
Causas políticas: el fierro caliente que ningún fiscal quiere
La salida de Patricio Cooper de la causa ProCultura hizo arder los chats de los fiscales del Ministerio Público, quienes por lo general tratan de esquivar investigaciones con aristas políticas, dado que –comentan– es muy difícil que un fiscal salga bien parado de ellas, sea cual sea el resultado.
Hace unos 20 años ya que comenzaron las primeras investigaciones en contra de políticos –diputados, en ese momento– por parte del entonces nuevo Ministerio Público y, desde esos casos iniciales, se fue creando al interior de dicha institución la noción de que ser designado como fiscal de un caso que implique políticos es un fierro caliente, un salvavidas de plomo que muy difícilmente terminará bien para el persecutor, si este hace lo que debe hacer.
El tema resurgió en los chats y conversaciones de fiscales el fin de semana pasado, después que el viernes en la noche el Fiscal Nacional, Ángel Valencia, removiera del caso ProCultura al Fiscal Regional de Coquimbo, Patricio Cooper, quien asumió dicha investigación luego de que en 2024 Valencia removiera del caso al Fiscal Regional de Aysén, Carlos Palma, debido a sus vínculos con Luis Hermosilla.
La causa fue asignada ahora al Fiscal Regional de Antofagasta, Juan Castro Bekios, un persecutor que se ha ganado la confianza de Valencia, debido a su trabajo en materias de crimen organizado. Hombre de terreno, es frecuente verlo dirigiendo los procedimientos antidroga que se realizan en la región, muchas veces con casco y chaleco antibalas, y siempre rodeado de al menos dos policías de civil, dadas las amenazas que ha recibido, por lo cual cuenta con protección permanente.
Asimismo, tiene a su cargo el caso Democracia Viva y otros derivados de los convenios, y también ha tenido que asumir casos como el de los iraníes que la PDI detuvo en Santiago en 2023 y que huyeron del país, después que la Fiscalía no se opusiera a que quedaran con arresto domiciliario, hecho en el cual el equipo dirigido por Castro consiguió posteriormente la detención de uno de ellos.
De hecho, su nombre es uno de los que más suena como futuro jefe de la Fiscalía Supraterritorial, que tendrá a su cargo todos los casos complejos de crimen organizado y corrupción a nivel nacional, una vez que el proyecto de ley respectivo termine su tramitación en el Congreso.
Sin embargo, no pocos fiscales comentaban este fin de semana que “el fierro caliente” que le entregaron el viernes pasado no es ninguna ayuda en ese sentido (en caso de que Castro estuviera interesado), pues en una causa de este tipo –decían varios fiscales– los políticos nunca creen que se haya aplicado el derecho y, por ende, siempre terminan cuestionando al persecutor que estuvo a cargo del caso, sea cual sea el resultado de la investigación, sobre todo si esta termina con condenas.
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