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FACh seguirá buscando el Hércules C-130 pese a nulos hallazgos en los últimos 16 días PAÍS Crédito: Agencia UNO

FACh seguirá buscando el Hércules C-130 pese a nulos hallazgos en los últimos 16 días

Las operaciones han estado dificultadas por las malas condiciones meteorológicas tanto de la zona en general, como en la base Presidente Eduardo Frei Montalva, explicó la rama aérea.


La Fuerza Aérea de Chile (FACh) informó que seguirá buscando los restos del avión militar Hércules C-130 que desapareció con 38 personas a bordo cuando se dirigía a la Antártida, pese a que hace dos semanas no hay nuevos hallazgos.

«Durante los últimos 16 días de búsqueda aérea, satelital y de superficie, no se han evidenciado nuevos hallazgos, dificultándose las operaciones por las malas condiciones meteorológicas tanto de la zona en general, como en la base Presidente Eduardo Frei Montalva», explicó el cuerpo militar.

Sin embargo, agregó en un comunicado la FACH, «se ha determinado durante los próximos días continuar con las labores de búsqueda» y se ha pedido a las embarcaciones que transiten por el Mar de Drake estar «alerta» ante posibles restos.

El Hércules C-130 despegó el 9 de diciembre a las 16.55 hora local (19.55 GMT) desde Punta Arenas, y perdió el contacto cuando le quedaban cerca de una hora y 500 kilómetros para aterrizar en la base Presidente Eduardo Frei Montalva.

El avión trasladaba a 35 militares y tres civiles que iban a hacer tareas de mantenimiento en la base y revisar el oleoducto flotante que abastece de combustible a la zona.

Los primeros restos, que correspondían a las esponjas de los estanques internos de combustible, fueron encontrados dos días después del accidente en el Mar de Drake y posteriormente se fueron hallando restos humanos, pero desde entonces se ha avanzado muy poco en la búsqueda por lo extremo del clima.

De una extensión de 800 kilómetros, el Mar de Drake separa Sudamérica del continente helado y sus aguas están consideradas unas de las más turbulentas del planeta, con vientos superiores a los 100 km/h, olas de hasta 10 metros de altura y una profundidad del océano de cuatro kilómetros.

El avión siniestrado, fabricado por la estadounidense Lockheed Martin y adquirido por Chile en 2012, experimentó en 2016 un problema en su tren de aterrizaje cuando se disponía a completar ese mismo trayecto y el comandante decidió regresar a Punta Arenas por razones de seguridad.

El accidente es la peor tragedia aérea en el país desde 2011, cuando cayó al mar un avión con 21 personas que se dirigía al archipiélago Juan Fernández.

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