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Obispo González queda marginado: servicio de escucha de la Iglesia queda a cargo de Consejo Nacional de Prevención de Abusos PAÍS

Obispo González queda marginado: servicio de escucha de la Iglesia queda a cargo de Consejo Nacional de Prevención de Abusos

El cuestionado sacerdote, quien preside al organismo de consejeros, solo «continuará abocado a las labores propias del consejo», así lo confirmó la Conferencia Episcopal. Esta mañana el enviado papal, Charles Scicluna, conversó por última vez con la prensa chilena antes de dejar el país, en donde entregó más detalles sobre este servicio de escucha para las víctimas, sin embargo, durante la rueda evitó dar los nombres de los integrantes, los que finalmente se dieron a conocer esta tarde.


Este martes Charles Scicluna dio una última conferencia a la prensa. En ella detalló más información respecto a este servicio de escucha para las víctimas, sin embargo, durante la rueda no dio a conocer los nombres de quienes participarían del proceso.

Será el Consejo Nacional de Prevención de Abusos y Acompañamiento a las Víctimas el que se hará cargo de la oficina del Vaticano que se instalará en Providencia. Los integrantes tendrán la tarea de «acoger y escuchar a aquellas personas que él no ha podido atender personalmente durante sus misiones en Chile, y que voluntariamente estén dispuestas a hacerlo».

Las personas designadas por encargo de Scicluna son Pilar Ramírez, actual coordinadora del consejo, la psicóloga Josefina Martínez, la religiosa Marcela Sáenz y los sacerdotes Larry Yévenes y David Albornoz. Este último es clave en este nombramiento. Fue considerado desde el primer día para integrar el servicio de escucha, es quien está llevando el Caso de los hermanos maristas y los Salesianos.

Los restantes consejeros, es decir su Presidente, el obispo Juan Ignacio González, y la abogada Ana María Celis, quedaron fuera del grupo y, según la Conferencia Episcopal «continuarán abocados a las labores propias del consejo».

Cabe recordar que a este consejo le pesan varios cuestionamientos en su contra. En mayo pasado, un grupo de víctimas de Karadima criticaron el nombramiento del obispo González en la comisión antiabuso, donde por lo demás trabaja desde 2011.“Nunca me he juntado ni hablado con este personaje siniestro. Impactante su capacidad de mentira”, dijo James Hamilton, mientras que José Andrés Murillo recordó que el obispo de San Bernardo tiene una “historia turbia durante la dictadura” y “la empatía de una piedra”.

Juan Ignacio González es el mismo que empujó a la periodista Priscilla Vargas, de Mega, cuando, durante la visita del Papa Francisco a Chile, quiso acercarse al obispo Juan Barros, sindicado como encubridor de Karadima. El obispo se disculpó, pero mantuvo su férrea defensa del obispo de Osorno: “Nunca se ha probado, sostengo que no hay una acusación formal contra Barros”.

Pero hay otro frente a partir del cual han surgido más críticas, sin duda un caso que pesa en el historial de González y que alimenta las críticas que se hacen a su nombramiento. El sacerdote René Aguilera se suicidó en 2010, luego que fuera denunciado por abuso sexual. González lo había nombrado vicario de Educación en la zona. El obispo ha dicho que solo se enteró de las acusaciones días antes del suicidio, cuando el sacerdote le confesó los hechos, una versión poco creíble entre quienes saben del estilo meticuloso y autoritario que ha impuesto el religioso en la diócesis que maneja desde 2003.

Tanto Aguilera –en su calidad de vicario de Educación– como González negaron la autorización para hacer clases de religión a la profesora Sandra Pavez, luego de reconocer su orientación homosexual.

Tanto en los medios de comunicación como en los pasillos del Congreso, el obispo González fue uno de los principales lobbistas de la Iglesia durante la tramitación de la reforma educacional que impulsó el Gobierno de Michelle Bachelet. Mismo papel que cumplió para representar la voz de las autoridades eclesiásticas frente al proyecto de aborto en tres causales.

Según informaron los enviados papales. Scicluna responderá los mensajes y cartas que ha recibido, ofreciendo esta posibilidad de escucha, la que se realizará en un lugar a coordinar con las personas que serán escuchadas. Se dispondrá de las oficinas del Consejo nacional de prevención (Echaurren 4 piso 6, Santiago), de las Obras Misionales Pontificias (Mons. Sótero Sanz 260, Providencia), y también se podrá evaluar un lugar distinto a petición de los interesados.

En el proceso de escucha, que será de carácter transitorio mientras sea necesario, se ofrecerá acogida y orientación a las personas respecto de las situaciones particulares que planteen. Asimismo, los consejeros estarán disponibles para acompañar y hacer seguimiento de estas situaciones, en el caso que sea pertinente.

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