En este nuevo Punto por Punto, Paulina de Allende-Salazar explica en detalle cómo se instaló y crece hacia el sur el Tren de Aragua. La organización delictual avanza y se reparte por todo Chile, a vista y paciencia de una sociedad no acostumbrada a delitos tan violentos.
A Larry Álvarez –más conocido como “Larry Changa”– le debemos en parte el inicio de la importación del crimen organizado al estilo centroamericano como nunca lo conocimos en nuestro país.
Llegó a Chile el año 2018, con una visa de turista –sin mayores problemas–, después de fugarse tres años antes de la cárcel de Tocorón, en el Estado de Aragua, Venezuela, y cofundar junto a otros dos presos por homicidio intencional calificado –Héctor “Niño” Guerrero y Johan Petrica– la banda criminal Tren de Aragua.
Detenido recién en mayo pasado en Colombia y con dos peticiones de extradición de las fiscalías de Los Vilos e Iquique, nos marcó a plomo y secuestros desde que se asentó en Santiago y dirigió, probablemente hasta principios de este año, un nuevo modelo de negocio criminal que –como les mostramos– se extendió a lo largo y ancho de nuestro país.
En Punto por Punto, Paulina de Allende-Salazar cuenta cómo ha sido la instalación y el despliegue hacia el sur de la banda delictual más peligrosa y avezada que ha actuado en Chile.