
La biografía de Enrique Correa y la conspiranoia en los casos de curas denunciados por abuso sexual
Libro escrito por Andrea Insunza y Javier Ortega relata la vida del gran consigliere de los últimos 40 años en Chile, así como datos tras bambalinas de lo que ocurrió luego de las denuncias en contra de Fernando Karadima y Cristián Precht, entre muchas cosas.
Mucho se ha escrito y dicho acerca de Enrique Correa Ríos y buena parte de eso –y más– figura en el libro Enrique Correa. Una biografía sobre el poder, de los periodistas Andrea Insunza y Javier Ortega (directores de la productora periodística Un día en la vida), y publicada por Catalonia y Periodismo UDP. En 556 páginas y con 971 citas a pie de página, ambos reporteros relatan en forma exhaustiva la vida de Correa, desde sus humildes orígenes en Ovalle hasta su época actual, en un capítulo llamado “El ocaso”.
Más que una biografía común, sin embargo, el libro es una especie de historia de la vida política chilena desde los años 60 en adelante, pues con la excusa de contar la vida del “Guatón” Correa, como le decían en su juventud, se relata la radicalización de la Juventud Demócrata Cristiana (JDC) con Rodrigo Ambrosio a la cabeza (y con Correa en segunda posición), la salida de la JDC del partido madre y la creación del MAPU, el golpe de Estado, la estancia de Correa en Alemania del Este y otros países, así como la renovación de los viejos socialistas (y los mapucistas, por cierto).
También, por las páginas de esta biografía no oficial –y en la cual, dicen los autores, el exministro y lobbista se negó amablemente a participar–, Correa aparece como el motor que postula que Patricio Aylwin debía ser el candidato presidencial en 1989, así como su ascenso a ministro, la generosidad con que repartía dinero a los demás partidos de la Concertación gracias a los gastos reservados, el fin de las revistas de la antigua oposición, el “boinazo” y el “cuartelazo”, así como su relación privilegiada con el general Ballerino, entre otras cosas.
También está contado con detalle el modo en que, luego de ser ministro, se convirtió en empresario, gracias a uno de sus primeros grandes clientes, Andrónico Luksic Abaroa, el patriarca del clan, para luego ser asesor de otros millonarios, entre ellos, José Said y Álvaro Saieh, así como de famosos, entre ellos, Mario Kreutzberger.
Asimismo, buena parte del texto explica la estrecha cercanía de Correa con el mundo católico, que incluso lo llevó a ser seminarista durante un año y, mucho tiempo después, a asesorar al cardenal Francisco Javier Errázuriz cuando estallaron las denuncias por abusos sexuales en contra del sacerdote Fernando Karadima, en 2010.
A ese respecto, una fuente cercana a Errázuriz confidenció a los autores de la biografía que este “a menudo caía en sesgos conspirativos al abordar las denuncias de abuso. En privado sospechaba que eran alentadas por el progresismo, las minorías sexuales o los judíos”, agregando “que no era raro que ordenara informes sobre los periodistas que indagaban los abusos”.
Un año después, otro sacerdote fue denunciado por abusos sexuales, pero esta vez era alguien muy cercano a Correa: el exvicario de la Solidaridad Cristián Precht (quien finalmente terminó siendo expulsado del sacerdocio). Ante ello –cuenta el libro–, Correa reaccionó de un modo muy semejante al del cardenal: “Se convenció de que el caso partió gatillado por una conspiración, en el entendido de que, decía, las casualidades en política no existen”.