Para el académico de la Universidad de Concepción, presidente de la Comisión para la Descentralización y hoy candidato a gobernador por la Región de O’Higgins, uno de los grandes problemas ambientales que existe en el país es la relación -a su juicio- opaca entre los privados y la Dirección General de Aguas (DGA), quienes -entre otros problemas- han secado lagunas, humedales y acuíferos, debido a las defensas piramidales que hacen de los ríos. En la coyuntura de la discusión constituyente, el académico propone recoger las conclusiones de las Escuelas de Agua que realizaron en O’Higgins. Lo primero -apunta-, además de reconocer el agua como un derecho humano, debe ser valorada como un bien ambiental, y su gestión o gobernanza debe seguir los pasos de las Confederaciones de Agua que existen en España. «Entre el privatismo y la DGA, estamos muy mal. Una buena fórmula es la Gobernanza pública multiactor que incorpore a la academia, al municipio, a la población civil, a las ONG ambientales y a los privados».