Publicidad
El gabinete de Piñera en las sombras

El gabinete de Piñera en las sombras

Menudo debate se abre en torno a uno de los hechos más llamativos de la campaña electoral: el mutismo del ex Presidente, el único que, hasta ahora, no hace referencias a su opción frente al plebiscito. Por ello es que voceros del Apruebo y analistas de diverso signo creen que no es del todo cierto ese silencio del ex Mandatario, a juzgar por las constantes apariciones de sus más estrechos colaboradores en los medios de comunicación. Cuando se trata de hablar sobre la reforma previsional, por ejemplo, aparece María José Zaldívar, su exministra de Trabajo; cuando llega el momento de hablar de la pandemia, la posta la toma el extitular de Salud, Enrique Paris; para responder a iniciativas en salud como el copago cero, entra Jaime Mañalich… ¿Críticas por la crisis migratoria?, entonces interviene el exdirector de Migraciones, Álvaro Bellolio. ¿Para criticar la labor del Gobierno del Presidente Boric en seguridad o en materias vinculadas a Carabineros?, surge la voz de su exsubsecretario del Interior Juan Francisco Galli. ¿Y para el debate constitucional?, para ello emerge la figura de Jaime Bellolio, el exvocero de La Moneda.


Este miércoles 17 de agosto, en un punto de prensa, se escuchó a Carlos Siri, propietario de la Fuente Alemana, decir que no quería saber nada de Sebastián Piñera en la campaña a favor del Rechazo. ¿La razón? La incapacidad que mostró para mantener el orden público durante su Gobierno. La figura de la campaña del Rechazo –cuyo local de comida emplazado en las cercanías de Plaza Italia fue continuamente vandalizado en esas manifestaciones que se hicieron habituales los viernes por la tarde– respondía así a los medios que requerían sus palabras para referirse a ese ostracismo forzoso que parece sufrir el ex Presidente, quien decidió –al igual que parte significativa de la derecha– pasar a un segundo plano y «tercerizar» la campaña del Rechazo. Es decir, ceder gran parte del protagonismo de la misma a “ciudadanos independientes”, “conversos” y exconcertacionistas «amarillos».

En efecto: el mutismo del empresario y ex Mandatario ha sido atronador, solo interrumpido el 20 de junio, cuando remitió una carta a la Convención Constitucional para excusarse de asistir a la ceremonia de entrega de la propuesta de nueva Carta Magna. «La inmensa mayoría de los chilenos no quiere seguir dividiéndose y confrontándose en torno a la Constitución durante los próximos 40 años. Quiere unidad y que la Constitución sea la Casa de Todos”, escribió. Hoy, a dos semanas del plebiscito, muchos se sorprenden de la fuerza interna que ha mostrado para mantener el silencio, lo que definitivamente no empata con su inveterada costumbre de estar en todas; otros agradecen su silencio, porque es lo mejor que podría pasarle al Rechazo, mientras hay quienes no hallan la forma de involucrarlo en la contingencia.

Pero… ¿es cierto que Piñera no habla? ¿Es posible que un hombre con la personalidad de Piñera, dos veces Presidente de la República, se conforme con mirar desde afuera este debate relativo a uno de los eventos electorales más importantes de la historia de Chile? Al parecer el ex Jefe de Estado no está callado, habla a través de sus otrora ministros, que han tenido una exposición mediática igual a la que tenían cuando fueron Gobierno. En términos reales no habla Piñera, habla el piñerismo.

El gabinete de ex Presidente Piñera en las sombras

«Cuando uno escucha a los exministros de Sebastián Piñera, y es fácilmente interpretable que es el ex Presidente, que hasta ahora es el único al que no hemos escuchado, que esté dando a conocer su posición sobre las más diversas materias», sostiene Vlado Mirosevic, uno de los rostros políticos que lidera la campaña del Apruebo. «Por eso es que nosotros hacemos un llamado abierto y frontal: sería bueno que el ex Presidente Piñera se pronuncie de una vez por todas, tal como lo han hecho todos los ex Presidentes de cara a una de las elecciones más importantes de la historia de Chile», añade.

Por cierto, de un tiempo a esta parte observadores como el analista político y psicólogo Germán Silva advierten que el patrón es más o menos el mismo: cuando se trata de hablar sobre la reforma previsional, por ejemplo, aparece María José Zaldívar, su exministra de Trabajo; cuando llega el momento de hablar de la pandemia, la posta la toma el extitular de Salud, Enrique Paris; para responder a iniciativas en salud como el copago cero, entra Jaime Mañalich… ¿Críticas por la crisis migratoria?, entonces interviene el exdirector de Migraciones, Álvaro Bellolio. ¿Para criticar la labor del Gobierno de Boric en seguridad o en materias vinculadas a Carabineros?, entonces surge la voz de su exsubsecretario del Interior, Juan Francisco Galli. ¿Y para el debate constitucional?, para ello emerge la figura de Jaime Bellolio, el exvocero de La Moneda. A él se suma Karla Rubilar, la exministra de Desarrollo Social, quien tiene regularmente un espacio como panelista en ‘Mucho Gusto’, el matinal de Mega.

“Si uno observa el alto nivel de exposición y opiniones –prácticamente a diario– de varios de sus exministros más cercanos a partir del mismo 11 de marzo en adelante, lo que estamos viendo es una expresión del ‘piñerismo’ y, por supuesto, se nota que la mano del ex Mandatario está detrás. Basta que un ministro de (Gabriel) Boric haga un anuncio o deslice una crítica a la gestión anterior y salta uno de sus excolaboradores”, señala el sicólogo.

Hay otro elemento a tener en cuenta: en más de una ocasión Mario Desbordes, expresidente de Renovación Nacional y exministro de Piñera, ha señalado –casi en tono de denuncia– que el ex gobernante abriga el anhelo de retornar por tercera vez a La Moneda y, para ello, no puede dejar que la historia se encargue, a paso cansino, de sepultar su segundo paso a la cabeza del Ejecutivo. No pocos se cayeron del asiento al escuchar o leer esta afirmación en los medios, más aún considerando los bajísimos niveles de popularidad que llegó a tener inmediatamente después del estallido social y en el ocaso de su periodo presidencial, donde muchos de su propio sector político recuerdan su figura con resentimiento o recelo.

«Todo lo que obró y lo que no obró en su Gobierno es de una entidad errónea y perjudicial para el país de una magnitud gigantesca. Leo la actual Constitución y uno advierte de inmediato la barbaridad que hizo», señala el abogado Hermógenes Pérez de Arce, uno de los más acérrimos e históricos rivales del ex Mandatario, quien destaca esa actitud un tanto negligente frente al estallido de violencia.

Como es lógico en una democracia, hay quienes no creen en esta tesis. “Piñera no mueve la aguja. Es un poco como (Michelle) Bachelet. (Ricardo) Lagos y (Eduardo) Frei sí movieron la aguja”, dice Patricio Guajardo, un analista más identificado con la centroderecha, quien no cree que exista una coordinación. Cree, en cambio, que los exministros intervienen en el debate a título personal. Acepta que la eventual intervención de Piñera no sería del todo conveniente, razón más que suficiente para someterlo a un riguroso ostracismo en los medios. Piensa, asimismo, que cualquier intervención sería un autogol como los que –a su juicio– a menudo comete el Gobierno.

“Debe ser terrible para un hombre inteligente y con un ego así de grande estar tan contenido”, sostiene, “pero no va a hablar sino hasta el 5 de septiembre. Después de eso van a hablar todos nuevamente”, agrega Guajardo. Pérez de Arce, en cambio, cree que nadie puede ser tan ingenuo para descartar la hipótesis.

«No tengo conocimiento de hechos concretos, pero conociendo su personalidad, no hay duda de que está en contacto permanente con sus más próximos colaboradores de la centroderecha, esos mismos que lo tienen en alta consideración pero escondido, porque saben que su popularidad es mínima. Es un bacalao», apunta. «Es un hombre de mucha conversación telefónica», agrega Pérez de Arce.

El abogado y analista Jorge “Pirincho” Navarrete tiene una mirada algo más matizada, aun cuando él profese una mirada más progresista de la política. Si bien es una hipótesis que le parece plausible, también es cierto que el futuro de Piñera es a lo menos nebuloso, por no decir inexistente, a juzgar por los bajos niveles de popularidad que ostenta su figura. Y dado que la historia no le reserva una cuota importante de protagonismo en el futuro del país, sus expectativas personales no son altas en un escenario posplebiscito, por lo que poco sentido tendría coordinar una estrategia comunicacional de este tipo.

“No va a volver a la Presidencia, entonces tengo severas dudas de que eso que llamamos ‘piñerismo’ tenga algún tipo de entidad. Y si bien es cierto que puede haber algún grado de coordinación, no creo que haya salido de Apoquindo 3000”, puntualiza, haciendo referencia a la dirección donde el ex Primer Mandatario tiene su oficina. Para el abogado, Piñera no posee ese círculo de seguidores y colaboradores estrechos cuya lealtad sobreviva mucho más allá de su Presidencia, «algo que sí es mucho más nítido en los casos de (Michelle) Bachelet y (Ricardo) Lagos”, añade.

Pero Piñera es un hombre que persevera en sus empeños. De hecho, el exvocero del segundo mandato piñerista, el UDI Jaime Bellolio, uno de sus más cercanos colaboradores, reconoce que a Piñera “lo han ido a ver distintas personas, en la línea de compartir y escuchar distintos puntos de vista y miradas sobre el futuro”. Y agrega: “Me he juntado varias veces con el (ex) Presidente Piñera, y evidentemente está preocupado por la situación actual, tal como lo hizo ver cuando –junto a los demás ex Presidentes– fueron invitados a la ceremonia del 5 de julio”.

Bellolio rechaza de plano la hipótesis que sostiene que Piñera ha asumido el rol de ventrílocuo, afirmando que los sectores de izquierda “no hacen más que ratificar que para ellos es imposible pensar que alguien pueda estar en una posición distinta que la oficialista, y caen en lo mismo que han dicho sus voceros tradicionales, que es despreciar la diferencia y descalificarla por las más variadas razones”.

“Si nos han pedido entrevistas o charlas (en los medios), es porque se considera que nuestro punto de vista, autónomo y personal, representa una mirada dentro de la centroderecha y a la transversalidad política que hoy se encuentra en el Rechazo. Y obvio, porque en el pasado nos tocó jugar distintos roles, tanto en el Parlamento, en el Gobierno, en municipios, etc. El (ex) Presidente Piñera tiene su propia voz, al igual que la tenemos quienes fuimos parte del Gobierno”, señala el hoy panelista de “El debate de Chile”, programa emitido por Chilevisión y en el que se desempeña defendiendo la opción Rechazo.

 

Publicidad

Tendencias