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Reyes de Países Bajos dan a Trump cena, alojamiento y desayuno en palacio de cara a la OTAN SIN EDITAR

Reyes de Países Bajos dan a Trump cena, alojamiento y desayuno en palacio de cara a la OTAN

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El presidente estadounidense llegó tarde a la cena, y minutos antes de que su coche entrara al palacio real, cundió el pánico: la alfombra roja, por la que ya habían pasado todos los demás dirigentes, salió volando, y todos los empleados corrieron a colocarla a tiempo.


Los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de Países Bajos ofrecieron este martes a los jefes del Estado y Gobierno de la OTAN una cena en su palacio en La Haya, un gesto calculado para distender el ambiente y halagar al presidente estadounidense Donald Trump, y asegurarse así de que llegue predispuesto a la reunión principal de la Alianza este miércoles.

Fue una cena informal, casi de trabajo, por lo que se esperaba que todos fueran elegantes, pero sin excesos, y así fue: el propio Volodímir Zelenski se atavió en un traje completamente negro, dejando de lado su vestimenta militar, mientras que Trump optó por un traje y corbata de color azul, aunque se quitó la gorra blanca con la que había aterrizado en Ámsterdam.

Casi 40 dirigentes estuvieron presentes en la cena, aunque no todos acudieron con sus parejas. Tampoco estuvo Melania Trump.

El presidente estadounidense llegó tarde a la cena, y minutos antes de que su coche entrara al palacio real, cundió el pánico: la alfombra roja, por la que ya habían pasado todos los demás dirigentes, salió volando, y todos los empleados corrieron a colocarla a tiempo.

Trump bajó del vehículo, no hizo declaraciones a la prensa, y cruzó la alfombra roja hasta el interior del palacio, donde lo recibieron de forma distendida y con risas los reyes y la princesa Amalia.

Sentado lejos de Zelenski

Trump se sentó en la mesa central con el rey; el secretario general de la OTAN, Mark Rutte; el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. La reina Máxima y Zelenski estuvieron en otra mesa, mientras que Amalia acompañó al presidente francés, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

La cena comenzó con un discurso del rey Guillermo Alejandro, quien se dirigió directamente a Trump con un “señor presidente, es un honor recibirlo en nuestra casa”, antes de pasar a elogiar a la OTAN, repasar la historia de la Alianza y definirla como “un escudo de paz”.

“Esta cumbre puede ser un momento decisivo, en el que tomemos decisiones valientes y asumamos la responsabilidad conjunta de preservar la libertad y el Estado de derecho. Mantengamos el enfoque. Durante 76 años, la clave del éxito de la OTAN ha sido nuestra unidad inquebrantable y nuestra confianza mutua de que siempre podemos contar unos con otros”, dijo el monarca.

Después de un brindis del monarca, Rutte tomó la palabra para hablar de una “cumbre histórica” que tiene lugar en un “momento crucial”, y asegurar que todos los líderes de la Alianza saldrán “más fuertes” de la reunión de mañana.

Según el secretario general, Europa y Canadá “están igualando su gasto en defensa al de Estados Unidos” gracias a Trump. “Señor presidente, querido Donald, eso es porque tú nos empujaste a hacerlo”, afirmó Rutte.
Trato especial

Durante la cena, se ha vuelto a evidenciar el trato exclusivo que se busca dar a Trump, como había quedado claro horas antes con la captura de pantalla del mensaje personal que mandó Rutte al presidente estadounidense esta mañana, en el que este le aseguraba que todos los aliados aceptan aumentar el gasto al 5 %.

En un tono que recuerda a la forma de expresarse del propio Trump y empleando palabras en mayúsculas y repitiendo adverbios, el neerlandés agregó en esos textos: “Vas a lograr algo que NINGÚN presidente estadounidense ha conseguido en décadas. Europa va a pagar, y de una forma GRANDE, como debe ser, y será tu victoria”.

Tras las críticas a la tonalidad del mensaje, Rutte aseguró no le importa que Trump haya publicado esos textos privados en su red social Truth Social porque “no dice nada raro”. Preguntado si podrían verse como un intento excesivo de adular a Trump, Rutte lo negó de forma despreocupada.

Como parte de la estrategia diplomática para dar un trato especial a Trump, Rutte y Guillermo Alejandro aprovecharon que es un admirador nato de las realezas y le garantizaron una cena, una cama y un desayuno en el palacio real, antes de participar mañana en la breve reunión -dos horas y media- con los aliados, centrada en el aumento del gasto en defensa, y volverse a Washington.

“Lo que creo es que Donald Trump va a ver mañana que esto es un éxito rotundo, también para él”, dijo Rutte a la prensa este martes, cuando aseguró que no le importa que el mundo haya visto los mensajes en los que adulaba al presidente estadounidense. “Es cuestión de gustos, pero así es como yo trabajo”, justificó el secretario general.

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