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Tecnología con inteligencia artificial busca optimizar el proceso productivo de vinos y destilados chilenos Gastronomía

Tecnología con inteligencia artificial busca optimizar el proceso productivo de vinos y destilados chilenos

“Hacer enología en el viñedo” y “la calidad de la uva como la base de la calidad del vino” es lo que busca Partner y por eso trabajan las problemáticas del viñedo chileno para adaptar y entregar una oferta completa y específica de productos y tecnologías que responden a la necesidad de cada cliente y sus viñedos.


La industria vitivinícola es una de las más relevantes de nuestro país, representando un 5,7% de las exportaciones que no son de cobre y un 16,5% de las agropecuarias.

En las últimas décadas su crecimiento ha sido sostenido y sobresaliente, con una mayor y más variada oferta de vinos, de diferentes valles y cepas y con una mirada constante en las nuevas tendencias.

Pero también se enfrenta a nuevos desafíos, como el cambio climático y la sequía. Uno de los actores de relevancia en la exitosa historia del vino chileno es Partner, empresa nacional que está cumpliendo 30 años de trayectoria como un aliado esencial en todo el proceso productivo y comercial de las viñas, como también de empresas productoras de destilados y del área agrícola, con innovaciones que generan impacto positivo desde el campo al embotellado.

“En estos 30 años importando las mejores tecnologías que ocupan los principales países productores y con un equipo de especialistas, ayudamos a mejorar los niveles de calidad de los vinos chilenos, su reconocimiento internacional y la sustentabilidad de nuestros clientes», indica Jean-Marc Besnier, agrónomo francés experto en nutrición de la vid y gerente general de Partner.

Garcias a su constante innovación, se han convertido en importantes actores de la industria en un trayecto que ha convertido a Chile en uno de los mayores exportadores de vinos del mundo.

Con 500 bodegas asesoradas, que representan más del 90% del vino producido, la empresa ha crecido en forma sostenida entre un 10% y un 15% en los últimos 3 años, sorteando incluso la pandemia, y proyecta cerrar este 2022 con un crecimiento de sus ventas del 30% respecto al 2021, de la mano de su objetivo de duplicar el volumen de negocio para el 2025.

Entre el 2020 y 2021, el crecimiento de los clientes asesorados pasó de cerca de 400 a más de 500. Entre sus principales clientes destacan viñas Concha y Toro, San Pedro Tarapacá, Cono Sur, Errazuriz, Santa Rita, Santa Carolina, Viña Montes, Valdivieso, y para el granel RR Wines, entre otras. En ese camino, su meta es aumentar anualmente su asesoría de bodegas, sobre todo emergentes, para llegar al 100%.

I+D desde el campo a la botella

Frente al cambio climático actual, su trabajo está respaldado “por análisis de suelo y foliar bajo estrictos protocolos con interpretación y recomendaciones para una gestión agronómica óptima y aplicaciones precisas de nutrientes naturales cuyo beneficio es equilibrar la vid de manera natural para que produzca resultados cualitativos”, asegura Besnier.

Para ello, realizan un seguimiento completo de objetivos, propuesta de aplicaciones, resultados y control anual junto al Centro de la Vid y del Vino de la Universidad de Talca, cuyo prototipo tendrá sus primeras pruebas durante la vendimia 2023 en Viña Concha y Toro.

“En 2023 entrarán en vigor las nuevas reformas de la Unión Europea sobre el etiquetado de insumos, mano de obra, costo de electricidad y eficiencia energética, las empresas con las cuales trabajamos tienen esa conciencia y desarrollan productos y tecnología que permitirán a nuestros clientes tener un etiquetado ‘limpio’”, plantea el gerente general de Partner.

¿Qué viene ahora? La inteligencia artificial aplicada al viñedo que permitirá con una base de datos de las parcelas, del clima, de la producción, predecir los trabajos y tratamientos que necesita la viña, mandando robots voladores o de tierra para hacer el trabajo, cuyas primeras luces se verán a mediados de 2023.

Pero hace tiempo que se viene trabajando en tecnología innovadora. La estabilización del vino es un procedimiento que busca conservar las cualidades del vino y evitar que se enturbie luego del proceso de fermentación.

Una de sus más relevantes innovaciones, que revolucionó la industria vitivinícola, es la estabilización tartárica por electrodialisis (ED de Oenodia), método que además de consumir 10% de la energía, asegura el 100% su estabilidad, lo que ninguna otra herramienta puede asegurar. Esto influye en forma muy positiva en el costo que significa para un viñedo recuperar botellas inestables, también a nivel de su imagen.

«Son todas las garantías ofrecidas por la electrodiálisis en este nuevo escenario para la industria vitivinícola; bajo consumo energético (sólo 0.2kW/100L), una estabilidad 100% segura, 0% aditivos”, explica Besnier.

Bajo la consigna de impacto positivo «desde el campo a la botella», actualmente sobresalen las soluciones, que además son eco-amigables, como UVBoosting, tratamiento por UV C de la planta, que le enseña a resistir de manera totalmente natural a las agresiones, específicamente fúngicas, lo que permite usar muchos menos productos químicos para controlar los ataques.

Además, Vitibot es un robot eléctrico viticultor que puede trabajar 20 horas al día, haciendo las tareas más repetitivas. Y la tecnología Fruition Science que tiene como objetivo la eficiencia del uso del agua llegando hasta minimizar hasta un 50% del riego a través del control de flujo de savia de su viñedo.

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