La exjefa de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud (Minsal), Andrea Albagli Iruretagoyena, entregó una extensa declaración a los fiscales Ximena Chong y Marcelo Carrasco el pasado 30 de septiembre, en donde asegura que «el ministro (Jaime Mañalich) informaba con un sistema desconocido para nosotros, paralelo” y además solicitaba “borrar los últimos registros para hacerlo calzar”. “Si bien podía haber diferencias, la información de Epivigila no podía exceder lo informado por el ministro. Nosotros no lo hicimos”, indicó la especialista. que decidió dar un paso al costado del Minsal porque se sentía “éticamente muy incómoda con la forma en que se manejaba la pandemia”. Asimismo, Albagli recalcó que los datos de Epivigila comprobaban una mayor letalidad (cantidad de muertos respecto del total de contagiados) de pacientes de Fonasa versus los de Isapre, pero las autoridades de la cartera no hicieron nada al respecto.
En el marco de la investigación que lleva el Ministerio Público por una presunta diseminación imprudente de gérmenes patógenos en medio de la pandemia del COVID-19 en Chile, en la que están querellados el Presidente Sebastián Piñera, el exministro de Salud Jaime Mañalich y otras autoridades, la exjefa de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud (Minsal), Andrea Albagli Iruretagoyena, entregó una declaración de 21 hojas a los fiscales Ximena Chong y Marcelo Carrasco.
En su declaración, entregada el pasado 30 de septiembre y que reporta Ciper, indica que recuerda «con mucha claridad un día que nos piden que cambiemos la información. El ministro informaba con un sistema desconocido para nosotros, paralelo, que primero eran llamados telefónicos, luego un código de acceso que ponían los totales. Informaba estas cifras en la mañana, previo a que publicaremos los informes. El 24 de abril, porque previamente el valor absoluto reportado desde Epidemiología era siempre inferior a lo reportado por el ministro, ese día pasó que la información que estaba en Epivigila sobrepasó lo informado por Mañalich. Así que cuando ya había recibido la base de datos, mi jefatura directa, Rodrigo Fuentes, me indica que por pedido del ministro hay que borrar los últimos registros para hacerlo calzar, porque si bien podía haber diferencias, la información de Epivigila no podía exceder lo informado por el ministro. Nosotros no lo hicimos”.
Albagli Iruretagoyena es psicóloga de la Universidad Católica, magíster en Salud Pública en Toronto, magíster UC en Epidemiología y actualmente cursa un doctorado en la Universidad de Toronto. Antes de renunciar al Minsal, el 15 de septiembre, pasó a trabajar en el equipo liderado por Rodrigo Fuentes, quien es el jefe de la Oficina de Vigilancia de Enfermedades Transmisibles. Renunció por este doctorado y debido a que “me sentía éticamente muy incómoda con la forma en que se manejaba la pandemia”.
La profesional cuenta que su jefe fue inicialmente Johanna Acevedo, exjefa de Epidemiología. “Luego, a mediados de abril, Johanna es ascendida a ser jefa de división, por lo que pasó a ser Rodrigo Fuentes jefe de departamento, un mes y medio. Después es reemplazado por el actual jefe que es Rafael Araos».
Posteriormente ahondó en esta modificación de cifras, para que calzaran. «Esta solicitud la realiza mi jefatura directa, pero a nombre del gabinete. Ese día el Gap eran 30 casos, era pequeño. Eran 30 casos de contagio no más. Me piden del gabinete del ministro que vuelva a hacerlo para que se ajuste, entre comillas, el valor sin superar a lo informado por el ministro”, agregó.
“Para mí fue muy evidente que eso era impropio, que no lo podíamos hacer. Esta indicación la recibimos a las 11.30 o a las 12.00. El informe (epidemiológico) lo teníamos listo y lo estábamos terminando, antes de su publicación en la tarde, ahí fue cuando nos pidieron que modificáramos el informe y la base de datos a lo que el ministro había dicho. Fue verbal pero hay más testigos. Estaban todos los de la oficina, Pía Álvarez, Silvina Alvarado, Patricia Cerda, Rocío Martínez, Fabio Paredes, Mario Soto. Todos compartíamos el mismo espacio, excepto dos que estaban ahí circunstancialmente. Estábamos en dependencias del ministerio”, añadió.
Dijo que “con la base de datos me refiero a lo que se extrae de Epivigila, lo que se descarga. Lo que ocurrió fue que rechacé la solicitud, porque manipular la base de datos es una irregularidad. Se mantuvo la orden del ministro, que no era admisible, por lo que se pidió que cambiaran el punto de corte de la base, que si era descargada a las 22.00, por ejemplo, se descargaba antes, no recuerdo bien pero el corte se corrió para las 18.00. Adelantaron el punto de corte hasta que hubiera un valor igual o inferior a lo informado por el ministro”.
Los fiscales le consultaron sobre cuál fue su reacción ante este hecho: «Sé que había acuerdo entre mis pares, pero solo yo lo verbalicé. Rodrigo Fuentes me responde que era correcto, que era una irregularidad y luego volvió con una segunda propuesta”.
Después le preguntaron si hubo alguna preocupación por las diferencias, a lo que Albagli respondió que “solo en una ocasión, verbalmente, Johanna Acevedo manifestó que estaba preocupada y buscando que esto fuera reparado por el ministro (…). Enviaré los correos que tengo al respecto y una imagen del sistema paralelo creado por el ministro (…). Me llegó y lo guardé para tener registro. Ninguno de los dos eran un sistema avalado por el Departamento de Epidemiología”.
En el interrogatorio, la profesional dijo que “hicimos un análisis sobre el riesgo de morir por Covid en diferentes personas, se dio que los adscritos a Fonasa tenían mayor probabilidad de morir que aquellos que estaban en Isapre. Me pareció información relevante y lo informo a las jefaturas. Hace unos días el ministro Paris dice que hay información que descarta la relación entre letalidad y pobreza, eso falta a la verdad, ya que si bien son modelos complejos sujetos a mejora, al menos hay información relevante que lo sugiere, así que cuando está descartada, no existe información que pueda descartar esta información. Ese correo lo envié el 22 de junio”.
En esa línea, explicó que cuando se empezó a hablar de meseta, nueva normalidad y retorno seguro, estas fueron recomendaciones que vinieron del “gabinete del ministro o subsecretaría, nunca vinieron de Epidemiología, es más, mi jefatura, Johanna Acevedo, nunca estuvo de acuerdo, no estábamos en una meseta, no se podía hablar de meseta”.
«La primera cifra de recuperados tampoco pasó por Epidemiología, fue de gabinete. Nos pidieron publicarlas pero yo señalé que no era ético», añadió. Por eso, en parte renunció: “Cuando nos piden manipular la base de datos, que aunque no se haya hecho, se tomó una decisión que si bien no es falta administrativa, sigue siendo reprochable por una decisión de no informar todo lo que se podía informar”, declaró.
Albagli también recalcó que los datos de Epivigila comprobaban una mayor letalidad (cantidad de muertos respecto del total de contagiados) de pacientes de Fonasa versus los de Isapre, pero las autoridades de la cartera no hicieron nada para tomar acciones en este sentido.
La especialista elaboró un documento titulado “Análisis fallecidos”, enviado el 22 de junio a la jefa de la DIPLAS, Johanna Acevedo, y al jefe del Departamento de Epidemiología, Rafael Araos, donde remarca que “se observa que dentro de la totalidad de casos confirmados, la probabilidad de morir por Covid es un 86% mayor en personas adscritas a Fonasa en comparación con personas adscritas a isapre, ajustando por sexo, edad y presencia de enfermedades crónicas. Si este análisis se limita a la población con Covid confirmado que fue hospitalizada, este parámetro aumenta, y la probabilidad de fallecer por Covid en población Fonasa es más del doble”.