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El aplausómetro del velorio de Altamirano

En medio del homenaje que le rindió el Partido Socialista al histórico dirigente de la UP Carlos Altamirano, en el Salón del antiguo Congreso Nacional, la diputada fue ovacionada por los asistentes y todos querían una fotografía con la nieta del ex Presidente Salvador Allende, situación que habría puesto incómodo a su contrincante para la presidencia del PS, Álvaro Elizalde.


Ha sido una triste semana para el mundo socialista, el domingo 19 de mayo falleció el histórico líder de la UP y ex secretario general del partido, Carlos Altamirano. Sus restos fueron velados al día siguiente en el Salón de Honor del antiguo Congreso en Santiago, lugar en donde dirigentes, parlamentarios y militantes del Partido Socialista y del resto de la centroizquierda le rindieron honores.

Nadie faltó a la cita. Todos los estandartes socialistas desfilaron por el lugar, como también los principales dirigentes del actual red set y los dos candidatos que se disputan la presidencia del PS este domingo 26 de mayo, Álvaro Elizalde –quien busca la reelección por otros dos años– y la diputada Maya Fernández.

Elizalde, el actual timonel socialista, llegó cerca de las 18:30 horas al Salón de Honor, se acercó a la familia de Altamirano y saludó a los estandartes socialistas que circulaban por ahí. Poco más de media hora después, pasadas las 19:00 horas, arribó la diputada Fernández, quien realizó la guardia de honor junto a Luis Maira, el diputado Gabriel Boric (MA), Javiera Parada (RD) y Carolina Carrera, presidenta de Corporación Humanas.

Entre quienes estuvieron presentes en el velorio comentaron que la entrada de Fernández –quien ingresó por una puerta lateral pequeña, ya que el recinto estaba bastante lleno– no pasó inadvertida para nadie. Recibió un aplauso contundente que retumbó en las paredes del salón y todos los socialistas de la vieja guardia la buscaban para tomarse una fotografía con la nieta del Presidente Salvador Allende.

Una ovación que a muchos recordó a la que Fernández recibió cuando debió asumir –solo por unos minutos– la presidencia de la Cámara de Diputados, mientras el diputado Iván Flores (DC), actual presidente de la instancia, lograba llegar hasta la Sala.

Según los asistentes al velorio de Altamirano, el momento fue incómodo para Álvaro Elizalde. Al senador se le vio tenso y molesto al ser eclipsado por la diputada que, agregaron los presentes, lucía en calma, radiante –a pesar de la fiebre que tenía ese día– y se robaba la atención de todos los militantes que fueron a despedir al histórico dirigente de la UP.

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