Publicidad
El complejo camarín de la bancada PS: Insulza contra la corriente PAÍS

El complejo camarín de la bancada PS: Insulza contra la corriente

Publicidad
Hernán Leighton
Por : Hernán Leighton Periodista de El Mostrador
Ver Más

Ha votado alineado, pero sus cuestionamientos al papel que está jugando el PS como oposición molestan en la interna. Si bien se le respeta por su historia y currículo político, lo acusan de haberse quedado pegado en la época de Concertación y no comprender los nuevos códigos. Salvo por la cercanía que sostiene con el diputado Marcelo Díaz, el ex panzer hoy camina solo.


Hoy José Miguel Insulza goza de un puesto en el Senado representando a la Región de Arica y Parinacota, participa de todas las instancias respectivas, no tiene problemas con sus pares de bancada en cuanto a la relación del día a día, pero, a la hora de evaluar su comportamiento, quien alguna vez tomó banderas de líder del PS y fue conocido como el «panzer» de la política nacional, encuentra en la oposición mejores referencias del rol que juega actualmente, antes que en su propio partido.

Sus constantes cuestionamientos a las formas y fondo que hoy propone el PS han socavado su relación con varios de los parlamentarios socialistas. Desde el Senado intentan no referirse a dicha relación en su interior, en un intento por proteger la marca política que es la “bancada PS”, la que –según sondeos internos– apareció como la imagen mejor evaluada del partido que preside Álvaro Elizalde.

Así y todo, la bancada PS es un «camarín complejo», como confiesan desde el propio socialismo, por  el individualismo de Insulza, que lo ha convertido en un factor «disonante», pero también por otros integrantes complejos, como son los senadores Juan Pablo Letelier, Carlos Montes y el propio Elizalde, que este año debutó en dichas lides y se encuentra en fase de aprendizaje, al punto que toma nota de todo en cada una de las reuniones, según cuentan en la colectividad. Ese ha sido el desafío del último tiempo en el Partido Socialista, que esta instancia parlamentaria sortee sus dificultades internas y actúe como un equipo cohesionado con objetivos políticos claros.

En ese intento, Insulza ha sido el más renuente, porque en el PS afirman que el ex panzer peca de no privilegiar lo colectivo y actuar «con mucho individualismo”, un estilo que no ha pasado inadvertido internamente, que ha sido tratado y discutido en reuniones de los senadores y también de los diputados, donde hasta se ha apuntado a una suerte de “deslealtad» con el partido y sus exageradas “ganas de figurar”.

En la colectividad dicen que el problema de Insulza es que añora los “mejores tiempos de la Concertación” y tiene una visión política que pasa por el convencimiento de que “los únicos que lo han hecho bien fueron quienes estuvieron en el poder durante los cuatro gobiernos posdictadura”. Desde la Cámara de Diputados apuntan a que “está acostumbrado a la política más propia de la Concertación, donde eran habituales los acuerdos de la derecha y la centroizquierda y que todo se resolvía en La Moneda, pero ese ciclo político terminó”.

Cercanos al senador coinciden en señalar que el otrora panzer no está en sintonía con la línea política mayoritaria del partido y que, por ello, su estilo hoy “distaría mucho del sentido profundo de la militancia”.

[cita tipo=»destaque»]Entre sus pares comparan el actuar del senador por la Región de Arica y Parinacota el de su par Rabindranath Quinteros, de quien consignan que también responde a la lógica política de Insulza, pero que en su labor de jefe de bancada «se terminó por aliar con la corriente más cercana a la ex Nueva Mayoría”.[/cita]

El Partido Socialista una vez que dejó el poder en marzo, tomó ciertas definiciones para convertirse en un “verdadero partido de oposición”, con un acuerdo transversal de las diferentes instancias y bancadas, que –entre otros puntos– contempló el rechazo a participar de las mesas de trabajo en torno a los cinco acuerdos nacionales propuestos por el Gobierno.

El PS se ha transformado en el objetivo político predilecto de La Moneda e incluso del propio Presidente Sebastián Piñera, que en instancias privadas con la derecha en más de una ocasión se ha «desahogado» respecto de su malestar con el socialismo. Para el Gobierno, los socialistas han jugado un papel obstruccionista y que no velaría por el “bien de todos los chilenos”, críticas que en dicha colectividad –confesaron– son considerados como un triunfo, pues generarían unidad de las huestes.

Eso sucedió con el despliegue de los últimos meses, que ha pasado desde llevar a la Contraloría General el viaje del ministro de Hacienda, Felipe Larraín –y que lo hizo pasar por su momento político más complejo, llegando a cuestionarse la cercanía que había logrado con el Mandatario–; frenar las modificaciones al protocolo de objeción de conciencia respecto de la ley de despenalización del aborto en tres causales, que también puso de cabeza al titular de Salud, Emilio Santelices, hasta instalar el concepto de “sequía legislativa”, que llevó al propio Piñera a salir a defenderse.

Pero esta lógica, que al interior del PS se celebra, dista mucho del «ideal de oposición» que lleva consigo el senador Insulza y, ya sea en entrevistas o puntos de prensa, no ha dudado en marcar sus diferencias, las mismas que hoy lo tienen caminando como un “lobo solitario”. Es más, a nivel parlamentario dicen que su «único compañero» en estos días es otro que también juega solo: el diputado Marcelo Díaz.

En una entrevista concedida al diario La Tercera el 8 de julio, Insulza se sinceró por completo: “En realidad sí incomoda un poco, lo reconozco, pero creo que no solamente a mí, hay otros senadores que también. Al final escuchamos siempre el mismo discurso, estamos por una oposición constructiva, pero el ‘pero’ aflora cada tres días. Le confieso que me sentiría más cómodo, no digo más de acuerdo, si me dijeran mire, nos vamos a oponer a todo, esta es oposición cerrada y dejémonos de cuentos. Por lo menos uno tendría a qué atenerse, pero estar diciendo que somos una oposición constructiva y hacer lo contrario no me parece lo más razonable”.

Aún se lamenta –como lo manifestó en esa entrevista– por el freno que le puso el PS para participar en la Comisión de Seguridad de La Moneda. Fue el único socialista que se abstuvo –el resto de la bancada votó en contra– de la nominación de la abogada conservadora Ángela Vivanco para que ascendiera a la Corte Suprema, ante lo cual se defendió y recalcó que “el PS se acaba de declarar feminista y yo supongo que feminista significa todas las mujeres, entonces encontré que era un poquito de mal gusto que el primer voto que emitía después de esta declaración tan solemne fuera en contra de una mujer”.

Complejo regreso

La última llegada al Parlamento de José Miguel Insulza estuvo llena de señales contradictorias y de difícil interpretación, tanto de su parte como desde el propio Partido Socialista, una tendencia que, una vez instalado en la Cámara Alta, lo sigue acompañando, solo que esta vez con menos gente a su alrededor.

A mediados de mayo de 2017 y luego que la senadora por la zona, Isabel Allende, dejase la región para competir en Valparaíso, el ex panzer viajaba hasta la Región de Atacama, donde hizo todo el despliegue necesario para cimentar una candidatura parlamentaria. Esto, hasta que el PS, después de negociar cupos y apoyos con el PC y la DC, decidió bajarlo de allí y ofrecerle Arica y Parinacota. A través de un escrito, Insulza manifestó en ese momento que “ante preguntas directas de mis compañeros de Atacama y de muchos ciudadanos y ciudadanas por las calles, les he asegurado una y mil veces que solo seré candidato por Atacama y debo honrar ese compromiso”.

Solo días más tarde el ex secretario general de la ONU cambió de opinión y aceptó ir por la Región de Arica y Parinacota, donde en contra de todos los cálculos, terminó siendo electo.

Desde su aterrizaje en el Senado, si bien Insulza ha votado alineado con su partido, las señales que transmite siguen siendo de molestia e incomodidad. Cuando se entregaron las conclusiones de la Comisión de Seguridad en la Moneda, Piñera anunció la idea de realizar otras cinco comisiones para sellar acuerdos nacionales e Insulza, que llegó hasta la actividad, insistió en querer sumarse a una de esas mesas de trabajo con el Gobierno en el tema drogas.

En entrevista en El Mostrador el domingo 29 de julio, el vicepresidente del PS y ex senador, Camilo Escalona, graficó el papel que juega hoy Insulza: “No lo veo como un proyecto diferente lo que tiene en su cabeza Insulza, veo que hace un esfuerzo estéril, porque trata de establecer un punto equidistante entre Gobierno y oposición que esté bajo su liderazgo, pero las grandes fuerzas se van a enfrentar en lo que son, dialogando, entre fuerzas que son distintas. En eso hay que ser sumamente categórico”.

Entre sus pares comparan el actuar del senador por la Región de Arica y Parinacota con el de su par Rabindranath Quinteros, de quien consignan que también responde a la lógica política de Insulza, pero que en su labor de jefe de bancada «se terminó por aliar con la corriente más cercana a la ex Nueva Mayoría”.

Publicidad

Tendencias