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Como en los 90: Iglesia católica sale a dictar pautas morales y trata de bloquear el matrimonio igualitario PAÍS Crédito: Aton

Como en los 90: Iglesia católica sale a dictar pautas morales y trata de bloquear el matrimonio igualitario

El Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile salió al paso de la urgencia anunciada por el Presidente Piñera durante su última Cuenta Pública ante el Congreso. En el texto, de cinco puntos, la Iglesia católica trata de dictar pauta en esta materia, tal como lo hizo para oponerse a la Ley de Divorcio en los 90 o al aborto, más recientemente, y es enfática en señalar que “el matrimonio establecido y querido por Dios es sólo entre un varón y una mujer”. Incluso, en un llamado a los congresistas, la entidad apela al “discernimiento de quienes ejercen la responsabilidad de legislar” y desliza un tono de cuestionamiento al momento en que se hace el anuncio presidencial, al plantear que fue lanzado “en un contexto de gran expectación sobre cómo seguiremos enfrentando la pandemia y sus efectos”. La declaración llama la atención, tomando en cuenta el bajo perfil cultivado por la Iglesia chilena, sumida hace años en una crisis de proporciones por los abusos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes y las redes de protección, al más alto nivel, que se tendieron para ocultar los delitos.


Como si la frase “Chile cambió” no significara nada, y en un tono más propio de los 90 que del siglo XXI, el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile salió al paso de la urgencia anunciada por el Presidente Sebastián Piñera a la ley de matrimonio igualitario, que el Mandatario sacó bajo la manga durante su última Cuenta Pública ante el Congreso.

En el texto, de cinco puntos, la Iglesia católica trata de dictar pauta en esta materia, así como lo hizo para oponerse a la Ley de Divorcio en los 90 o al aborto, más recientemente, y es enfática en señalar que “el matrimonio establecido y querido por Dios es sólo entre un varón y una mujer, comunión que gesta vida y fundamenta la familia”.

Incluso, en un llamado a los congresistas, la entidad apela al “discernimiento de quienes ejercen la responsabilidad de legislar y de todas las personas que buscan el mayor bien para quienes vivimos en Chile”.

Pero no solo eso, la declaración también pone el foco en la oportunidad del anuncio presidencial, al señalar que “nadie duda que Chile vive un tiempo complejo que exige lo mejor de cada uno de nosotros”, aludiendo a la crisis sanitaria, el calendario electoral y el proceso constituyente.

Por eso desliza un tono de cuestionamiento al momento en que se hace el anuncio, al plantear que “en un contexto de gran expectación sobre cómo seguiremos enfrentando la pandemia y sus efectos, el Presidente de la República ha definido algunas prioridades para los últimos meses de su mandato, entre las cuales anuncia su decisión de poner urgencia a la llamada ley de matrimonio igualitario”.

Es más, recuerdan que el país ya cuenta con un Acuerdo de Unión Civil, al señalar que “desde el punto de vista de los derechos de las personas que deciden vivir juntos, la legislación nacional ha establecido un régimen que ampara jurídicamente su decisión y le otorga un reconocimiento”, dando a entender que ello es suficiente.

La declaración de la entidad, que agrupa a los obispos del país, llama la atención, tomando en cuenta el bajo perfil cultivado por la Iglesia chilena en los últimos años, sacudida por una crisis de proporciones por los abusos sexuales contra menores cometidos por sacerdotes, algunos de ellos muy prominentes en la jerarquía eclesiástica, y las redes de protección que se tendieron, al más alto nivel, para ocultar los delitos.

Las explicaciones

En el texto, el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile intenta desvirtuar con varios pasajes de la doctrina de la Iglesia la idea de matrimonio igualitario, al señalar que lo que “la Iglesia católica enseña sobre esta materia es claro y conocido: ‘la vocación al matrimonio se inscribe en la naturaleza misma del hombre y de la mujer, según salieron de la mano del Creador’, según reza el Catecismo de la Iglesia católica. O como señala el Compendio Doctrina Social de la Iglesia, ‘la familia es el lugar primario de relaciones interpersonales, célula primera y vital de la sociedad (…) nacida de la íntima comunión de vida y de amor conyugal fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer’”.

Incluso, cita al Papa Francisco, señalando que en su Exhortación Apostólica Amoris laetitia, afirmó que “no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”, lo cual “en ningún caso contradice la firme convicción de la Iglesia en cuanto a que ‘toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto’”.

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