Un enigmático origen envuelve al popular trago alcohólico que está ad portas de cumplir 40 años. Este 2024 su evolución se consolida con un producto de edición limitada para homenajear una tradición nacional.
El “Terremoto” es un clásico en la mesa de los chilenos que se disfruta fundamentalmente en las Fiestas Patrias. Desde su preparación artesanal da un salto para engalanar la mesa de los chilenos con una versión embotellada. Desde sus orígenes hasta hoy, el brebaje incluye pipeño, helado de piña y granadina, representando la tradición de la chilenidad en sus distintos formatos.
El origen de esta degustación es confusa. Una de las historias más aceptadas es aquella que reconoce su germen en el mítico Restaurante “El Hoyo”, de Estación Central, y que posteriormente se popularizó en “La Piojera”, en la comuna de Santiago.
Lo que sí se sabe es que fue en el corazón de Santiago, en la década de los 80.
El 3 de marzo de 1985 un terremoto de 7,8 en la escala Richter sacudió al país, con epicentro en San Antonio, remeciendo las entrañas de las regiones Metropolitana y de Valparaíso, el centro neurálgico de la economía y el comercio exterior del país. Tras ese suceso, periodistas internacionales visitaron Chile para reportear la situación en la que había quedado el país.
De acuerdo a la historia, como consecuencia del calor reinante en la época en una jornada llegaron a refrescarse al restaurante “El Hoyo”. Y en ese lugar, de manera improvisada, el dueño decidió agregarle un poco de helado de piña al vino pipeño para reemplazar el hielo.
La bebida resultó tan refrescante y agradable al paladar, que uno de los periodistas, al parecer de nacionalidad alemana, sintió que “el suelo se movía”. Tras levantarse de la mesa para retirarse del local exclamó: “¡Esto sí que es un terremoto!”, bautizando de esta manera el clásico trago.
Según recuerda Andrés Alfaro, enólogo de Concha y Toro, existen versiones que relatan que el bebestible habría sido creado en forma fortuita cuando a un parroquiano se le ofreció un vaso con vino pipeño, el cual no habría sido de todo su agrado, dejándolo a un lado. Acto seguido, un mesero habría estado sirviendo helado de piña como postre.
Y por accidente le cayó una “bolita de helado” al vaso de pipeño. Producto de esto, en el vaso se habría producido salpicadura del vino sobre la mesa, similar al efecto que se produce en un vaso con líquido durante un sismo.
Más allá de su historia y origen, Concha y Toro decidió ser parte de la mística ligada a este trago criollo y, a través de su línea Exportación Selecto Frutal, lanzó al mercado la primera versión modernizada de este trago en un formato de botellón de 1,5 litros.
Se trata de un “ready to drink” que apunta a un producto práctico y conveniente para el consumidor, con la idea de presentar un “Terremoto” listo para disfrutar en esta fecha especial. Si el consumidor así lo prefiere, puede añadir helado de piña a gusto. El producto ya está disponible en los principales supermercados y botillerías de Chile preparándose para el extenso feriado de Fiestas Patrias.
Andrés Vittori, gerente de Marcas Masivas Zona Sur de Concha y Toro, explicó que “la gran apuesta es que la gente se atreva a probarlo. Estamos muy confiados de lo que ha desarrollado el equipo enológico y será muy práctico para el consumidor disfrutar un ‘Terremoto’ listo para servir”.
Con estos lanzamientos, Exportación de Concha y Toro busca competir con productos a base de vino que logren convertirse en sustitutos del mercado de los RTDs (Ready to drink), que vienen creciendo en la industria de los alcoholes, particularmente en dos de sus variedades: cocktails y frutales. Además, en una industria que se contrae, el botellón crece con fuerza, en particular impulsado por los vinos dulces.
“En el caso de nuestro ‘Terremoto’ sólo se le debe agregar el helado al gusto del consumidor. Para aquellos que quieren cuidarse de las calorías del helado los invito a sólo agregar hielo y tendrán una bebida más liviana y refrescante”, agregó Alfaro.