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Catalina Pérez (RD), nueva vicepresidenta de la Cámara: «Hay que trabajar por reconstruir confianzas y definir en qué sí podemos estar de acuerdo» PAÍS

Catalina Pérez (RD), nueva vicepresidenta de la Cámara: «Hay que trabajar por reconstruir confianzas y definir en qué sí podemos estar de acuerdo»

Raúl Espina
Por : Raúl Espina Periodista de El Mostrador
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El oficialismo estuvo cerca de perder un espacio fundamental para el correcto tránsito de su alicaída agenda legislativa. Después de intensas negociaciones, con el beneplácito de una parte de los hoy fracturados PDG y DC, se consiguió mantener vigente el acuerdo de gobernabilidad de la Cámara de Diputadas y Diputados firmado en marzo pasado, y que estuvo a punto de desahuciarse, con el riesgo de dejar la Corporación en manos de una derecha presa de sus propias descoordinaciones. Quien asumió la segunda vicepresidencia y acompañará a Vlado Mirosevic en la mesa directiva durante los próximos ocho meses, Catalina Pérez (RD), advierte que es muy difícil conversar y volver a negociar con quienes traicionaron la palabra empeñada, aunque asume que necesitarán sumar los máximos apoyos posibles para sacar adelante sus proyectos emblemáticos, como son las reformas tributaria y al sistema de pensiones.


Finalmente, y después de una larga y tensa negociación, el oficialismo consiguió los votos necesarios para mantener en vigencia el acuerdo administrativo convenido al inicio del actual periodo legislativo, que le permitió conservar la testera de la Cámara de Diputadas y Diputados, ante el eventual riesgo de un posible empoderamiento de la derecha en complicidad con el PDG y la DC, los que no consiguieron la articulación necesaria para promover una candidatura con el consenso requerido. A último minuto, el nombre del diputado liberal y exvocero de la campaña del Apruebo, Vlado Mirosevic, apareció como la carta de los partidos de Gobierno para encabezar la Cámara, después de que un presionado Partido Comunista (PC) debiera desistir de su legítimo derecho a presidir la Corporación, de la mano de la también exvocera de la fallida campaña a favor de una nueva Constitución, Karol Cariola.

Con un PC evidentemente golpeado, y después de que las dos coaliciones oficialistas se reunieran el pasado domingo en un cónclave que buscaba rearticular las fuerzas y entregar una señal de unidad, fue finalmente el parlamentario de Socialismo Democrático quien consiguió reunir el apoyo necesario para evitar una dura derrota, que hubiese complicado las aspiraciones del Ejecutivo de sacar adelante proyectos emblemáticos, como las reformas tributaria y al sistema de pensiones. Encabezando las negociaciones que permitieron la nominación de Mirosevic y la consecución de los votos por parte de algunos diputados de las bancadas del PDG y la DC, la ministra de la Secretaría General de la Presidencia (Segpres), Ana Lya Uriarte, asume este como un triunfo suyo y comienza a transformarse en una figura política relevante al interior del Palacio de La Moneda.

Además, quienes acompañan a Vlado Mirosevic en la mesa directiva que encabezará la Cámara Baja durante los próximos ocho meses, son los diputados Carlos Bianchi (independiente), como primer vicepresidente, y Catalina Pérez (RD), como segunda vicepresidenta. Precisamente es la parlamentaria del Frente Amplio quien, en esta entrevista, profundiza en los principales desafíos del oficialismo después de la obtención de la testera de la Corporación, que –a su juicio– constituye un triunfo de todos los partidos que formaron parte y respetaron el acuerdo administrativo suscrito en marzo pasado, incluidos parlamentarios de la Democracia Cristiana y el Partido de la Gente. De esta forma, no descarta futuras conversaciones con dichas colectividades, pues asegura que, para obtener los resultados que el Gobierno precisa, será necesario abrirse a dialogar con todos los sectores. No obstante, se asume que tanto el PDG como la falange viven por estos días complejas realidades, que podrían incluso provocar su fragmentación definitiva.

Asumiendo como prioridades legislativas la seguridad, el costo de vida y la continuidad del proceso constituyente, Pérez desconoce un supuesto empoderamiento de Socialismo Democrático y el resurgimiento de una lógica concertacionista al interior de La Moneda a partir del plebiscito de salida, pues cree que dicha coalición también fue parte del fracaso del Apruebo. Asimismo, criticó con dureza a quienes irrespetaron el acuerdo de gobernabilidad pactado en marzo, recalcando que es muy difícil volver a creer en quienes no cumplieron con su palabra.

-¿Qué tan importante para ustedes, como oficialismo, fue el resultado de la votación de este lunes en la Cámara? ¿Cuál es el mayor desafío para la mesa directiva entrante?
-Creo que es trascendental, no por una disputa entre oficialismo y oposición, sino porque necesitamos de un Congreso Nacional que, en coordinación con el Ejecutivo, logre conectar con las necesidades del país, logre poner las urgencias sociales sobre la mesa, logre poner el debate de seguridad y las prioridades en términos del costo de vida sobre la mesa. Por eso queríamos liderar la Cámara de Diputadas y Diputados, y creo que junto con la nueva mesa directiva tenemos esas prioridades por delante, y tenemos claro que eso se consigue con mucho diálogo, con mucha unidad y con mucha invitación al trabajo conjunto, entendiendo el momento por el que está atravesando el país.

-¿Cómo observa el desafío de dialogar con sectores de oposición para sacar adelante el programa de reformas del Gobierno? ¿Es viable volver a pactar con aquellos parlamentarios que optaron por desahuciar el acuerdo administrativo previamente firmado y que se negaron a que el PC presidiera la Corporación?
-Espero que así sea y que esas confianzas puedan reconstruirse, espero que podamos sumar más actores a este acuerdo, y que quienes lo suscribimos reafirmemos nuestra voluntad de participar de él. Al respecto, el resultado de este lunes no creo que sea un triunfo exclusivo del oficialismo, es un triunfo también de todos quienes decidieron concurrir a este acuerdo administrativo (…). Cuando uno pone en perspectiva que los problemas de organización del Congreso Nacional no son precisamente los problemas que tienen los chilenos y chilenas comunes y corrientes, creo que tiene que asumirse la necesidad de que ambas conecten, y creo que en ese desafío estamos inmersos el día de hoy, y espero que sea un ánimo no solamente del oficialismo, sino que exista también en la oposición, para que podamos legitimar y recuperar la política, poniéndola al servicio de las personas y de los grandes desafíos que el país tiene.

-¿Por qué el PC podría asumir la presidencia de la Cámara en ocho meses más, entendiendo que hoy no pudo hacerlo a causa de la estrategia desplegada por diversos sectores, incluso de donde provienen parlamentarios que votaron a favor de Vlado Mirosevic?
-Lo que espero es que la palabra empeñada se respete, porque creo que lo que logramos el día lunes con la elección de esta mesa fue justamente hacer que se respetara el acuerdo administrativo en el que nos embarcamos a comienzos de año, y espero que ese acuerdo se mantenga para los periodos que vienen. Efectivamente, lo que decidimos hacer fue un enroque para generar las posibilidades de que este acuerdo siga vigente, pero mantenemos abierto el diálogo respecto del desafío de reconstrucción de confianzas que asumimos todos los partidos suscritos a dicho pacto.

-¿Concuerda con que existió una especie de veto y estrategia anticomunista que impidió que Karol Cariola presidiera la Corporación? ¿Asume que la candidatura de Mirosevic fue una «carta moderada» del oficialismo para evitar una nueva derrota?
-En ningún caso podemos permitir que un partido político no tenga la legítima aspiración de liderar la Cámara de Diputadas y Diputados. Me parece que eso es antidemocrático y creo que, cuando eso afecta al PC, o si afectara a cualquier otro partido, es algo que no se puede permitir. Ahora bien, dicha condena a esa exclusión no significa que no estemos de acuerdo con el liderazgo del diputado Vlado Mirosevic, que no me cabe ninguna duda que va a llevar adelante esta necesidad de coordinación con el Ejecutivo, y esta necesidad de poner al Congreso al servicio de las urgencias de los chilenos y las chilenas, y en eso vamos a contribuir desde todos los partidos de Gobierno. Y yo espero que no solamente lo haga el oficialismo o quienes concurrieron al  acuerdo administrativo, sino que también quienes desde la oposición miran a esta nueva mesa directiva, pero que espero, con altura de miras, contribuyan al funcionamiento de una institución democrática como es el Congreso Nacional.

-¿Qué opina de algunas voces oficialistas, como la del alcalde Daniel Jadue (PC), que alertan de una lógica concertacionista que ha primado en el Gobierno a partir del plebiscito de salida? ¿La elección de Mirosevic podría ir en esa línea de acción a favor de las fuerzas moderadas?
-Creer que el Socialismo Democrático adquiere un espacio preponderante en La Moneda a propósito de la derrota en el plebiscito del 4 de septiembre, significaría asumir que el Socialismo Democrático no formó parte de la campaña del Apruebo, y yo creo que en ningún caso eso sea así. Pienso que efectivamente desde las fuerzas progresistas sufrimos una derrota importante el 4 de septiembre respecto de la oportunidad de ofrecer una Constitución a la altura de los desafíos que tenemos como país, en el marco del siglo XXI, pero creo que hoy día lo que estamos haciendo es poner la gobernanza de los espacios institucionales y las necesidades de los chilenos por delante, sea cual sea la candidatura, tanto del diputado Mirosevic como de la diputada Cariola.

-¿Cuál cree que es la principal tarea para la nueva mesa directiva de la Cámara, entendiendo la urgencia de generar una mayor coordinación con un Gobierno que necesita con urgencia retomar la conducción de su agenda legislativa? Considerando que son un sector minoritario en el Congreso, ¿qué tanto están dispuestos a ceder para conseguir los apoyos necesarios para sacar adelante sus reformas?
-Creo que tenemos que trabajar por reconstruir confianzas y por definir en qué sí podemos estar de acuerdo, y no creo que sean pocas en las que logremos estar de acuerdo, por ejemplo, en materia de seguridad ciudadana, en materia de costo de vida e, incluso, en materia de proceso constituyente. Creo que hay mínimos democráticos que se necesitan para que Chile avance, pero también creo que una habilidad necesaria en política es la construcción de acuerdos, pero que además es una necesidad de la política que los acuerdos se respeten, y quien no respete acuerdos no es un actor confiable y no se puede dialogar ni confiar en ese actor. Entonces, por lo mismo es que estamos atravesando una situación compleja, donde necesitamos que los diversos partidos que creen en la democracia como una forma de responder a las urgencias sociales de nuestro país entiendan el escenario por el que estamos atravesando y se pongan a disposición, así como nosotros como oficialismo nos ponemos, de esa necesaria construcción de acuerdos y de diálogo democrático.

-Finalmente, ustedes como mesa directiva tendrán un rol importante en la entrampada discusión de continuidad del proceso constituyente, ¿qué opina de quienes creen que el fracaso de la nueva Constitución comenzó en el diseño desplegado a partir del acuerdo del 15 de noviembre de 2019? ¿Cuáles cree que han sido los errores de conducción que han imposibilitado que fructificara un nuevo acuerdo?
-Creo que vincular un gran hito de generación de acuerdo nacional con el resultado particular de un texto, no creo que sea lo adecuado. Yo creo que Chile necesita que dialoguemos urgentemente respecto de tres temas: seguridad ciudadana –donde la ministra del Interior ha hecho un llamado a la generación de un gran acuerdo nacional–, costo de vida y la construcción de un sistema de seguridad social que cuide a las personas en un momento de urgencia económica, y asimismo creo que, también, hay que trabajar en un acuerdo respecto del proceso constituyente. Y en eso quiero confiar en la voluntad de todos los sectores políticos, pues no creo que esto haya sido un problema de conducción del proceso por parte del presidente del Senado o del expresidente de la Cámara. Considero que más bien ha faltado claridad política en cuanto a las posiciones que tienen los diversos actores, y yo espero que eso no se repita, si es que lo que queremos es darle estabilidad institucional a Chile, que creo que es parte de los desafíos de normalización que el país tiene y que no son responsabilidad exclusiva del Gobierno, y quien piense eso creo que está equivocado, sino que son responsabilidad de todos los sectores que creen en la democracia como una vía de resolución de conflictos y como una vía de respuesta a las urgencias de las personas.

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