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Giorgio Jackson, hombre muerto caminando: ahora lo salva la UDI PAÍS Créditos: Agencia Uno.

Giorgio Jackson, hombre muerto caminando: ahora lo salva la UDI

“No existe interlocución posible con la oposición si el ministro Giorgio Jackson permanece en el Gobierno”, dijo ayer en la mañana el presidente de la Unión Demócrata Independiente, generando como consecuencia un fuerte blindaje en torno al titular de Desarrollo Social, que hasta antes de eso se estimaba que había quedado muy dañado, luego de la oleada de recriminaciones y peticiones de renuncia que recibió el jueves. Sin embargo, la aguja varió de posición y los propios socios de coalición de la UDI se desmarcaron de los dichos que, para todo el oficialismo, son un chantaje, lo que sin duda le permitió un respiro al cuestionado secretario de Estado.


Un denso día se vivió ayer en los principales partidos políticos del país, como consecuencia del terremoto que significó el robo (hasta aquí, un delito común) registrado durante la noche del miércoles al jueves en las dependencias del Ministerio de Desarrollo Social, lo que anteayer significó un bombardeo de peticiones de renuncia en contra de su titular, Giorgio Jackson, a quien muchos califican como un verdadero hombre muerto caminando. Esto, debido a lo complejo que al Gobierno le está resultando su permanencia en el cargo, en una situación que no a pocos recuerda lo ocurrido con Rodrigo Peñailillo y Michelle Bachelet, o Andrés Chadwick y Sebastián Piñera. Como se recordará, tanto Peñailillo como Chadwick eran personas vinculadas no solo en lo político con la ex Presidenta Bachelet y el ex Presidente Piñera, respectivamente, sino que estaban unidos también por relaciones personales: el primero era objeto de los celos del hijo de Michelle Bachelet, Sebastián Dávalos, quien calificaba a Peñailillo como “galán rural”, mientras que Chadwick es el primo hermano del ex Mandatario de Chile Vamos.

En los dos casos la mantención de dichos secretarios de Estado significó un lento sangrado a ambos gobiernos, hasta que finalmente ya no fue posible estirar más la cuerda, en una situación que tiene bastantes paralelismos con la actual, dada la férrea amistad que el Presidente Gabriel Boric mantiene con Jackson desde su época de líderes estudiantiles, luego de lo cual recorrieron juntos el camino del Parlamento, la creación del Frente Amplio y la llegada a La Moneda. Ambos no solo vivieron juntos, sino que incluso ellos mismos hablan del “bromance” que tienen desde hace varios años.

Sin embargo, si hasta ayer en la mañana distintos observadores estimaban que, pese a todo ello, a Jackson le quedaba muy poco aire –pues a las críticas opositoras se sumaban las que abiertamente formulaban personajes como los parlamentarios Fidel Espinoza o Pamela Jiles–, el error no forzado cometido ayer en la mañana por la Unión Demócrata Independiente (UDI), que condicionó cualquier diálogo con la administración del Presidente Boric a la salida de Jackson de su gabinete, le dio un pequeño respiro al ministro, aunque todos apuestan a que, una vez que el Primer Mandatario regrese a Chile desde su gira por Europa (el domingo), los ataques arreciarán.

En efecto, en la mañana de ayer el presidente de la UDI, Javier Macaya Danús, flanqueado por la directiva y el equipo jurídico del partido, afirmó que “no existe ninguna conversación política posible en las reformas importantes que necesita Chile, en los diálogos políticos que son necesarios en cualquier democracia, si el ministro Giorgio Jackson sigue en el Gobierno”. 

Según explicó, desde el punto de vista político “nos parece que es cada vez más difícil que el Gobierno haga oídos sordos de la petición que llevamos muchas semanas por parte de la UDI”, refiriéndose a la salida de Jackson, junto con agregar que su partido se restará de la mesa que se está llevando a cabo por la reforma de pensiones. 

Voces al interior del Congreso confirman que las ganas en la oposición no faltan para que el ministro en cuestión salga del Gobierno. De hecho, muchos se han hecho parte de la solicitud al Jefe de Estado para que se lleve a cabo su salida lo antes posible, sin embargo, no cayó bien el hecho de condicionar el diálogo con el Gobierno a ello. Frank Sauerbaum, jefe de la bancada de diputados de Renovación Nacional (RN), aseveró que nosotros creemos que condicionar el diálogo con la salida de un ministro solo le hace mal a Chile”. El parlamentario por Ñuble agregó que temas como los de las personas afectadas por las inundaciones, las pensiones, las listas de espera y la seguridad del país se solucionan “con diálogo en conjunto con el Gobierno  y también deteniendo las malas decisiones del Ejecutivo”. 

Además, recordó que RN “siempre ha sido un partido dialogante, que ha promovido los acuerdos y los consensos” y que “no vamos a cambiar de actitud para enfrentar a un mal Gobierno. Nuestra responsabilidad es justamente la contraria, ser una oposición que sea constructiva, que vaya limitando las malas decisiones del Gobierno”. Sauerbaum puntualizó que “cortar las relaciones por una decisión política me parece que no es lo que le hace bien al país”. 

Desde Evópoli, el diputado Jorge Guzmán –quien fue foco de críticas junto a su par Francisco Undurraga por no apoyar la acusación constitucional contra el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila– afirmó que el senador Macaya no habló por la oposición: “Lo que señala la UDI es una decisión de la UDI”, dijo. Pese a ello, compartió que Jackson “no ha sido un ministro que esté aportando hoy día a mejorar las condiciones de acuerdos políticos para el país, su manejo ha sido bastante errático y producto de eso también se ha entorpecido muchas veces el poder avanzar en algunos temas que son relevantes”. Incluso, advirtió que el Presidente Gabriel Boric tiene que tomar una decisión respecto de su permanencia en el gabinete. 

Pese a ello, coincidió con Sauerbaum en orden a que “no nos podemos cerrar a la posibilidad de tener un diálogo con el Gobierno solamente por la figura del ministro Jackson”. Guzmán también agregó que en Evópoli “permanentemente vamos a estar disponibles a poder evaluar, con responsabilidad y seriedad, las distintas propuestas que presente el Gobierno”. 

Por su parte, el senador Rojo Edwards, del Partido Republicano, concordó con Macaya “en el sentido de que el ministro Jackson ya no tiene ninguna posibilidad de ser eficaz, dado que su prestigio ha sufrido un fuerte golpe con todo lo que ha pasado desde antes del caso Convenios”, pero matizó las vías de acción: “Podemos discutir cuáles son las formas de presión, pero el ministro tiene que irse lo antes posible, es lo mejor para el Gobierno y para los chilenos”

El diputado Víctor Pino, del partido Avancemos Chile, una escisión a la derecha del PDG, también consideró “muy necesario que el ministro Giorgio Jackson deje su lugar en el gabinete”. Las razones detrás serían su mal desempeño en Segpres, ser “el rostro” del caso Fundaciones y el “burdo robo” al interior de su ministerio. Pese a ello, afirmó que “lo que no comparto con el presidente de la UDI es que él hable a nombre de la oposición”. 

Pino además pidió a la oposición “mayor coordinación”, dado que quedó en evidencia que la ofensiva de la UDI se hizo en solitario. El diputado estimó que es necesario que las fuerzas opositoras puedan “tener todas un mismo discurso”. Voces al interior de Chile Vamos sostuvieron lo mismo y, de hecho, hubo conversaciones para tomar una pausa y coordinar un discurso común, pero nadie atendió el llamado. 

Presidentes oficialistas contra Macaya

A la salida de la reunión que llevan a cabo periódicamente los presidentes de las huestes oficialistas, en la sede del Partido Socialista (PS) en calle París, los líderes de las distintas colectividades repitieron la palabra “chantaje” al referirse a la ofensiva de la UDI. 

Al líder del PC, Lautaro Carmona, le parece de “una tremenda irresponsabilidad, porque actuar así es un chantaje, porque uno podría tener muchos motivos para decir ‘mientras la UDI o el presidente de la UDI no aclare y despeje tales o cuales cosas’… En ese juego no se construye nada”. Además, sostuvo que “las amenazas no funcionan en ningún espacio político”.

Horas antes de que la UDI anunciara su retiro de la mesa de trabajo para la reforma de pensiones, Paulina Vodanovic, la dueña de casa en la sede del PS, advirtió preocupación al “ver a una derecha que no quiere que se reforme el sistema de pensiones”. Acerca del anuncio del partido gremialista, lo calificó como “un chantaje que busca, probablemente, tapar los problemas internos que ellos tienen”. 

En tanto, el presidente de Convergencia Social, Diego Ibáñez, aseveró que “yo haría un llamado a la UDI, a Javier Macaya en especial, a que dejen de chantajear al Gobierno”. También hizo un llamado al Ejecutivo a “que no ceda ni un centímetro a este chantaje vacío”. Ibáñez recordó que la oposición ha presentado cuatro acusaciones constitucionales sin éxito y sobre eso agregó que “al senador Macaya no le pagan por hacer chantajes al voleo, sino por llegar a acuerdos en pensiones, en tributaria, en la ley corta de isapres. Yo lo llamaría a trabajar, porque de otra manera la política se destruye en una deslegitimidad y en un payaseo”. 

A diferencia de Vodanovic, que se anticipó a la salida de la UDI de la mesa de pensiones, el diputado frenteamplista Andrés Giordano, horas más tarde de dicha noticia, se preguntó: “¿Cuándo ha estado la UDI disponible para el diálogo? Se restaron de la primera mesa técnica, han entorpecido todo el debate en la Comisión de Trabajo, no han presentado ni una sola propuesta y su participación ahora demuestra que no quieren interiorizarse o leer siquiera la reforma previsional”.

Voces oficialistas sostienen que, en un contexto de alta desafección ante la clase política, la estrategia de la UDI de endurecer su discurso a través de una “performatividad politiquera” –como calificó una fuente el punto de prensa de dicho partido–, solo los sitúa como la derecha tradicional que fue derrotada por el Partido Republicano. Con eso, recalcan, le hacen un favor al partido de la extrema derecha, al mantenerlos como outsiders y, además, los liberan de liderar peleas que no pueden sostener, pues sus principales energías están en el Consejo Constitucional. 

Aún no hay agua para una acusación constitucional

Al interior del Congreso afirman que ganas no faltan, en orden a impulsar una acusación constitucional en contra del ministro Giorgio Jackson. De hecho, tímidos e incipientes diálogos han circulado en la derecha, pero hasta ahora algunos personeros –sin duda, teniendo en cuenta lo sucedido con el ministro Marco Antonio Ávila– reconocen que no hay fuerza suficiente para sostener argumentos que permitan sacar al ministro. 

En tanto, el diputado republicano José Carlos Meza, quien evalúa a Jackson como “un lastre para el Gobierno”, señaló que son conscientes de que, tras las acusaciones que presentaron anteriormente –contra la exministra Izkia Siches y el propio Jackson–, “no tenemos certeza si es que el resto de la oposición va a concurrir con sus votos para poder aprobar una acusación”. 

Meza además apuntó a Chile Vamos, recordando que en ambas acusaciones “fueron sus votos los que terminaron salvando a estos ministros”. Por ende, para el parlamentario, la pregunta está en si las fuerzas de Chile Vamos “son capaces de alinear a sus bancadas para lograr la destitución del ministro”.

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