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El cambio de gabinete que no fue y los conflictos que asoman en un potencial nuevo diseño PAÍS Crédito: Archivo

El cambio de gabinete que no fue y los conflictos que asoman en un potencial nuevo diseño

Interior, Segpres, Justicia y Desarrollo Social eran los ministerios que se iban a ver afectados de haberse cumplido con el diseño de cambio de gabinete que respondía al fracaso de las megaelecciones. Por ahora, no hay claridad acerca de cuándo se podría realizar un nuevo ajuste, pero, lo que sí es seguro, es que no respondería a la motivación del antiguo diseño. De todas formas, ya existe ruido tanto en RN como en La Moneda ante la insistencia de un sector que pide la salida de Karla Rubilar, y nombrar en su reemplazo a la subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell, que por más que sea RN, dejaría al sector desbordista todavía más desnudo en la sede de Gobierno [ACTUALIZADA]


Luego de la derrota histórica que sufrió el oficialismo tras la elección de los días 15 y 16 de mayo, en La Moneda se llegó a un diseño de cambio estructural del comité político que buscaba, entre otras cosas, dar nuevos bríos a una instancia que ha sido maltratada por el mismo Chile Vamos y que, además, cumplía con el rito que dice que después de un gran fracaso “hay que ofrecer cabezas”.

El haber quedado con menos de un tercio de representación en la Convención Constitucional, haber perdido cerca de sesenta comunas, no haber alcanzado la segunda vuelta en la elección de gobernadores regionales en la Región Metropolitana, y no tan solo eso, con mínimas posibilidades de alcanzar a lo más 4 de 16 reparticiones, obligaba a entregar señales claras, pero nunca muy alejadas de la estructura de poder que al Mandatario le gusta conformar.

De esta manera, al anuncio que en un principio estaba listo para recibir públicamente la rúbrica el jueves siguiente a la elección, consideraba la salida del actual ministro de Interior, Rodrigo Delgado, y que –a diferencia de otras versiones que se han entregado– este no sería premiado con un enroque, más bien se apostaba a que formara parte de las filas del comando de Joaquín Lavín. En su reemplazo llegaría el actual ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno. Uno que, si bien “se manda solo”, hacía menos ruido que Andrés Allamand –quien estuvo en la hoja de consideraciones– y tenía más tonelaje que el exalcalde de Estación Central.

Donde sí se producía un enroque, era en los ministerios de Justicia y Segpres. De esta manera, el UDI Hernán Larraín pasaría a hacerse cargo de la agenda legislativa, mientras que Juan José Ossa volvería el ministerio que previamente lo había cobijado, solo que en esta ocasión en su rol de ministro.

El último de los ajustes correspondería a uno que ha hecho ruido y que promete seguir haciéndolo, como es la eventual salida de la ministra de Desarrollo Social, Karla Rubilar. La exintendenta no es del agrado del jefe del segundo piso, Cristián Larroulet, y además se ha terminado transformando en la protegida de Mario Desbordes al interior del comité político, lo que la pone en medio de la línea de fuego. Y para colmo de algunos, se consideró el nombre de una RN, la actual subsecretaria de Prevención del Delito, Katherine Martorell, lo que de inmediato encendió las alarmas.

Si bien este diseño es parte de pasado, ya que –como explicaron en Palacio–, de realizarse un ajuste ministerial, “este respondería a otra lógica”, hay algunos nombres que permanecen en el escritorio del Primer Mandatario y que están levantando una nueva polvareda.

RN ninguneado

En la cita que el Presidente Sebastián Piñera sostuvo con la directiva de RN para analizar los pasos a seguir tras la derrota electoral, se le hizo saber al Jefe de Estado algo que era un secreto a voces: que el partido no consideraba representación en su comité político, a lo que el jefe de Estado respondió con el nombre del ministro de la Segpres, Juan José Ossa, recibiendo como respuesta que él no representa los intereses institucionales.

Esta realidad ha elevado la complejidad que significa sacar a la ministra Karla Rubilar de su cargo –algo que varios en su equipo ya tienen asumido–, puesto que es evidente que se transformó en la protegida de Mario Desbordes, un nombre que saca ronchas en La Moneda, pero que la vigencia de su influencia obliga a Palacio a considerarlo a la hora de la toma de decisiones, aunque a regañadientes.

Y el polvo que se está levantando es que, en reemplazo de la ministra Rubilar, seguiría en carpeta Katherine Martorell, una subsecretaria que está lejos de responder al sector de la directiva de partido, más bien lo hace a quienes han sido denominados como poderes fácticos, en este caso, al sector de Andrés Allamand y del embajador en Argentina, Nicolás Monckeberg, los mismos que fueron denunciados internamente por intervenir en la campaña presidencial en favor de Sebastián Sichel en horario laboral. Previamente se le consideraba cercana a Andrés Chadwick, de ahí que se entiende el regreso a Palacio de María José Gómez, exjefa de gabinete del exministro del Interior, quien ahora trabaja a su lado.

De esta manera, de cumplir con este diseño, la afrenta en contra del denominado desbordismo sería evidente, ya que dejaría sin ojos ni oídos al sector mayoritario del partido al interior de comité político del Presidente Sebastián Piñera.

Desde RN se acusa que la subsecretaria estaría corriendo con colores propios, incluso siendo parte del Tribunal Supremo del partido, y que eso habría dejado a varios heridos en el camino, militantes que trabajaban en la sede de Gobierno principalmente.

Hasta ahora, Martorell ha sonado en los ministerios de la Segegob, del Interior y de Desarrollo Social. Entre quienes han trabajado a su disposición, relataron que en más de una ocasión la subsecretaria los ha convocado para anunciar su llegada a un ministerio, situación que aún no ha ocurrido.

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