Se refiere a lo «complejo que es arriesgar el capital político en un tema que no es popular»
«Es una decepción, porque si bien en este gobierno se avanzó como nunca en una serie de dimensiones administrativas de la política migratoria, el no promover un debate legislativo que permitiera modernizar una normativa que es la más antigua del continente y que tiene amarrado de manos al Estado en términos de incidir en por qué, cómo y para qué se da la migración, es una deuda que nuestra coalición va a tener que pagar por mucho tiempo», dijo el abogado.
Rodrigo Sandoval renunció en julio pasado a su cargo de jefe del Departamento de Extranjería del Ministerio del Interior, tras criticar que la ley de migraciones había sido enviada «en el peor momento».
Ahora, a poco que el Ejecutivo anunciara que la ley de migraciones deberá ser promulgada en la siguiente administración, el abogado admite que no está feliz «por haber tenido razón», añadiendo que «el proyecto de ley de migraciones es tan desprolijo que es dudoso que pueda seguir su trámite legislativo».
«Es una decepción, porque si bien en este gobierno se avanzó como nunca en una serie de dimensiones administrativas de la política migratoria, el no promover un debate legislativo que permitiera modernizar una normativa que es la más antigua del continente y que tiene amarrado de manos al Estado en términos de incidir en por qué, cómo y para qué se da la migración, es una deuda que nuestra coalición va a tener que pagar por mucho tiempo», dijo en entrevista con El Mercurio.
En ese sentido, agregó que «puedo afirmar que una de las razones por las que ningún gobierno se ha atrevido a abordar este tema en forma decidida es por lo complejo que es arriesgar el capital político en un tema que no es popular. Creo necesaria una estrategia en tres niveles: una «ley corta» que resuelva cosas urgentes (entre ellas, un plan de regularización extraordinario); una intervención e inyección de recursos a la gestión de Extranjería (DEM y Gobernaciones), considerando un nuevo software de procesos; y finalmente, crear un proceso amplio de debate para definir lo que la migración debe ser para Chile y, a partir de ello, proponer una nueva legislación migratoria».
