El Observatorio Perspectivas atribuye este problema a limitaciones en la jornada laboral, altos costos por imposiciones legales y rigideces en la tramitación de visas. Además, sugiere que enfrentar el subempleo y la caída en la productividad son esenciales para reducir la informalidad.
La informalidad laboral en Chile ha alcanzado un preocupante 28,2%, afectando a 2,6 millones de personas que no cuentan con protección social ni ahorros para su pensión. Esta cifra, aunque relativamente baja en comparación con el promedio latinoamericano, contrasta fuertemente con el 11% de los países de la OCDE.
David Bravo, del Centro UC de Estudio Longitudinales, califica esta situación como una “emergencia laboral no declarada” que exige metas claras del Estado para su reducción.
A pesar del compromiso del Presidente Gabriel Boric de reducir la informalidad al 25% para el final de su mandato, los recientes desarrollos en el mercado laboral presentan un panorama desafiante.
Benjamín Villena, académico de la Universidad Andrés Bello, sugiere que factores como la capacidad de absorción de inmigrantes y los cambios en regulaciones laborales, como el aumento del salario mínimo, podrían estar influyendo en el mantenimiento de estos altos niveles de informalidad.
El Observatorio Perspectivas, en su informe “El Mundo del Trabajo Requiere un Nuevo Impulso”, analiza las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas y destaca que la informalidad afecta más a los trabajadores extranjeros, con una tasa de 32,3% frente al 28,2% de los chilenos.
De acuerdo al sondeo, las mujeres extranjeras son las más vulnerables, con tasas de informalidad que alcanzan casi el 35%.
Gabriel Cestau, director del Observatorio, atribuye esto a las limitaciones en la jornada laboral, los costos elevados por imposiciones legales y las rigideces en la tramitación de visas.
El informe también sugiere que enfrentar el subempleo, que ha aumentado un 5% en los últimos dos años, y la caída en la productividad podrían ser estrategias clave para frenar el crecimiento de la informalidad.
Cestau resalta la importancia de enfocar los esfuerzos en integrar a los desempleados en el mercado formal y en mejorar la productividad mediante una mejor preparación y herramientas para el mercado laboral actual.
Los expertos coinciden en que la informalidad laboral es uno de los principales desafíos para el progreso hacia un bienestar de país desarrollado. Para Villena, la solución incluye reforzar los planes de capacitación para jóvenes y el apoyo para el cuidado de hijos y adultos mayores, mientras que Cestau subraya que se requieren políticas públicas decididas y bien focalizadas para enfrentar este problema de manera efectiva.