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El primer round entre Hacienda y Trabajo por el «tono» de la reforma a las pensiones PAÍS

El primer round entre Hacienda y Trabajo por el «tono» de la reforma a las pensiones

Hernán Leighton
Por : Hernán Leighton Periodista de El Mostrador
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En Teatinos 120 generó cierto ruido el despliegue comunicacional de Monckeberg, porque consideran que su discurso estaría generando expectativas más altas de lo necesario, lo que puede convertirse en un problema para La Moneda una vez que se dé a conocer la reforma que debería ver la luz este semestre. Reconocen que cada secretario de Estado tiene su propio estilo, pero que el jefe de la billetera fiscal siempre «va a cuidar las lucas, más en un escenario de ajuste como este”.


El pragmatismo de los números siempre choca con los criterios políticos y sobre un mismo objetivo gubernamental, rara vez ambas miradas comulgan, y el debate interno en el Gobierno de Sebastián Piñera sobre el tono público y los alcances que debe tener la reforma a las pensiones que comprometió la actual administración, no son la excepción. El primer gallito en esta línea lo protagonizaron el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, y su par del Trabajo, Nicolás Monckeberg, ya que al economista le hicieron ruido las expectativas que se pueden generar ante las intervenciones públicas que ha tenido el ex diputado RN en este tema.

Este round no ha sido público ni sonado, como los errores cometidos por otros miembros del gabinete –por ejemplo, el ministro de Educación, Gerardo Varela, y su par de Salud, Emilio Santelices–, pero sí ha sido comentado durante las últimas semanas en los pasillos de la sede de Gobierno.

En Palacio confesaron que el tema no ha sido abordado en las reuniones del comité político, sino que se ha tratado de mantener a raya, ya que en la administración no dejan de preocupar  las diferencias de visiones entre los actores involucrados sobre el tema de las pensiones.

A ojos del Ministerio de Hacienda, el despliegue comunicacional que ha realizado el ministro del Trabajo podría convertirse en un problema, ya que temen que esté generando demasiadas expectativas sobre la reforma a las pensiones comprometida para el primer semestre. No hay que olvidar que La Moneda apunta a que esta iniciativa logre eclipsar política y comunicacionalmente a la que dejó sobre la mesa la ex Presidenta Michelle Bachelet.

La incomodidad es tal, que el ministro Larraín –aseguraron en el Ejecutivo– esperó la oportunidad precisa para plantear su disgusto con el despliegue de Monckeberg y que lo hizo en su cara y con la presencia del Presidente Sebastián Piñera. Entre los asesores de Hacienda explicaron que el jefe de la billetera fiscal no se iba a referir a este episodio, pero –sin desmentirlo– acotaron que cada secretario de Estado tiene su propio estilo para abordar este tema, pero que el titular de Hacienda “va a cuidar las lucas y ahora más en un escenario de ajuste”.

Consultados por El Mostrador, desde el Ministerio del Trabajo prefirieron guardar silencio.

[cita tipo=»destaque»]En La Moneda saben que no pueden obviar el tema de las pensiones. Incluso, se barajó en su momento que fuera parte de los cinco Acuerdos Nacionales a los que convocó Piñera desde el día que asumió y para los cuales se han creado comisiones ad hoc con ministros, personeros de la derecha, parlamentarios y representantes de la oposición. La idea, agregaron en el Gobierno, fue desechada finalmente, porque había certeza de que no podrían evitar que se instalara en el seno de esa comisión la demanda de No + AFP, lo que neutralizaría todo el esfuerzo.[/cita]

Antes de asumir oficialmente como ministro, Monckeberg dijo el  3 de marzo, en el diario La Tercera, ante la posibilidad de que la nueva administración creara una AFP del Estado, que “estamos dispuestos a evaluar todas las alternativas que incidan en que haya más competencia, por tanto, mejor servicio y menor costo en beneficio de los cotizantes, y por lo mismo no descartamos ninguna opción, incluida la AFP estatal”.

Casi un mes después, en una entrevista con Radio Cooperativa, el titular del Trabajo señaló que “el Gobierno está abierto a discutir el destino del 4% de cotización adicional (…). La propuesta original es que el 4% son recursos del trabajador, sin embargo, nosotros sabemos que eso puede ser materia de discusión”.  Ahí mismo agregó que “yo lo único que quiero decir es que necesitamos más solidaridad, no basta solo capitalización individual, no basta solo que cada uno arme su pensión con lo que es capaz de ahorrar, eso es injusto”.

Sobre este punto de la solidaridad, insistió luego en la revista Qué Pasa el 13 de abril. “No basta con el ahorro de cada trabajador; se requiere más solidaridad (…). El eje de la propuesta del Presidente Piñera es un incremento con cargo al Estado de casi un 40%, cerca de US$3.000 millones, del Pilar Solidario, lo cual incrementa de forma directa y automática desde el primer día las pensiones de más de un millón y medio de chilenos”, sentenció el ministro RN.

Es precisamente esa arista del discurso de Monckeberg la que prendió las alarmas en Hacienda, donde consideran que ese tipo de discurso solo elevaría las expectativas de la gente, lo que podría después convertirse en un problema político para el Ejecutivo, si la iniciativa final no recoge esa línea.

La reforma a las pensiones en el programa de Gobierno de Piñera es enfática en señalar que “(…) se respete el derecho de propiedad de los trabajadores sobre sus ahorros previsionales y evite que estos se vean forzosamente sometidos a un monopolio estatal”. Con este párrafo no solo se contradicen las palabras del ministro del Trabajo respecto a abrirse a analizar qué hacer con el eventual 4% adicional de cotización, además supone el corte de raíz de dos de los tres proyectos que fundían la iniciativa presentado por la anterior administración: la creación de un Consejo de Ahorro Colectivo Estatal y de un nuevo ahorro colectivo de un 5%, dividido en un 3% para capitalización individual y un 2% de carácter colectivo.

En La Moneda saben que no pueden obviar el tema de las pensiones. Incluso, se barajó en su momento que fuera parte de los cinco Acuerdos Nacionales a los que convocó Piñera desde el día que asumió y para los cuales se han creado comisiones ad hoc con ministros, personeros de la derecha, parlamentarios y representantes de la oposición. La idea, agregaron en el Gobierno, fue desechada finalmente, porque había certeza de que no podrían evitar que se instalara en el seno de esa comisión la demanda de No + AFP, lo que neutralizaría todo el esfuerzo.

La resistencia

En la oposición también tienen una opinión respecto del despliegue comunicacional que ha realizado el titular del Trabajo, dicen que “ha sido grandilocuente, pero nada concreto”.

La DC trabaja por su cuenta para levantar una propuesta propia y los demás partidos de la ex Nueva Mayoría hacen lo mismo en conjunto, trabajo cuyo eje es la defensa del proyecto de Bachelet, para lo cual reciben apoyo técnico desde los centros de pensamiento político de cada una de las colectividades, el Instituto Igualdad del PS, el ICAL del PC y la Fundación por la Democracia del PPD.

“Nuestro proyecto es el de Bachelet, vamos a esperar a conocer el proyecto de la actual administración gubernamental, pero nosotros tenemos nuestros criterios presentados”, sentenciaron en la oposición. Otras de las posturas previas a la batalla que, suponen, se instalará en el Congreso –agregaron– es “ni un peso más a las AFP, estamos ante un Gobierno sordo que no va a poder en esta ocasión sacar adelante vía decreto”.

En la oposición no olvidan que la postura de Chile Vamos, una vez ingresada la reforma de Bachelet, fue de rechazo absoluto, primero a que el alza en la cotización tenga carácter solidario y, segundo, a la posibilidad de que sea un ente estatal el que administre el 5% propuesto.

En la derecha han tomado nota de la postura cerrada que ya anuncia la ex Nueva Mayoría y, por lo mismo, dicen tener un as bajo la manga para tratar de abrir el diálogo y los entendimientos.  La palanca de negociación que busca instalar Chile Vamos ( y de la cual dieron luces desde el Ministerio del Trabajo), a diferencia de lo planteado en el sector el año 2017, es la eventual apertura a que el 4% adicional de cotización  –con cargo al empleador– que se presentaría, podría no ser exclusivamente para la cuenta de ahorro individual.

En el oficialismo creen que esta oferta puede, efectivamente, ser la llave para encauzar la discusión. “Alguna ganancia tiene que tener la oposición”, explicaron en la derecha.

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