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El renunciado jefe de la Iglesia Católica en Valparaíso escogió un canal regional para conceder su primera entrevista después que el Papa aceptara su salida. «Niego absolutamente actos de connotación sexual o amenazas de mi parte», señaló.
Uno de los obispos salientes de la Iglesia Católica, Gonzalo Duarte García de Cortázar, rompió el silencio ante las acusaciones de ex seminaristas por abuso sexual y de poder en la Diócesis de Valparaíso.
El religioso escogió el canal regional Quintavisión, Gonzalo Duarte García de Cortázar, para conceder su primera entrevista después que el Papa aceptara su renuncia.
Según Duarte, su salida pasó por un tema de edad y no a raíz de las denuncias que pesaban en su contra. «Lo hice porque llevo 10 años de obispo en Valparaíso y ya renuncié hace ocho meses», sostuvo.
La renuncia de Duarte fue de las primeras aceptadas por el Vaticano el pasado 11 de junio junto a las del obispo de Osorno, Cristián Barros, acusado como encubridor de los abusos de Karadima, y de Puerto Montt, Cristian Caro. Luego, el Papa acogió las dimisiones del obispo de Rancagua, Alejandro Goic, y de Talca, Horacio Valenzuela, quien fue formado por Karadima.
Respecto a la denuncia de Sebastián del Río, quien lo acusa de abuso sexual, Duarte fue enfático en desestimarla y lo acusó de “cambiar la historia”: “Niego absolutamente actos de connotación sexual o amenazas de mi parte»
«El día de los sacerdotes yo andaba con un lumbago en la espalda y me dijeron que Sebastián del Río necesitaba conversar conmigo porque estaba llorando. Lo atendí y le dije que me pasara un poco de pomada para el dolor y eso fue todo. De ahí pasaron dos o tres años y él cambió la historia», sostuvo el ex sacerdote.
En el caso del ex seminarista Mauricio Pulgar, quien en 2012 se querelló por presuntos abusos sexuales, encubrimiento y asociación ilícita en contra del religioso, Duarte sostuvo que “él nos hizo un favor porque nos llevó a tribunales a cuatro obispos y cinco sacerdotes. En los tiempos que él era seminarista yo era un simple sacerdote. Cuando él me llevó a la justicia, yo contraté a un abogado y en primera y segunda instancia nosotros fuimos sobreseídos, y no por prescripción, sino que por falta de mérito. Entonces nos terminó haciendo un favor grande”.
