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La revancha de Dorothy Pérez PAÍS

La revancha de Dorothy Pérez

Silvia Peña Pinilla
Por : Silvia Peña Pinilla Periodista de El Mostrador.
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Este 18 de diciembre asume como contralora (s), tras finalizar su periodo Jorge Bermúdez, quien prometió que, mientras él estuviera, ella nunca tomaría el mando. La abogada no solo le ganó el gallito cuando quiso removerla. Hoy, podría convertirse en la primera mujer al frente de la Contraloría.


Desde hace unos meses, la subcontralora Dorothy Pérez se ha dejado ver más por los pasillos de Teatinos 56. También se le ha visto almorzando en los restaurantes del barrio cívico que suelen frecuentar autoridades, asesores y funcionarios públicos. 

“Ha estado compartiendo más en las oficinas, más visible –por decirlo de alguna forma– de lo que ha sido su costumbre en los últimos años, donde ha manejado un perfil muy bajo, incluso dentro de la Contraloría”, relata una fuente. 

Por eso sorprendió a varios al sumarse a la celebración de Fiestas Patrias en septiembre pasado y, también, cuando asistió a la cuenta de gestión que realizó el contralor el pasado 7 de diciembre. Allí se integró a la fila donde también estaban el Presidente Gabriel Boric, la ex Presidenta Michelle Bachelet y el ex Presidente Sebastián Piñera, entre otras autoridades.

¿Estrategia o una forma de preparar su regreso a la primera línea?, ad portas de hacerse cargo de la Contraloría General de la República de manera subrogante. 

Porque desde su quiebre con Jorge Bermúdez –estuvo cuatro meses fuera en 2018– se alejó de las actividades institucionales y, además, dejó de participar en reuniones de equipo en las que ya no tenía responsabilidades. También abandonó prácticamente todas las tareas externas, como charlas y seminarios, y su lista de viajes en representación de la institución quedó congelada en junio de 2018.

Cuando volvió, tras el fallo de la Corte Suprema que la restituyó en su puesto, el contralor Jorge Bermúdez la dejó solo con las funciones de Jueza de Cuentas que describe el cargo de subcontralor(a), y la despojó de todas las tareas de confianza que le había asignado cuando la consideraba su mano derecha. De paso, la cambió de la oficina que tenía junto a la suya en el piso 9, para “devolverla” a la oficina histórica de la Subcontraloría, ubicada en el piso 7 desde 1951. Una amplia dependencia patrimonial, con muebles del siglo XIX, pero que, dadas las circunstancias, tiene o más bien tuvo en su momento una carga negativa y de degradación de poder.

Por ello, aunque las últimas semanas han sido intensas en las dependencias del ente fiscalizador, donde varios deberán poner sus cargos a disposición y otros ya partieron, hay quienes observan expectantes y con cierto morbo el próximo movimiento de Pérez. 

Se preguntan si la subcontralora dejará su oficina del piso 7 para instalarse, temporalmente, en el piso 9. Lo que sería una señal importante de su regreso “a lo grande”. Una especie de revancha, comentan en los pasillos.

Sin embargo, un funcionario de carrera baja la tensión, señalando que al interior no hay bandos, por lo menos declarados. 

“Porque, aunque suene cliché, todos reman para el mismo lado. El titular tiene que estar bien para que todo esté bien. Y eso va a pasar también cuando llegue Dorothy”, afirma.

El funcionario agrega que en ocasiones anteriores las subrogancias se han mantenido en sus respectivas oficinas y no ve por qué ahora sería distinto. “Además, no hay movimientos que anuncien eso”, añade.

Creando nexos

Dorothy Aurora Pérez Gutiérrez (Santiago, 1976) estudió Derecho en la Universidad de Chile, es magíster en Gestión (UCV) y en Gerencia y Políticas Públicas (U. Adolfo Ibáñez). Actualmente es académica de la UAI y ha hecho clases de Derecho Administrativo en la U. de Chile, U. Católica, U. Mayor y U. de Magallanes. 

Hija de una exprofesora normalista de Angol, quien hoy es dueña de Creaciones Dorothy, especializada en artículos publicitarios y para novias. Su padre figura a cargo de un equipo inmobiliario.

Está casada con el mayor (r) de Carabineros Fabián López Paredes, piloto de helicópteros, con quien tiene dos hijos.

La abogada ingresó a la Contraloría en 2004. En 2007 y con 31 años, el entonces contralor Ramiro Mendoza la nombró Contralora Regional de Valparaíso. Tres años después (2010), regresó a Santiago como subjefa de la División de Auditoría Administrativa y, en 2013, asumió como jefa del Comité Empresas de la División Jurídica del órgano contralor.

En esta época –según una fuente– tuvo roces con el contralor Mendoza. Cuando Patricia Arriagada fue ascendida a subcontralora por el contralor general y dejó vacante la jefatura de la Auditoría Administrativa, Pérez esperaba que lo natural fuera (pues ella era la subjefa) que la ascendieran, pero Mendoza la envió a una de las seis Divisiones Jurídicas. Por este motivo buscó un nuevo trabajo. Un año después, asumió como jefa de la División Jurídica del Ministerio de Educación. Allí estableció muy buena relación con la subsecretaria de Educación de Michelle Bachelet, Valentina Quiroga, a quien incluso subrogó. Y también tuvo buena llegada con el entonces ministro Nicolás Eyzaguirre.

En 2015, cuando Mendoza dejó su cargo y el candidato del Gobierno, Enrique Rajevic, no obtuvo los votos de la derecha, surgió el nombre de Jorge Bermúdez, propuesto por Ana Lya Uriarte. Nicolás Eyzaguirre era entonces ministro Secretario General de la Presidencia, por ende, encargado de negociar el nombre del futuro contralor con el Senado. Dorothy Pérez, que conoció a Bermúdez cuando era contralora en Valparaíso, fue la carta de recomendación ante Eyzaguirre. 

Cuando Jorge Bermúdez se instaló en la Contraloría General de la República (diciembre de 2015), trajo de regreso a Pérez como su jefa de gabinete y luego la nombró subcontralora. 

Bermúdez versus Pérez

Dorothy Pérez es reconocida por su capacidad de trabajo. “Llega temprano y no tiene problema en trabajar hasta tarde si hay que terminar una tarea. En eso es muy esforzada, pero también es muy buena en lo que hace, yo diría que brillante”, señala un excolega.  

Tiene carácter fuerte, pero muy buenas relaciones con sus compañeros y funcionarios. “Se ha ganado cierta fama de conflictiva porque dice sin rodeos cuando algo no le parece o no está de acuerdo. Además, va por lo que quiere, es ambiciosa y no oculta. Creo que argumentar que es conflictiva es un comentario bastante anticuado, por no decir machista. Si fuera hombre, no dirían que es conflictivo, afirmarían que tiene coraje, que es fuerte y otras palabras con connotación positiva”, apunta una abogada. Y añade: “Lo mismo que a un hombre le puede jugar a favor para llegar al cargo de contralor, a una mujer la disminuye. Eso no debería ser tema en estos tiempos”. 

Otras fuentes señalan que maneja “ciertos códigos”. “Solía tener WhatsApp con algunos periodistas ‘seleccionados’, con los que hablaba privilegiadamente, muchas veces sobre Bermúdez. Y también chats con autoridades donde manifestaba no estar de acuerdo con ciertas determinaciones de su jefe, poniéndose en una línea paralela”, dicen.

Pero el round Bermúdez versus Pérez afectó a ambos abogados y “en especial a la Contraloría”, sostiene una fuente. “Es cosas de leer el tratamiento que le dieron los medios entonces: teleserie, escándalo, drama… Se farandulizó el principal ente de fiscalización que tiene la República”, agrega.

Los recién asumidos Jorge Bermúdez y Dorothy Pérez trabajaban muy bien coordinados, con confianza y amistad. Con el pasar del tiempo, comenzaron los desacuerdos, choque de caracteres, y la relación terminó por agotarse. El punto de quiebre se dio cuando, en medio de la investigación por el millonario fraude en Carabineros, conocido como “Pacogate”, el fiscal Eugenio Campos citó a la subcontralora a declarar como testigo, a raíz de la eventual responsabilidad de dos funcionarios bajo su mando en la División de Auditoría Administrativa, época en que, además, su marido era oficial de la policía uniformada.

El contralor ha dicho que se enteró a través de la llamada del fiscal. Y que no podía permitir que esa situación dañara a la institución. Le pidió la renuncia, pero la abogada se amparó en la ley que dice que “la remoción del Contralor General y del Subcontralor corresponderá al Presidente de la República, previa resolución judicial tramitada en la forma establecida para los juicios de inamovilidad que se siguen contra los ministros de los Tribunales Superiores de Justicia y por las causales señaladas para los ministros de la Corte Suprema”. A través de un recurso de protección, que escaló hasta la Corte Suprema, la subcontralora logró quedarse en su cargo. Y asestó un duro golpe a Bermúdez. 

En su declaración de Probidad, Dorothy Pérez dedica un extenso escrito a la relación con Carabineros a través de su marido. El siguiente es un extracto:

“(…) Durante todo mi desempeño como funcionaria de CGR desde el año 2004 y también durante los 2 años siguientes a su retiro (en aplicación de la Ley 19.880), me abstuve de ‘aprobar o firmar’ auditorías, dictámenes u oficios relativos a dicha ‘dependencia’ de Carabineros, lo cual consta documentadamente en la Contraloría. A efectos de aclarar y dejar en evidencia la falsedad de las atroces difamaciones y calumnias efectuadas en mi contra y con publicidad por parte de una jefatura institucional, hago notar que sin perjuicio de no aprobar o firmar auditorías de dicha ‘dependencia’, esto es, de la Prefectura Aeropolicial, tanto mi cónyuge como la suscrita aportamos múltiples y valiosos antecedentes a las fiscalizaciones periódicas de esos años, entregando –tanto verbalmente como por escrito– las denuncias de datos concretos acerca de irregularidades de las que pudimos tomar conocimiento, según el área de trabajo y la condición de oficial ‘subalterno’ de mi cónyuge. Hago notar que su área de desempeño o trabajo fue el escalafón de Orden y Seguridad (no el de Intendencia, ni el área de Remuneraciones, ni de Finanzas, ni ninguna que implicara la administración de dineros correspondientes a sueldos, asignaciones o similares). En concreto, su labor en Carabineros consistió en pilotear los helicópteros en que Carabineros realizaba rescates aéreos de personas accidentadas; y en los años previos efectuar guardias y servicios policiales de turno y ronda preventivo en las calles y poblaciones correspondientes a las comisarías de Maipú, Cerrillos y Renca. Posteriormente, dirigió ese mismo tipo de servicios policiales y al personal de los turnos, guardias y rondas respectivos en la 3ra Comisaría de Valparaíso (…) existen pruebas documentales y comunicaciones electrónicas que demuestran mi permanente interés y el de mi cónyuge por que se fiscalizara a fondo a Carabineros, y especialmente que se fiscalizaran las actuaciones de algunas de sus jefaturas de la época, debido a conductas improcedentes”. 

Dorothy candidata

“Si ella terminó recluida en el piso 7 y con nula injerencia en lo medular de la Contraloría, él tuvo que lidiar con la derrota y el desgaste de su capital político al verse expuesto a una ‘teleserie’”, explica un analista.

Cinco años después, este domingo 17, termina ese capítulo y oficialmente el periodo de Jorge Bermúdez. Y comienza una etapa incierta, porque no se sabe cuánto demorará en definirse el nombre de la nueva autoridad. En el proceso anterior, el cupo estuvo vacante 8 meses. Hay que recordar que el Gobierno debe proponer un candidato o una candidata y el Senado debe ratificar su nombramiento con los 3/5 de senadores en ejercicio, es decir, 30 votos. El oficialismo cuenta con 20 parlamentarios, más 3 de la DC. Necesita conseguir el apoyo de 7 honorables. La búsqueda de un nombre negociable está a cargo de los ministros Carolina Tohá, Álvaro Elizalde y Luis Cordero.

Durante el año han sonado nombres como el del Fiscal Regional Centro Norte, Xavier Armendáriz, y la secretaria general de la Contraloría, Nelly Salvo. Sin embargo, una fuente sugiere que “Dorothy Pérez quisiera convertirse en la primera mujer a cargo de la Contraloría”. 

Y, en tal sentido, agrega que “el periodo de subrogancia será la vitrina que tendrá para demostrar y mostrar que es una opción”. 

¿Qué tanto podría jugarle en contra la disputa personal con el contralor Jorge Bermúdez?

“Es difícil responder a eso. Ella demostró carácter y perseverancia. Pero Bermúdez no se llevaba bien con las autoridades, ni en el Gobierno anterior ni en este. Claramente ella no es vista como continuidad, justamente por haberse opuesto al contralor saliente. Pero nunca se sabe, hay demasiadas variables que considerar, especialmente las políticas”, indica un abogado.

Según publicó La Segunda, Pérez ya habría armado un equipo de confianza conformado por el excontralor de Valparaíso, Víctor Hugo Merino; el contralor de Los Ríos, Alejandro Riquelme; la contralora de Magallanes, Verónica Orrego; y Ricardo Provoste, jefe de Control Externo en Copiapó.

Un conocedor de la administración pública comenta que “siempre ha habido roces entre las cabezas de la Contraloría. Mendoza los tuvo con Noemí Rojas, que terminó yéndose porque jubiló; algo parecido pasó antes con Gustavo Sciolla, pero acá es diferente porque Pérez es joven. En general, este cargo es el cúlmine de una carrera y las personas que lo ejercen se van jubiladas, pero Dorothy tiene 47 años y por ley es inamovible hasta los 75… Hay Dorothy para rato”, afirma.

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