Si bien las redes sociales y los comentarios de pasillo detrozaron a Silva, en privado recibió bastantes respaldos. LarrainVial optó por dar por zanjado el asunto con la carta que su socio envió a un diario explicando sus dichos y optó por esperar que la tormenta pública amainara, mientras que en Sanhattan dicen que hay una buena impresión de él, que no es considerado «un gallo Pepe Pato que anda por ahí creyéndose superior” y que, por lo mismo, varios le prestaron ropa.
No fueron días fáciles en LarrainVial, porque se transformaron en foco de comentarios y críticas a todo nivel.
De hecho vivieron un papelón público desde que el 7 de abril uno de sus socios, José Manuel Silva, dio su fórmula –en una entrevista a diario Pulso– para sortear los efectos económicos de la crisis sanitaria del COVID-19: «En 1957 se produjo la gripe de Hong Kong y murió mucha gente en Chile. Hoy, para bien, la vida humana se ha valorizado cada vez más. Nunca había ocurrido que los gobiernos pararan la economía para evitar los contagios y eso tiene un costo enorme. Los próximos meses lo que va a ocurrir es una discusión muy grande, porque no podemos seguir parando la economía y debemos tomar riesgos, y eso significa que va a morir gente”.
Obviamente, la polémica frase encendió las redes sociales, no dejó espacio para medias tintas. Ante la lluvia de críticas, Silva envió una carta al director a Pulso en la que justificó sus dichos: “No soy un experto en epidemiología ni tampoco en cuarentenas, por lo que mal podría tener una opinión formada al respecto. Solo me remití a ilustrar una discusión que ya se está efectuando en el mundo, como lo demuestra la reciente columna de Martin Wolf en el diario Financial Times, en donde afirma que Europa está atenta a la comparación entre el llamado modelo sueco de mitigación y lo que está realizando su vecina Noruega. Esta discusión es clave para discernir el tipo de reactivación que tendrá el mundo (U o V)”.
Entre quienes conocen al socio de LarrainVial, aseguraron que en esos días estuvo complicado, que conversó con algunos de sus amigos del sector financiero, también con cercanos suyos tanto en gremios como en distintos tipos de empresas, para explicarles sus polémicas declaraciones y que les habría planteado que quiso referirse al debate histórico que generan este tipo de episodios, como lo es una pandemia, pero que jamás su intención había sido plantear que debían morir personas a cambio del avance económico.
Si bien las redes sociales y los comentarios de pasillo detrozaron a Silva, en privado recibió bastantes respaldos. LarrainVial optó por dar por zanjado el asunto con la carta que su socio envió al medio antes señalado explicando sus dichos y optó por la estrategia de «aguantar el chaparrón», mientras que en Sanhattan dicen que hay una buena impresión de él, que no es considerado «un gallo Pepe Pato que anda por ahí creyéndose superior” y que, por lo mismo, varios le prestaron ropa.
Eso sí, hubo coincidencia en que el debate que quiso instalar, por muy histórico que fuera, estaba totalmente fuera de foco, considerando que la crisis sanitaria del coronavirus pone sobre el tapete todos los días algo tan básico y sensible como la vida y la muerte.
Este no es el primer papelón que enfrenta LarrainVial. Solo a principios de marzo la empresa quedó muy mal parada públicamente, luego que una de sus trabajadoras subiera un tuit donde acusó que, ante la petición de un lugar donde amamantar a su hija, el gerente de recursos humanos le había dicho que lo hiciera en el baño. La foto se hizo viral y la corredora debió salir a disculparse públicamente y dar explicaciones sobre sus políticas en materia de género.
