote partidario. Su electorado está arraigado con fuerza en La Araucanía gracias a los años en que fue alcalde, recordado por una buena gestión. Si bien tiene fama de “loco” y “sobregirado”, como lo califican sus detractores, especialmente en la falange, en el resto del oficialismo se le considera un diputado serio, que aporta ideas, bien preparado en las materias en las que se involucra, apegado a las formalidades, los reglamentos y que se caracteriza por su histrionismo, como lo demuestra el episodio con Ravinet, con quien tuvo una alianza estratégica durante mucho tiempo y que terminó quebrándose.

El affaire Lavandero

Pero tal vez su aliado más cuestionable dentro de los notables DC fue el ex senador Jorge Lavandero, condenado por abuso sexual contra una niña de la región. Frente al fiscal y en una entrevista, René Saffirio admitió que, al menos desde fines de los ochenta, había advertido conductas impropias de Lavandero con una menor. Pero no lo dijo sino hasta 17 años después, cuando el caso estalló por los medios de comunicación, debido a que Lavandero le parecía una figura muy respetable, especialmente por su labor en tiempos de la dictadura.

Esto fue parte de lo que declaró en ese momento al fiscal:

“Fui a Villarrica a una concentración política y para regresar a Temuco el senador Lavandero me ofreció traerme en su auto. El auto era conducido por Juan Carlos Espinoza, de copiloto venía el senador, atrás venía Eduardo Díaz Mauro y yo. Al salir de Villarrica, un poco antes, subió en el asiento del copiloto y se sentó sobre Lavandero una menor con jumper azul de unos 14 o 15 años. Se sentó en las faldas de Lavandero y ahí fuimos con Eduardo testigos de un manoseo. Él la besaba, la abrazaba, le tocaba las piernas, la menor no se resistió y me da la impresión que se subió a eso. Eduardo y yo íbamos terriblemente angustiados. En esa época Lavandero era un personaje nacional a quien nosotros admirábamos. Él no dijo nada, fue cara de palo, como si hubiese ido fumando un cigarrillo (…) el impacto que el hecho provocó en Eduardo y en mí fue tremendo, no comentamos el hecho en muchos años, nos avergonzaba porque Lavandero era un gran líder de nuestro partido”.

Otros dicen que la relación se trizó porque Lavandero en 1993 se negó a apoyarlo en su campaña a la alcaldía de Temuco. Saffirio hoy, sobre este tema, insiste en decir “sin comentarios”.

Sename

En la Cámara de Diputados comentan que en el tema Sename realmente ha tenido un interés genuino por la causa de la infancia. Y que específicamente desplazó en la notoriedad al presidente de la comisión Sename II, Ramón Farías, quien se concentró en sus cuestionamientos al lobby del Gobierno para hacer fracasar el informe de la comisión, mientras que Saffirio apuntó al fondo del tema: la vulnerabilidad de los niños y las niñas.

[cita tipo=»destaque»]Al diputado tampoco le preocupa haber renunciado a la DC, en protesta por “la mafia” que –según él– se articuló para proteger a la ex directora del Sename, Marcela Labraña, hoy candidata a diputada. Saffirio parece estar preocupado de la situación de los menores vulnerables como su principal bandera. En ese marco, dispara contra el Consejo Nacional de la Infancia que preside Estela Ortiz, muy cercana a la Presidenta. “Realmente han sido muy eficientes para gastar la plata del Estado sin hacer nada”, remata.[/cita]

En la DC lo consideraron siempre un solitario, algo que se acrecentó aún más ahora, con su condición de independiente, desde que renunció a las filas de la falange. En el partido comentan que su relación con la bancada de diputados de la colectividad no era fácil, era considerado un factor de tensión interna permanente, lo que hizo notoria su salida oficial de la colectividad. “Era bien difícil trabajar con él, no es una persona fácil”, recordó un ex dirigente nacional del partido de la flecha roja.

En abril de 2015 fue uno de los parlamentarios oficialistas más críticos con la actuación del Gobierno frente a los casos de financiamiento irregular de la política, y específicamente cuestionó que el entonces director del SII, Michel Jorratt, se mantuviera en su cargo, convertido en lo que llamó un “muro de contención contra las investigaciones judiciales”. Semanas después, Jorratt dejaba el puesto.

Pero en junio se conoció el pago de más de 50 millones en asesorías durante un año a su segunda esposa, Antonieta Muñoz, periodista con un doctorado. Saffirio defendió la competencia profesional de su asesora, con quien dejó de trabajar desde que se convirtió en su pareja, en 2014. Sobre ese episodio también contesta “sin comentarios”.

La vicaría

Respecto a lo sí le gusta recordar y hacer comentarios es el período que abarca desde 1978 a 1989, cuando trabajó como abogado en una sede de la Vicaría de la Solidaridad en Temuco, junto al obispo Sergio Contreras.

Luego, entre 1990 y 1992, fue el Seremi de Justicia en la región y desde ese puesto le tocó responder a la presión y decretar el cierre de una sección de la cárcel de Victoria donde se comprobó la aplicación de fuertes torturas contra los presos, enviados a esa sección conocida como la Cárcel del Diablo. Como Seremi también le correspondió supervisar el seguimiento que terminó con 21 policías de Investigaciones acusados de tráfico de cocaína.

Ahora, Saffirio está más preocupado de las decisiones que provoque el ruido que ha generado la situación del Sename que de su campaña para reelegirse como diputado, para lo cual ya reunió las firmas. Asegura que no le interesa el Senado, porque “no tiene facultades fiscalizadoras. Desde el Senado jamás hubiera podido ayudar a destapar la situación del Sename”, puntualiza.

Al diputado tampoco le preocupa haber renunciado a la DC, en protesta por “la mafia” que –según él– se articuló para proteger a la ex directora del Sename, Marcela Labraña, hoy candidata a diputada. Saffirio parece estar preocupado de la situación de los menores vulnerables como su principal bandera. En ese marco, dispara contra el Consejo Nacional de la Infancia que preside Estela Ortiz, muy cercana a la Presidenta. “Realmente han sido muy eficientes para gastar la plata del Estado sin hacer nada”, remata.

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