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Cecilia Pérez con los ojos en la espalda: UDI busca cobrar cuentas pendientes en su momento de mayor debilidad en el Gobierno PAÍS

Cecilia Pérez con los ojos en la espalda: UDI busca cobrar cuentas pendientes en su momento de mayor debilidad en el Gobierno

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Hernán Leighton
Por : Hernán Leighton Periodista de El Mostrador
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La ministra Cecilia Pérez no está viviendo su mejor momento. El desgaste del cargo de vocera estaría causando estragos en su liderazgo y confianzas al interior de La Moneda. Varios encontrones con diferentes personeros de Palacio darían cuenta del complejo escenario que está enfrentando la única ministra del comité político. A esto se suma la arremetida de sus pares de Educación, Marcela Cubillos, y de Transporte, Gloria Hutt, quienes le habrían restado terreno frente al propio Mandatario. En este escenario, desde la UDI, y de manera sigilosa, han dejado en claro a diferentes autoridades que la jefa de cartera no es de su gusto, acusando “formas” de ejercer su rol que no son bienvenidas en el gremialismo.


“No es el mejor momento de la ministra”, así graficaron desde la casa de gobierno el pasar de la vocera, Cecilia Pérez. Varios desencuentros con diferentes personeros al interior de La Moneda en el último tiempo, consecuencia de la pérdida en las confianzas, hicieron que su imagen perdiera valor en la interna de la administración piñerista. En menos de un mes se cumplirá el primer aniversario del Gobierno, tiempo suficiente para dar cuenta de los estragos que implica el nivel de exposición del cargo de ministra de la Secretaría General de Gobierno (Segegob).

A diferencia de cuando recién asumió su cargo, hoy Cecilia Pérez ya no se encuentra tan cómoda en sus oficinas. Episodios puntuales han puesto en duda varias de las confianzas que parecían infatigables al comienzo del Gobierno. Si bien el diseño original de protección al Presidente Piñera se mantiene, con el ministro Andrés Chadwick en Interior, Gonzalo Blumel en la Segpres y Cecilia Pérez en la Segegob, las miradas sobre esta última ya “no son las mismas”, aseguran cercanos a la secretaria de Estado.

Aquel diseño urdido en las oficinas de Apoquindo 3000 durante el segundo gobierno de la expresidenta Michelle Bachelet, y que prometió ser inquebrantable, con el paso del tiempo ha presentado fisuras que al día de hoy -afirman en Palacio-  parecen “más estructurales que locales”.

[cita tipo=»destaque»]El último de estos episodios se dio en medio de la crisis que hizo tambalear al brazo derecho del Presidente, tras el asesinato de Camilo Catrillanca. En la ocasión, la portavoz de Palacio fue duramente cuestionada por la defensa que hizo del actuar de Carabineros con frases del tipo: “y si son enfrentados a balazos está dentro de sus facultades el poder defenderse”. Para la jefa de las comunicaciones de la administración piñerista, su cuestionada performance guardó directa relación con la necesidad de tapar los hoyos que fue dejando el responsable de la estrategia de Palacio en aquel entonces, es decir, el jefe de Interior, Andrés Chadwick. Una situación que evidencia el desgaste de la relación.[/cita]

Un ejemplo de esto es que en más de una ocasión, personeros de la Segegob se desplegaron en el Parlamento para, sigilosamente, hacer saber a miembros claves del oficialismo acerca de la molestia de la jefa de cartera respecto de la exposición a escenarios complejos y de poca preparación a los que debió enfrentarse, y de los cuales no salió bien parada por culpa de sus pares. Una práctica que no es muy bien vista por todos en Chile Vamos, pero que otros varios reconocen que es válida.

El último de estos episodios se dio en medio de la crisis que hizo tambalear al brazo derecho del Presidente, tras el asesinato de Camilo Catrillanca. En la ocasión, la portavoz de Palacio fue duramente cuestionada por la defensa que hizo del actuar de Carabineros con frases del tipo: “y si son enfrentados a balazos está dentro de sus facultades el poder defenderse”. Para la jefa de las comunicaciones de la administración piñerista, su cuestionada performance guardó directa relación con la necesidad de tapar los hoyos que fue dejando el responsable de la estrategia de Palacio en aquel entonces, es decir, el jefe de Interior, Andrés Chadwick. Una situación que evidencia el desgaste de la relación.

A este tipo de episodios se suma -como confiesan en La Moneda- su pérdida de influencia, no solo en el Ejecutivo, sino también con el propio Mandatario. Sabido es que, si bien forma parte del círculo de hierro de la máxima autoridad del país, al momento de la toma de las decisiones más complejas “ella no está invitada a la mesa”. Pero esto no es de ahora precisamente, lo que sí es reciente, es el retroceso en el terreno que alguna vez ganó. Esto, ante la arremetida y acercamiento hacia la figura presidencial que han tenido dos de sus pares: las ministras de Transporte, Gloria Hutt, y de Educación, Marcela Cubillos, ambas cumpliendo el perfil de la ministra empoderada que en un principio pertenecía solo a la ministra secretaria general de Gobierno. De esta manera, la que alguna vez fue la única ministra con acceso a reuniones claves, para grandes decisiones, ahora está en un tercer plano, detrás de Hutt y Cubillos.

Dentro de las posibles causas de este pérdida de influencia, algunos personeros gubernamentales apuntan a un desgaste natural por el amplio nivel de exposición mediática. Otros arguyen a que sería la ministra la que cambió su forma de relacionarse con los suyos, y eso no ha sido bien recibido, un comentario que traspasa las barreras de la casa de Gobierno y que se ha replicado en diversos sectores de Chile Vamos.

Para el director de la Escuela de Publicidad de la UDP, Cristián Leporati, el desgaste que ha sufrido la vocera guarda relación con su personaje, “su forma de comunicar, y su gestualidad es bastante dura y brusca, una mirada que se percibe de afuera como muy fanática y poco objetiva”.

Varias de las malas pasadas que ha sufrido, reconocen desde su círculo interno, se deben también a que se trata de una ministra “piñerista”, es decir, responde primero al Presidente y luego a su partido.

En la UDI no la quieren

Esta debilidad que ha evidenciado la vocera de Gobierno, estaría siendo aprovechada por la UDI para cobrarle cuentas pendientes, aseguran desde la sede en avenida Suecia. Si bien nunca ha existido mucha confianza ni menos complicidad entre este partido y Cecilia Pérez, en el gremialismo la acusaron de, en este período, dificultarle el camino a la hora de las designaciones. Acusan que “donde puede optar por privilegiar a otros sectores, siempre le va a poner una tranca a un UDI”.

En este marco, de a poco y por debajo, desde el partido presidido por la senadora Jaqueline van Rysselberghe han ido haciendo sentir su malestar con las “formas” empleadas desde su cartera. A pesar de aquello, y en el entendido de que se trata de una de las personas que pertenecen al círculo de confianza del Presidente Piñera, existe un pacto tácito de no agresión pública, destacan.

En este contexto, desde el partido han «cuidadosamente» hecho ver a diferentes autoridades su disgusto con la permanencia de Cecilia Pérez en su puesto, cargo que trae consigo no solo una gran exposición mediática, sino que también la posibilidad para poder incidir en áreas a las que no cualquiera tiene permitido el acceso, y eso, es lo más complicado, señalaron.

Al momento de referirse a la secretaria de Estado, en la UDI no lo hacen con buena cara y afirman que actuó “con encono” en contra de sus figuras a la hora de incidir en un nombramiento, o en desmedro, para derechamente sacar a uno de sus filas de la carrera. Y en este marco recuerdan dos episodios de los que no se han podido sacudir hasta el día de hoy.

En primer lugar, se remontan a julio de 2018, cuando a cinco meses de haber sido nombrado Christian Matheson, este fue removido de su rol de intendente de Magallanes para que se instalase la RN, María Teresa Castañón, del círculo de la vocera, y quien finalmente no dio resultado pues, hace dos semanas, desde La Moneda le pidieron su renuncia junto al gobernador provincial Nicolás Cogler, también cercano a Cecilia Pérez. En la ocasión, se acusó a la autoridad gubernamental de haber presionado indebidamente a través de terceros para restituir en el cargo al jefe de gabinete de la exseremi de Gobierno Yanira Lara, Sergio Tapia. Luego se sabría que Tapia era pareja de un cercano a la pareja de la ministra, tal como se consignó en una entrevista en La Tercera , el 11 de julio de 2018.

El segundo episodio que no le perdonan, es la salida del gobernador del Loa, el UDI Luis Garrido, quien, en abril del año pasado, y luego de contar en una entrevista radial una infidencia de la jefa de la Segegob, fue cesado de sus funciones. En aquel entonces, en el programa «El resto es música” de Timeline.cl y Fm7 de la Región de Antofagasta, el ahora exgobernador contó que, al recibir el llamado de la ministra, esta le habría preguntado: “¿Oye, le has pegado a tu señora?”.

Para el analista político de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, “Pérez no representa la plataforma valórica de la UDI, no comparte las bases idearias y políticas de la UDI, y tampoco viene de una raíz familiar similar a los personeros más destacados de la UDI. En consecuencia, es razonable que su esfuerzo esté orientado a fortalecer RN mediante nombramientos en desmedro de la UDI. Pérez tiene una mirada de la derecha más cargada hacia el centro que hacia los extremos. En eso no se pierde. Sabe que las elecciones se ganan por el centro y que para cumplir con ese objetivo es necesario reducir la fuerza política de la extrema derecha”.

En el contexto de los rumores por un eventual ajuste de gabinete, un cercano a la directiva se sinceró:»¿Si hay buena opinión o evaluación de ella en la UDI?, no, no hay”.

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