Gastronomía
El próximo 28 de noviembre, la organización Latin America’s 50 Best Restaurants anunciará la lista de los mejores restaurantes de la región en una ceremonia que se realizará en Río de Janeiro. Para calentar fogones, ya se dieron a conocer los lugares del 51 al 100.
A pocos días de que se realice en Río de Janeiro la 11a edición de los 50 mejores restaurantes de Latinoamérica se dio a conocer la lista extendida de los puestos 51 al 100, donde ha emblemáticos lugares de 27 ciudades de la región.
La lista extendida se ha convertido en parte integral de The World’s 50 Best Restaurants, y tiene como objetivo resaltar las diversas culturas culinarias de toda América Latina previo a la presentación oficial de Los 50 mejores restaurantes de América 2023.
Santiago y São Paulo lideran la lista con seis restaurantes cada una, seguidas de Bogotá y Buenos Aires con cuatro.
La lista incluye está encabezada por Fonda Lo Que Hay, en Ciudad de Panamá y que ocupa el puesto 51, que subió seis puestos con respecto al año pasado.
Como dato interesante, Manuel (77), de Barranquilla (Colombia); Huniik (58) de Mérida (México), y El Papagayo (82), de Córdoba (Argentina), fueron los responsables de poner a estas ciudades por primera vez en los Latin America’s 50 Best Restaurants.
También hubo quince nuevas incorporaciones -incluyendo dos restaurante chilenos-, entre ellas Lunario, en Ensenada (México), que debuta en el puesto 54, como el mejor rankeado de entre los nuevos integrantes del escalafón.
Los nuevos integrantes de la selecta lista incluye Café Misterio (78), en Montevideo; Ocyá (96) y Ristorante Hotel Cipriani (95), en Río de Janeiro; Oda (99), en Bogotá; Pulpería Santa Elvira (70) y Yum Cha (87), en Santiago, y Trescha (94), en Buenos Aires.
Los productos marinos frescos son la especialidad de este restaurante cuya cocina está a cargo del chef Ignacio Ovalle. Productos que respetan las temporadas de pesca, por lo que su carta es dinámica según la época del año.
La estacionalidad también se ve en sabores frescos como la trufa, cuyos sabores se incluyen más hacia el invierno.
Cuentan con una selección de más de 150 opciones de vino y cerca de 15 opciones por copa, desde pequeños productores a etiquetas más exclusivas.
Un enfoque innovador trae este elegante lugar de pescados mariscos, que fue elegido por revista Bloomberg como uno de los 30 mejores restaurantes para hacer negocio en América Latina.
El chef Sergio Barroso hace brillar los productos del mar rescatando también sabores autóctonos, en platos que se pueden compartir
El menú se basa en una amplia gama de ingredientes frescos, procedentes de pequeños productores. Además, su visión sustentable lo ha llevado a transformarse en el primer restaurante cero residuos de Chile.
La propuesta de este pequeño restaurant comienza por salir de las comunas donde están ubicados los típicos barrios gastronómicos y se instala en el barrio patrimonial Matta Sur del centro de Santiago.
La Pulpería Santa Elvira ofrece una gastronomía exclusiva y diferente, basada en productos de estación con proveedores conscientes del medioambiente. Su carta es acotada porque solo se usan productos de temporada pero sus platos son vistosos y sobre todo muy sabrosos.
El local -una hermosa casona de estilo republicano- mantiene el espíritu de las pulperías salitreras del norte de Chile.
Su atención personalizada también es fundamental para lograr una experiencia única.
Además, se puede conocer productos elaborados por los propios vecinos del barrio, desde encurtidos, conservas hasta kombucha.
Una carpa de circo. Luces, un ambiente ludico, sorpresas y magia. Una experiencia entretenida y buena cocina es la que propone Benjamin Nast en Demencia, un gastrobar donde cada plato es de sabores intensos, con una presentación que es arte y técnicas culinarias impecables.
El chef transmite cierta demencia en sus preparaciones: es atrevido y está dispuesto a experimentar, rompiendo las barreras tradicionales y desafiando las expectativas de sus comensales.
Atrevidos, creativos y con cierto grado de locura, los platos son creativos combinan sabores y texturas inesperados, pero que se equilibran muy bien en la boca.
Una fusión entre distintas culturas lleva a una propuesta de cientos de combinaciones entre producto y técnica, que giran alrededor de la búsqueda del sabor.
Como lo definen sus creadores, la experiencia también se basa en “el olor en los pasillos de un mercado, la delicadeza del té, la postal de una carnicería, el sabor del poroto de soya, la destreza en los palillos, el gozo a las texturas, la humildad del arroz, la elegancia del trabajo con arcilla, el fuego del wok, la disciplina en el trabajo, el cuidado a la tradición, el valor a los vegetales, el respeto al oficio, la sencillez de un salteado, la complejidad de los fermentados, la versatilidad de la persona, la frescura, la intensidad del sabor, el caos ordenado”.
No son comida china, pero tiene un importante acercamiento, incluso al recomendar maridar platos bebiendo té.
Así mezcla sabores y tradiciones con el producto chileno que brilla por su calidad, frescura y autenticidad.
Intensidad, acidez, fermentación, umami, texturas, contrastes, picante, vegetales, mariscos, salsas, wok, frescura, especias describen cada bocado en su menú.
Un ambiente cálido con sabores inspirados en la cocina francesa, pero con una mirada chilena y otras influencias latinoamericanas es la que se encuentra en Ambrosía, dirigido por la reconocida chef Carolina Bazán y la somelier Rosario Onetto.
El menú propone una comida casera con mucha clase. La apuesta es entregar una experiencia de alta gastronomía en un ambiente familiar y acogedor, con una carta que cambia a diario privilegiando los ingredientes frescos de temporada. Por algo también fue reconocido por Bloomberg como unos de los 30 mejores restaurantes para hacer negocios en América Latina.
En 2017, Bazán y Onetto abrieron un lugar más pequeño en el barrio de Providencia de la ciudad, Ambrosia Bistro.
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