
El equipo detrás de la ‘metida de pata’ de la embajadora en el Reino Unido
Mientras todas las miradas están puestas en la inminente salida de la embajadora de Chile en el Reino Unido, por el intento de “recaudar” US$5 millones para un proyecto saltándose las instancias regulares, miradas expertas reparan en que una embajadora nunca actúa en solitario. “Siempre hay un equipo detrás y con mayor razón si se trata de alguien sin experiencia en la diplomacia”, señala una fuente. Hasta ahora Francisco Bartolucci Schiappacasse, el consejero UDI de la embajada en Londres, diplomático con 18 años de carrera, está pasando (casi) inadvertido. Lo mismo se extiende para el primer secretario, Francisco Tello, y la segunda secretaria, Jacqueline Rodríguez.
La semana comenzó con polémica para la Cancillería. Al cierre de esta nota se esperaba la salida de la embajadora de Chile en el Reino Unido, Susana Herrera Quezada. Parlamentarios oficialistas y de oposición pidieron su renuncia luego de hacerse público un proyecto de recaudación de fondos por 5 millones de dólares, el que Herrera presentó ante la Gobernación del Biobío, saltándose todas las instancias regulares.
Pero nadie ha reparado en un hecho fundamental: es muy extraño que una embajadora joven y sin experiencia haya trabajado sola y en secreto en este proyecto. “Nunca un embajador o embajadora actúa solo o sola, siempre se apoya en su equipo y más aún si estamos hablando de una persona sin experiencia en relaciones internacionales y en diplomacia”, explica una fuente.
Las miradas entonces se dirigen hacia su equipo más cercano. El “segundo” de la embajada en Londres es el consejero Francisco Bartolucci Schiappacasse (UDI), historiador y con 18 años de carrera diplomática. Hijo de Mario Francisco Bartolucci (UDI), exsecretario nacional de la juventud (1976-1978) y exalcalde designado de Valparaíso durante la dictadura. Entre 1990 y 2002, ejerció como diputado por la misma ciudad.
“Imposible que Bartolucci Schiappacasse haya desconocido el proyecto. También es muy difícil que no supiera los conductos regulares que estas iniciativas deben seguir. Está todo reglamentado”, agrega otra fuente.
Lo mismo corre para el primer secretario, Francisco Tello Cardone, quien también proviene de la Academia Diplomática y tiene experiencia en materias protocolares, además de relaciones internacionales. El equipo “cercano” se cierra con la segunda secretaria, Jacqueline Rodríguez Vega, quien, aunque posee menos experiencia que los anteriores, es una funcionaria de carrera.
Desde un comienzo el nombramiento de Herrera en una de las embajadas estratégicas e importantes de Europa ha suscitado críticas y suspicacias, pero en este caso vale la pregunta: “¿Cómo tres diplomáticos de carrera no advirtieron a la embajadora sobre los procedimientos regulares? Es muy difícil pensar que ellos no estaban enterados. Y no es por defenderla, sino solo tratar de entender cómo sucedió ‘un impasse’ así”, concluye un exembajador.
El proyecto de 5 millones de dólares
El controvertido proyecto se llama Living Lab Biobío. Está diseñado por Susana Herrera y un consultor externo, en lugar de entidades independientes. Además, se cuestionó la mención de la fundación del rey Carlos III y el estudio de arquitectura Zaha Hadid sin pruebas de su participación.
La Cancillería pidió que la embajadora se abstenga de gestionar financiamiento público-privado sin su intermediación, en medio del escándalo gubernamental por traspasos millonarios a fundaciones, conocido como caso Convenios.